El IOTA se pagó a las 12:00 horas a 0,72 dólares, de modo que supuso del 0,87% con respecto a la cifra del día previo, cuando cerró con 0,72 dólares.

Teniendo en cuenta la última semana, el IOTA registra una mejora del 2,24%; pese a ello en términos interanuales mantiene aún una bajada del 11,63%.

En la foto anual, el IOTA ha llegado a cambiarse en un máximo de 1,40 dólares, mientras que su nivel más bajo ha sido 0,68 dólares. Por otro lado, el valor de esta criptomoneda basada en Blockchain se sitúa más cerca de su valor mínimo que del máximo.

Analizando este dato con el de días pasados, cambió el sentido del resultado anterior, cuando marcó una ganancia del 1,08%, mostrando en los últimos días una falta de continuidad en los resultados.

¿Cuál es la volatilidad de esta criptomoneda?

La volatilidad es un elemento que puede influir en consideración sobre la rentabilidad, valor y activos financieros y gestión de carteras en general. Básicamente, la volatilidad financiera indica una variación o cambio de tendencia de un activo dentro de un periodo temporal determinado.

Dicho de otro modo, si una criptomoneda apenas tiene variaciones significativas, esto indicará baja volatilidad. ¿Por que razón? Porque su tendencia apenas ha variado en ese tiempo. En cambio, un precio muy cambiante en el tiempo repercutirá en un incremento de la volatilidad. Como consecuencia, una volatilidad alta supone un mayor riesgo de inversión, mientras que una baja implica menor riesgo.

En la última semana la volatilidad del IOTA es manifiestamente inferior a la cifra lograda para el último año (111,75%), de manera que podemos decir que está pasando por un periodo de mayor estabilidad últimamente.

Podemos asumir, por lo tanto, que la volatilidad mide la probabilidad de que una inversión pierda valor. Un valor estable implicará seguridad para el inversor, mientras que las alteraciones llevarían más riesgo para los inversores más activos.

En el mundo de las finanzas hay muchas formas de medir la volatilidad de un activo (principalmente, en función del periodo y momento en el tiempo en el que se entienda el concepto) y es un valor generalmente constante, pero como en todo, está expuesto a riesgos que pueden desembocar en cambios de tendencia.