Día positivo para el Ethereum, que cotizó a las 12:01 horas a 3.118,19 dólares, lo cual supuso una ganancia del 2,87% si se compara con los 3.031,07 dólares del día previo.

En referencia a la rentabilidad de los últimos siete días, el Ethereum anota una subida del 5,84%, de modo que desde hace un año aún conserva un incremento del 63,19%.

En el último año, el Ethereum ha llegado a pagarse en un máximo de 3.832 dólares, mientras que su nivel más bajo ha sido 2.409,01 dólares. Por otro lado, el valor de esta criptomoneda basada en Blockchain se sitúa más cerca de su mínimo que de su máximo.

Analizando este dato con el de jornadas pasadas, encadenó cuatro fechas consecutivas en verde.

¿Cuál es la volatilidad de esta criptomoneda?

La volatilidad es un elemento que puede influir considerablemente en la rentabilidad, valor y activos financieros y gestión de carteras en general. Básicamente, la volatilidad financiera expresa una variación o cambio de tendencia de un activo dentro de un momento temporal.

Dicho de otro modo, si una criptomoneda apenas tiene variaciones relevantes, esto repercutirá en una baja volatilidad en el mismo, pues su tendencia apenas ha cambiado. No obstante, un precio con sucesivas variaciones altas en el tiempo repercutirá en un incremento de la volatilidad. Como consecuencia, una alta volatilidad conlleva un mayor riesgo al tiempo de invertir, mientras que una baja implica menor riesgo.

En la última semana la volatilidad del Ethereum presentó un comportamiento visiblemente inferior a la volatilidad que reflejaron las cifras del último año, lo que manifiesta que su cotización está presentando menos alteraciones de lo que indica la tendencia general en los últimos días.

Podemos asumir, por lo tanto, que la volatilidad mide la posibilidad de que una inversión pierda valor. Un valor estable significará seguridad para el inversor, mientras que las alteraciones entrañarían un riesgo mucho más alto para los inversores más activos.

En las finanzas hay diferentes maneras de medir la volatilidad de un activo (principalmente, en función del periodo y momento en el tiempo en el que se mida el concepto) y es un valor generalmente constante, pero como en todo, no es libre de riesgos que pueden desembocar en cambios en la tendencia.