La píldora tuvo un oscuro camino para llegar a ser aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA).
Sus creadores John Rock y Gregory Pincus, investigadores vinculados a la Universidad de Harvard, desarrollaron una pastilla que evitaba la ovulación, usando hormonas sintéticas.
Para probarla, necesitaban hacer ensayos en mujeres para conocer los efectos que la píldora generaba en sus cuerpos.
Durante la primera fase, probaron las pastillas en mujeres con enfermedades mentales que eran pacientes de un hospital asociado a la Universidad de Harvard, según una investigación de la BBC. Sin embargo, estos resultados no eran suficiente prueba científica para la FDA, que requería ensayos masivos.
Los investigadores se trasladaron a Puerto Rico para realizar la segunda fase de experimentación con mujeres de barrios de escasos recursos de este país y estado asociado a los Estados Unidos.
La principal razón para escoger este país fue que a inicios de la década de los 50 el gobierno puertoriqueño decidió controlar su tasa de natalidad, que tenían un crecimiento acelerado.
Ese gobierno creó un programa de esterilización para las mujeres que hasta 1954 había triplicado el número de mujeres que habían recurrido a esta práctica desde su inicio. Según el episodio Anticonceptivos de la serie documental Explained, a muchas mujeres del país caribeño les habían obligado a esterilizarse, por lo que cuando los científicos estadounidenses llegaron con la píldora, muchas puertorriqueñas que no querían operarse para no tener hijos la tomaron sin hacer muchas preguntas para evitar ser esterilizadas.
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Los científicos nunca les explicaron a las mujeres de los posibles riesgos y efectos colaterales, ni que se estaba haciendo un experimento con ellas. Las mujeres que formaron parte de la investigación nunca fueron compensadas económicamente. Se estima que a lo largo de la década de 1950 cerca de 1.500 mujeres participaron en las pruebas. El 22% abandonó las pastillas por los efectos colaterales severos.
En 1960, la píldora fue finalmente aprobada por la FDA. Los científicos se fueron de Puerto Rico y abandonaron a las mujeres que habían posibilitado su logro. Los investigadores nunca le dieron a las mujeres el medicamento que habían ayudado a crear.
En 1982, las mujeres que fueron parte de este experimento se enteraron que habían sido los conejillos de indias por un documentalista que sacó este caso a la luz. “Nunca nadie les había informado de esto”, dice una mujer en el documental Explained, que toma unos fragmentos de la investigación original.
Según las mujeres que aparecen en el documental a ellas solo les ofrecieron el método anticonceptivo bajo la premisa de no tener más hijos que “no podían mantener”. “Los investigadores estadounidenses no estaban bajo obligación de obtener un consentimiento informado”, dice la investigación de la BBC, recogiendo información de esa época de Según la del diario The Harvard Crimson.
La primera píldora anticonceptiva se llamó Enovid. Tras su éxito, la ciencia se encargó de disminuir la dosis del medicamento que en aquel entonces tenía nueve veces más hormonas de las que tienen en la actualidad. Casi una década después aparecieron anticonceptivos inyectables.