Su nombre es Darío Arturo Chinchay San Lucas, un hombre de 31 años, a quien conocen como El Morado en el círculo criminal de Ecuador. Pero su apodo ha salido de los márgenes: la Policía y la institución que la rige, el Ministerio del Interior, intentan posicionar a Chinchay San Lucas, como el principal responsable de la explosión en Cristo del Consuelo. 

El atentado, que mató a cinco personas y dejó heridas a casi veinte en aquel barrio asentado en el suroeste de Guayaquil el 14 de agosto de 2022, suma más violencia a la que ya vive Ecuador. Pronto, el país superará las 2700 muertes, documentadas solo en este año. Y el nombre de El Morado resuena en el país.

➜ Otras Noticias

Tanto el ministro Patricio Carrillo, como el comandante Víctor Zárate, quien lidera las operaciones policiales en la Zona 8 de la provincia del Guayas, dicen que alias El Morado confesó su participación en el atentado en Cristo del Consuelo.

Sin embargo la Fiscalía ecuatoriana anunció, el 19 de agosto, que no ha sido vinculado a la investigación de lo ocurrido en Cristo del Consuelo. Y las versiones sobre lo ocurrido en aquel barrio aún no han sido esclarecidas. 

Horas después de reportarse el atentado, el Ministerio del Interior y la Policía Nacional responsabilizaron a la banda delictiva Los Tiguerones —una organización narcodelictiva que opera, sobre todo, en Esmeraldas—. Según Carrillo, una de las teorías es que el ataque estaría dirigido a alias Cucaracha, un habitante del sector que tendría relación con la banda delictiva Los Tiguerones. El Ministro dijo que todavía no se tenía más información al respecto, pero que esperan dar una “nueva entrega de información” sobre el caso hasta el 15 de agosto. Sin embargo, la familia del hombre, de 42 años, rechazó las declaraciones de Carrillo y exige que se presenten pruebas sobre sus posibles nexos con la banda. 

Dos fuentes reservadas aseguraron a GK que el atentado es uno de los incidentes de violencia que continuarían replicándose, y que está vinculado a un sicariato documentado el 1 de agosto: el de Juan Pablo Andrade, un hombre que habría tenido relaciones cercanas con Los Lagartos, una banda carcelaria fundada por el fallecido alias Cubano. Una de las fuentes relató que en la calle ocho se habría escondido una de las personas vinculadas al crimen, que se habría concertado en otra zona aledaña del barrio. 

La Fiscalía pidió no “adelantar criterios”. El Morado ha sido solamente procesado por presunto tráfico ilícito de armas, pues en su poder fueron halladas varias armas, incluida una modelo baby glock con la que se habría disparado a más de una docena de personas. 

El Morado fue detenido cuatro días después del ataque en el barrio, el 18 de agosto. Pero no fue aprehendido en el marco de las investigaciones por lo ocurrido, sino cuando agentes investigadores estaban indagando el sicariato de una familia, una pareja y su hija, en el suburbio de Guayaquil, documentado horas después de la explosión. En un celular que le decomisaron a Chinchay habría evidencia que lo vincula al atentado de Cristo del Consuelo, sobre todo, conversaciones donde se habla del ataque

El Morado quien sería miembro de la banda delictiva Los Águilas, alineada a Los Choneros y fundada por Junior Roldán, alias JR, fue trasladado a la cárcel de máxima seguridad de Guayaquil, conocida como La Roca. Y aquella captura, además, dio cuenta del quiebre del sistema judicial en el país: El Morado, en realidad, había salido apenas una semana antes de prisión, pues enfrenta un proceso penal como presunto responsable de una tentativa de asesinato en la ciudad portuaria. Sin embargo, un tribunal lo dejó en libertad, tras disponer medidas alternativas a la orden de prisión preventiva qué estaba cumpliendo. 

Y no es el primero. El Morado registra antecedentes penales desde el 2006 y ha afrontado al menos siete procesos penales desde entonces: dos por delito de receptación, dos por robo, dos por tenencia de armas y uno por tentativa de asesinato. 

La “suerte” de alias El Morado 

Darío Arturo Chinchay Sanlucas ha sido favorecido más de una vez por la justicia ecuatoriana. Y no es aislado: conocidos son varios casos en los que los tribunales en el país han dictado fallos para dejar en libertad a líderes delictivos. 

Ocurrió con Jorge Luis Zambrano, el fallecido líder de Los Choneros en 2020, pero también con el actual líder de Los Águilas y segundo al mando de Los Choneros.

Junior Roldán, beneficiado con un habeas corpus en 2022, que fue después revocado.

