Tras la apertura de la sesión el Ethereum se negocia a las 06:35 horas a 2.795,10 dólares, de modo que supuso del 0,7% si se compara con el valor de la jornada anterior, cuando cerró con 2.814,85 dólares.

En referencia a la rentabilidad de los últimos siete días, el Ethereum anota un incremento del 10,96%, por ello en el último año aún mantiene una subida del 29,78%.

En la foto anual, el Ethereum ha llegado a pagarse en un máximo de 3.832 dólares, mientras que su nivel más bajo ha sido 2.409,01 dólares. Por otro lado, el valor de esta criptomoneda basada en Blockchain se posiciona más cerca de su valor mínimo que del máximo.

En cuanto a las variaciones de este día respecto de jornadas anteriores, interrumpe con la racha de cotizaciones de mercado de las últimas cuatro jornadas.

¿Cuál es la volatilidad de esta criptomoneda?

La volatilidad es un factor que puede afectar considerablemente a la rentabilidad, valor y activos financieros y gestión de carteras en general. Básicamente, la volatilidad financiera indica una variación o cambio de tendencia de un activo dentro de un periodo determinado de tiempo.

Dicho de otro modo, si una criptomoneda apenas tiene variaciones significativas, esto indicará baja volatilidad. ¿Por qué? Porque su tendencia no ha cambiado. Sin embargo, un precio mucho más variable en el tiempo repercutirá en un incremento de la volatilidad. Como consecuencia, una alta volatilidad conlleva un mayor riesgo al tiempo de invertir, mientras que una baja implica menor riesgo.

En la última semana la volatilidad del Ethereum es de 40,3%, que es una cifra visiblemente inferior al dato de volatilidad anual (80,62%), mostrándose como un valor con menos alteraciones de lo que indica la tendencia general en las últimas fechas.

Podemos asumir, por lo tanto, que la volatilidad mide la posibilidad de que una inversión pierda valor. Un valor estable significará seguridad para el inversor, mientras que las alteraciones supondrían más riesgo para los inversores más activos.

Por supuesto, hay muchas métodos para medir la volatilidad de un activo (principalmente, en función del periodo y momento en el tiempo en el que se quiera entender el concepto) y es un valor generalmente constante, pero como en todo, no está libre de riesgos que pueden desembocar en cambios en la tendencia.