Buena apertura para el Solana, que se negocia a las 06:35 horas a 55,72 dólares, lo cual implicó un incremento del 3,86% frente a los 53,65 dólares de la jornada previa.

Si consideramos los datos de la última semana, el Solana registra una ganancia del 24,69%; por el contrario en términos interanuales aún acumula una bajada del 67,74%.

En el último año, el Solana ha llegado a cambiarse en un máximo de 178,31 dólares, mientras que su nivel más bajo ha sido 44,68 dólares. Por otro lado, el valor de esta criptomoneda basada en Blockchain se posiciona más cerca de su valor mínimo que del máximo.

Con respecto a días pasados, da la vuelta al resultado de la jornada anterior donde experimentó un descenso del 12,2%, mostrando recientemente una ausencia de estabilidad en los resultados.

¿Cuál es la volatilidad de esta criptomoneda?

La volatilidad es un elemento que puede afectar considerablemente a la rentabilidad, valor y activos financieros y gestión de carteras en general. Básicamente, la volatilidad financiera manifiesta una variación o cambio de tendencia de un activo dentro de periodo de tiempo determinado.

Dicho de otro modo, si una criptomoneda apenas tiene variaciones relevantes, esto repercutirá en una baja volatilidad en el mismo. ¿Por qué? Porque su tendencia no ha cambiado. No obstante, un precio más variable en el tiempo repercutirá en un incremento de la volatilidad. Como consecuencia, una volatilidad alta conlleva un mayor riesgo a la hora de invertir, mientras que una baja implica menor riesgo.

En la última semana la volatilidad del Solana presenta un comportamiento superior a la volatilidad que muestran los datos del último año, por lo que está presentando un comportamiento más inestable.

Podemos afirmar, por lo tanto, que la volatilidad mide la posibilidad de que una inversión pierda valor. Un valor estable brindará seguridad para el inversor, mientras que las alteraciones entrañarían un riesgo mucho más alto para los inversores más activos.

En el terreno financiero hay muchas maneras de medir la volatilidad de un activo (principalmente, en función del periodo y momento en el tiempo en el que se entienda el concepto) y es un valor generalmente constante, pero como en todo, no está libre de riesgos que pueden desembocar en cambios en la tendencia.