Al inicio de la jornada el IOTA se paga a las 03:00 horas a 0,68 dólares, lo cual supuso una bajada del 1,88% frente a los 0,7 dólares del día previo.

En relación a la rentabilidad de los últimos siete días, el IOTA registra una caída del 13,64% y en términos interanuales aún conserva un descenso del 15,78%.

En la foto anual, el IOTA ha llegado a cambiarse en un máximo de 1,40 dólares, mientras que su nivel más bajo ha sido 0,68 dólares.

Respecto de jornadas previas, encadena dos fechas seguidas en negativo.

¿Cuál es la volatilidad de esta criptomoneda?

La volatilidad es un elemento que puede condicionar la rentabilidad, valor y activos financieros y gestión de carteras en general. Básicamente, la volatilidad financiera manifiesta una variación o cambio de tendencia de un activo dentro de un momento temporal.

Dicho de otro modo, si una criptomoneda apenas tiene variaciones significativas, esto repercutirá en una baja volatilidad en el mismo, pues su tendencia apenas ha cambiado. Sin embargo, un precio muy cambiante en el tiempo repercutirá en un incremento de la volatilidad. Como conclusión, podemos decir que una volatilidad alta supone un mayor riesgo para los inversores potenciales, mientras que una baja implica menor riesgo.

En la última semana la volatilidad del IOTA es manifiestamente inferior a la acumulada en el último año, mostrándose como un valor con menos cambios de lo normal recientemente.

Podemos asumir, por lo tanto, que la volatilidad mide la posibilidad de que una inversión pierda valor. Un valor estable brindará seguridad para el inversor, mientras que las alteraciones llevarían un riesgo mucho más alto para los inversores más activos.

En finanzas hay muchas formas de medir la volatilidad de un activo (principalmente, en función del periodo y momento en el tiempo en el que se mida el concepto) y es un valor generalmente constante, pero como en todo, está sujeto a riesgos que pueden provocar cambios en la tendencia.