Esta es una historia real. María acaba de dar a luz a su primer hijo, Lucas. Ella y su esposo, Juan, viven en un cómodo apartamento, desde donde pueden ver el prodigioso volcán Pichincha en las mañanas en que Quito amanece despejado y soleado. Ambos tienen buenos empleos —ella es ejecutiva de cuentas en una agencia de publicidad, él empieza su carrera en un reconocido bufete de abogados. Nunca han tenido que preocuparse por la falta de recursos. Sin embargo, cuando su pediatra les mencionó la posibilidad de que Lucas pudiera padecer Desnutrición Crónica Infantil (DCI), María sintió un nudo en el estómago.
“Siempre asocié esta condición con la pobreza”, dice, entre tímida y avergonzada, pidiendo que sus nombres reales no aparezcan en esta nota. Pero está también aliviada: ahora sabe que ningún niño está completamente a salvo de padecer DCI, una condición que puede comprometer su futuro.
En esta breve guía, te explicamos todo lo que debes saber sobre la DCI, cómo prevenirla y por qué es importante erradicarla en el Ecuador.
¿Qué es la desnutrición crónica infantil?
La desnutrición crónica infantil es una condición en la que un niño o niña presenta un retraso en su crecimiento por la insuficiencia prolongada de nutrientes.
Esto se determina comparando la talla de cada niño y niña en relación con su edad. Cuando no recibe los nutrientes necesarios para su desarrollo, durante un periodo prolongado, su crecimiento se compromete, generando consecuencias duraderas en su salud y desarrollo cognitivo.
“El pediatra de Lucas nos explicó que la desnutrición crónica no solo es cuestión de acceso a alimentos, sino también de la calidad de estos”, dice Juan, tomando de la mano a su esposa. Hay también otros factores que inciden en la prevención de la DCI, como la lactancia materna, la higiene, la vacunación y la atención médica adecuada.
Todos son esenciales para garantizar un crecimiento saludable en los primeros años de vida. Además, datos recientes indican que en Ecuador, todos los quintiles socioeconómicos, en mayor o menor medida, sufren de desnutrición crónica infantil. O sea, no solo aquellos sin acceso a dinero o alimentos adecuados
Causas de la desnutrición crónica infantil
La DCI tiene múltiples causas. Estas incluyen:
- Acceso a agua segura: El consumo de agua no potable puede llevar a enfermedades que dificultan la absorción de nutrientes.
- Atención médica: La falta de controles médicos regulares y de suplementos nutricionales puede contribuir a la desnutrición.
- Lactancia materna: La lactancia exclusiva durante los primeros seis meses es crucial, pero muchas madres no reciben el apoyo necesario para mantenerla.
- Vacunación y higiene: La falta de vacunas y de prácticas higiénicas adecuadas pueden llevar a infecciones recurrentes que afectan la absorción de nutrientes.
María, escuchando al pediatra, comprendió la complejidad del problema. Se sorprendió al saber que la desnutrición crónica afecta a niños en todas las condiciones socioeconómicas en Ecuador, reafirmando que Lucas no estaba exento de riesgo simplemente por su situación económica.
Impacto de la desnutrición crónica en el desarrollo
Los efectos de la DCI pueden ser devastadores y duraderos. No solo afecta el crecimiento físico del niño, sino también su desarrollo cognitivo y emocional.
La falta de nutrientes esenciales como proteínas, hierro y calcio puede llevar a deficiencias en el desarrollo del cerebro y del sistema inmunológico. Esto hará que los niños más susceptibles a enfermedades, tengan problemas para el aprendizaje, y padezcan retrasos en su desarrollo.
Por eso, una dieta rica en proteínas de alta calidad, como huevos, leche y carnes son indispensables para el desarrollo cerebral y físico de Lucas. Además, el consumo de leguminosas y granos puede complementar la dieta y proporcionar los nutrientes necesarios para un crecimiento saludable.
La importancia de la nutrición durante el embarazo
María recordó su embarazo. “Me pregunté si había hecho todo lo posible por la salud de Lucas”, dice, aún con la voz entrecortada. La nutrición adecuada durante el embarazo es fundamental para prevenir la desnutrición crónica infantil.
Se estima que 5 de cada 10 madres de niños con desnutrición crónica no consumieron los suplementos adicionales a ácido fólico y hierro necesarios durante su embarazo como, por ejemplo, el calcio, cruciales para el desarrollo del bebé y la salud de la madre
Alexandra Jaramillo, nutricionista consultada por REDNI, la fundación ecuatoriana que trabaja para la erradicación de la DCI, explica la importancia de complementar su dieta con alimentos ricos en estos nutrientes. “Como el brócoli, las sardinas, los frutos secos, el queso, la leche, las acelgas y las espinacas”, dice Jaramillo. Todos, alimentos a los que Juan y María podrían haber accedido. Solo les faltaba información.
Estrategias para prevenir la desnutrición crónica infantil
Prevenir la DCI requiere un enfoque integral que involucre a toda la comunidad, y al país entero. Después de todo, en el Ecuador, uno de cada cuatro niños sufre de esta condición, lo que compromete el futuro educativo, productivo y social de nuestra sociedad.
Algunas estrategias efectivas incluyen:
- Educación nutricional: Informar a los padres sobre la importancia de una dieta balanceada y cómo preparar alimentos ricos en nutrientes.
- Acceso a servicios de salud: Garantizar que todas las familias tengan acceso a controles médicos regulares y a suplementos nutricionales.
- Promoción de la lactancia materna: Apoyar a las madres para que puedan amamantar exclusivamente durante los primeros seis meses y continuar con la lactancia junto con alimentos complementarios hasta los dos años.
- Mejora del acceso a agua potable: Implementar programas que aseguren el suministro de agua segura a todas las comunidades.
María y Juan comprendieron que aunque no enfrentaban problemas económicos, la prevención de la desnutrición crónica infantil requería de esfuerzos conscientes y continuos.
Decidieron asistir a charlas educativas de REDNI, y seguir al pie de la letra las recomendaciones de su pediatra, que además los refirió a una nutricionista, para asegurar el desarrollo saludable de Lucas.
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La Desnutrición Crónica Infantil es un problema serio que no distingue entre ricos y pobres. “Aprendimos que afecta a niños de todas las condiciones socioeconómicas y tiene consecuencias duraderas en su desarrollo físico y cognitivo”, dice Juan, ya sonriente, con el sosiego de quien ha evitado un problema crítico en la vida de sus hijos.
La prevención y el tratamiento de esta condición requieren un enfoque integral que incluya educación, acceso a servicios de salud, promoción de la lactancia materna y mejora del acceso a agua potable. Solo así podremos asegurar que todos los niños tengan la oportunidad de crecer sanos y fuertes.
María y Juan, conscientes ahora de los riesgos y de las medidas necesarias, están comprometidos a darle a Lucas un futuro lleno de salud y oportunidades. Sin embargo, no solo depende de ellos: es responsabilidad de toda la sociedad actuar y asegurar un desarrollo adecuado para los más pequeños. De ti, de nosotros. De todos. Ahora que lo sabes, dale alegría a su futuro: nutre, aprende y comparte.
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