La noche de ayer, millones de ecuatorianos se entretuvieron viendo a once cocineros amateur preparando venado, capibara (el roedor más grande del mundo), babilla (caimán) y tollo (tiburón) en Masterchef Ecuador, uno de los programas con mayor rating del país. Fue parte de algo que el programa llama un “reto creativo”. Pero no hay nada creativo en cocinar o consumir especies silvestres y amenazadas. Su caza es ilegal y atenta contra la vida de la fauna silvestre y la conservación de los ecosistemas. 

Tres de las especies que se prepararon ayer —el venado, la capibara y la babilla (caimán)— son especies silvestres; es decir: no están domesticadas, y viven en sus hábitats naturales. El tollo, una especie de tiburón pequeño, incluso está en peligro de extinción, según la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y en Colombia —donde se graba el programa—, incluso se considera como en riesgo crítico de desaparecer.

Es cierto que en Ecuador el cuidado del medioambiente no es una prioridad —el balance ambiental de 2021 es una prueba de ello: altos índices de deforestación, pesca ilegal, y expansión minera y petrolera. Pero eso no significa que la industria del entretenimiento pueda ignorar que en nuestro país hay un Código Orgánico del Ambiente (COA) que se tiene que cumplir. 

El COA prohíbe la caza de especies de vida silvestre y amenazadas o en peligro de extinción. También sanciona la “caza, pesca, captura, recolección, extracción, tenencia, exportación, importación, transporte, movilización, aprovechamiento, manejo y comercialización” de especies de vida silvestre y amenazadas sin autorización. Según la ley, son infracciones graves en el caso de la capibara, el venado y la babilla, y muy graves en el caso del tollo. Hay varias clases de sanciones, pero la más común es la multa económica que se basa en el salario básico, que este año es de 425 dólares.

La multa para las infracciones graves varía entre los 2.125 y los 31.875 dólares, y la multa para las infracciones muy graves entre 4.250 y 85.000 dólares. 

Los únicos que pueden cazar y consumir carne silvestre sin ser sancionados en nuestro país, son los pueblos y nacionalidades indígenas o pueblos originarios porque es parte de su cultura y una parte esencial para su subsistencia diaria.

No sabemos si el programa tenía una autorización para tener estas especies. Le pregunté al Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica sobre esta autorización, pero una funcionaria me dijo que el ministerio no se puede pronunciar sobre eso porque no tiene competencia sobre algo que pasó en Colombia. Sin embargo, el Ministerio emitió un escueto comunicado en el que recuerda que el consumo de carne silvestre es ilegal en el país. 

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El comunicado dice también que el Ministerio “rechaza categóricamente la promoción y difusión de contenido gráfico o audiovisual” que promueva la compra y consumo de especies silvestres. El documento hace referencia al programa de cocina y dice que aunque “fue filmado fuera del país, expone una situación que podría provocar el consumo ilegal de carne silvestre”. 

Y sí, el programa se graba en Colombia, y el COA no aplica allá. En el programa, la chef Carolina Sánchez, que es parte del jurado del reality, dijo que los animales eran “de criadero”. En Colombia, donde se graba el programa, sí hay criaderos de especies que se usaron en el programa, pero en Ecuador no los hay. 

Pero incluso en el escenario en que no son animales cazados, el problema es el mensaje que el episodio transmite. Vuelve entretenimiento el consumo de especies que no se deben comer. Porque están en riesgo. Porque están protegidas. Y porque el consumo de estas carnes muy probablemente hizo que el coronavirus que produce la enfermedad llamada covid-19 (ajá, el de la pandemia) probablemente saltó a los humanos por el consumo de “carne de monte”, como también se conoce a los animales silvestres. 

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Tres de las cuatro especies que se cocinaron ayer en Masterchef están en el listado de las especies silvestres amenazadas de la diversidad biológica colombiana —tollo, babilla y venado—. Por lo que tampoco estuvo bien que se usaran aunque el programa se grabe allá. 

La cuestión es que la televisión influye en los comportamientos masivos. Y como es un gran medio de comunicación, no puede tomarse a la ligera el uso de estas especies. De dónde salieron los animales que se cocinaron, también es un problema. El científico Santiago Ron me dijo que lo que preocupa es que “se normaliza comer algo que en nuestro país es casi imposible que pueda tener una procedencia legal”. Ron explica que las personas —en su mayoría ecuatorianos que deben cumplir el Código del Ambiente— que vean el programa van a tener curiosidad por probar alguna de estas especies y podrían irse contra la ley. 

En nuestro país, para encontrar carne de estas especies, se tendría que cazarlas —que está prohibido por ley— o conseguirlas ilegalmente en un mercado como el de Pompeya, en la Amazonía ecuatoriana. 

Este mercado es conocido por ser un lugar donde se vende ilegalmente carne de monte y especies protegidas que habitan dentro del Parque Nacional Yasuní, como la huangana y el picari, que son como chanchos salvajes, y la guanta, que se parece a un hámster grande.

Poner a cocinar carne silvestre a once cocineros ecuatorianos, en televisión ecuatoriana, sin ninguna clase de advertencia o aclaración sobre la proveniencia de las especies o los permisos que se necesitan para conseguirlas es irresponsable. 

Otro problema, me dijo Tarsicio Granizo, director de WWF Ecuador, son “los factores de bioseguridad”. El consumo de carne silvestre, históricamente, ha sido el causante de enfermedades y pandemias. 

La Organización Mundial de la Salud dice que el ébola, por ejemplo, ingresó a las poblaciones humanas a través de la manipulación y consumo de animales salvajes infectados. En el peor brote de ébola de la última década, mató a  más de 11 mil personas  solo en África Central. 

Se cree que la pandemia de covid-19 con la que vamos viviendo ya dos años también se originó debido al consumo de animales silvestres. Michael Worobey, un científico de la Universidad de Arizona, dice que el primer caso conocido de covid-19 fue un vendedor en el mercado de animales vivos en Wuhan, una ciudad al este de China.

Los productores de Masterchef no se han pronunciado sobre el uso de animales silvestres en su programa. Pero es importante que lo hagan porque es quizá el programa de más alto rating del Ecuador.

“Venado, capibara, tollo y babilla. ¿Has comido alguna de estas proteínas?”, preguntó Masterchef durante el episodio en Twitter a millones de usuarios. La pregunta merecía una respuesta de los protagonistas, a cuyas historias miles se han enganchado, o de los productores, jueces y conductores del popular programa. Y era una respuesta sencilla y bien fundamentada: los animales silvestres (o, como se la conoce aquí, “carne de monte”) no se comen.

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Doménica Montaño
(Quito) Ex reportera de GK. Cubre medioambiente y derechos humanos.

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