El arduo camino de la vagina
Quienes éramos jóvenes en la década de los noventa recordamos el diálogo entre los personajes de Charles (Hugh Grant) y Carrie (Andie MacDowell) en Cuatro bodas y un funeral (1994), en el que la protagonista enumera a sus parejas sexuales. La cuenta llega a treinta y tres. Ni mucho ni poco. “Jamás debería tratarse de uno solo hombre”, sentencia Carrie. Al igual que el sorprendido pretendiente, a más de un espectador recatado la cifra también le parece escandalosa, e, inevitablemente, debió preguntarse: ¿cuántos amantes tiene la mujer promedio? De entre las que fueron iniciadas solamente por el cónyuge en el LEER MÁS
El amor es bailar
Para Sandra Milena “El amor es bailar”. Café Tacuba Re. Dicen que bailar es hacer el amor de pie. Cuando uno baila con ganas intima tanto como si tuviera buen sexo: olores, fluidos, ritmos y pulsaciones y creo que por eso, en muchos casos bailar requiere tomarle gusto a esa ceremonia donde se comparte el cuerpo y se próxima a otra piel con expectativa, casi siempre erótica. Yo bailo salsa porque es lo que he aprendido luego de nueve meses de estar viviendo junto a colombianos que llevan la agitación en la sangre. Pese a mi buena voluntad, siempre me LEER MÁS
El mejor mago del mundo
¿Qué sucede cuando un mago no alcanza a deshacer su truco? Acabo de pasar el peor fin de semana de mi vida. La peor experiencia de mi vida, más bien. Discúlpenme si mi redacción es un poco errática...sigo en estado de shock. Les cuento: Fui con mi mujer a Berlín para asistir al mítico Circo de Solei, cuyo número estelar este año es el acto de Rahim Mohammadi considerado el mejor mago del mundo. Mis suegros nos habían regalado por nuestro séptimo aniversario de bodas unas entradas en las primeras filas y habían reservado una habitación en un hotel 4 estrellas de Prenzlauerberg con LEER MÁS
De los hombres no me gusta es que se gastan
@HembraDragon El retorno de la turista De los hombres me gusta el pelo, un pelo frondoso, abundante como una mata copiosa de hojas suaves es una invitación a hundir las manos en la raíz y agitar hasta que se alborote y se avive. De los hombres me encantan las orejas rojas, los lóbulos encendidos que me provoca ensalivar y poner entre los labios. De ellos me cautiva los ojos expresivos y, eso sí, la nariz debe ser prominente (los grandes hombres narizones fueron, decía mi padre), una nariz que te permita detener la vista. De los hombres rara vez me LEER MÁS