En el caso de El Morado había salido de prisión apenas una semana antes de que la explosión estallara en Cristo del Consuelo. Enfrentaba un proceso penal previo por tentativa de asesinato. Entre el 4 y 5 de agosto de este año se instaló la audiencia de apelación a la prisión preventiva que Chinchay y un hombre llamado Dennis Camacho cumplían en un proceso penal por tentativa de asesinato. Ese presunto delito habría ocurrido en abril, cuatro meses antes del atentado en Cristo del Consuelo. De acuerdo con el parte policial, citado en los expedientes del proceso, Chinchay y Camacho fueron detenidos a las tres y cincuenta de la madrugada del 10 de abril . 

Los agentes que suscriben el documento detallan que vieron a El Morado, a Camacho y a otra persona que no ha podido ser identificada, movilizándose en un vehículo modelo chevrolet aveo, blanco y sin placas, hacia el suburbio de Guayaquil. Cuando vieron que la Policía se aproximaba, comenzaron a huir. Allí comenzó la persecución.

Los agentes solicitaron más apoyo y, junto a otras patrullas, intentaban interceptarlos. Lograron detenerlos en un callejón sin salida, pero el copiloto huyó. Chinchay y Camacho fueron detenidos. En el interior del vehículo se encontraron indicios balísticos. Los agentes conectaron la detención con el reporte de siete personas que habían sido heridas impactadas por proyectiles minutos antes de que los hombres fueran detenidos. Varios de los heridos fueron trasladados al hospital Guayaquil y al del Guasmo Sur. Las víctimas decidieron no denunciar, pero se formalizó la formulación de cargos contra los dos hombres por tentativa de asesinato. 

Durante la audiencia de flagrancia, que se desarrolló el 10 de abril, Camacho dijo que era un taxista y que El Morado y otro hombre lo habían obligado a circular. Pero pidió que no lo envíen a la Penitenciaría del Litoral porque “tenía problemas”. El Morado dijo, en cambio, que estaba bebiendo licor, que por eso se encontraba en el suburbio. Ambos fueron trasladados a la cárcel regional —donde están confinados los líderes de Los Choneros— por orden del juez. La instrucción fiscal duraría 30 días. 

La audiencia de llamamiento a juicio —donde se sabría si ambos iban a no a los tribunales— fue agendada para el 6 de julio. 

Sin embargo en abril, luego de la formulación de cargos en su contra, tanto Camacho como El Morado presentaron un recurso de apelación para dejar sin efecto la orden de prisión preventiva y así enfrentar el proceso penal en libertad. Debía instalarse el 17 de junio, pero una jueza no pudo llegar a la diligencia y fue diferida para el 7 de julio. Tampoco se cumplió porque la Fiscalía no asistió. Finalmente, se instaló el 4 y 5 de agosto. 

El tribunal, conformado por tres jueces: Víctor Vaca, que fue ponente, Juan Paredes, quien reemplazó a su colega Fabiola Gallardo, y Beatriz Cruz, decidió dejar en libertad a los hombres bajo tres argumentos.

 Los jueces dijeron que no había un informe médico legal sobre las personas heridas en el atentado, y que justamente la Fiscalía debía cumplir con el reconocimiento de aquel documento, sobre todo, cuando se trata de un delito contra la vida de una persona . Tampoco, sustentaron, hubo evidencias de armas, sino solo el vehículo.

Los jueces dijeron, además, que “la fiscalía no ha realizado una investigación eficaz, eficiente que dé como resultado la identificación clara y contra de quiénes serían los autores del delito de este proceso penal”. 

Así, el tribunal revocó la prisión preventiva y dictó medidas alternativas: prohibición de salida del país, colocación de un grillete electrónico y presentación, cada 10 días, de los procesados ante la Fiscalía. La boleta de excarcelación se hizo efectiva una semana antes de que cinco personas fallecieran por el atentado en Cristo del Consuelo. 

¿Quiénes son Los Águilas, la banda a la que pertenecería El Morado? 

Los Águilas —que alguna vez se llamaron La Marca, y así los identificaba la policía— es una banda delictiva, reconocida como una sub célula de Los Choneros. Los Águilas tienen un rol logístico y operativo como parte de su alianza con esa banda, que hasta el 2020 fue liderada por Jorge Luis Zambrano, alias JL. Y aunque no tiene décadas de historia —sino menos de cinco años—, es ahora una de las organizaciones involucradas en las masacres carcelarias de 2021 y que tiene más presencia en la Penitenciaría del Litoral: están presentes en los pabellones 3, 6 y 7 de la prisión más violentas del país.

Los Águilas se dedican al narcotráfico, pero también al sicariato, un delito en el que su líder, alias JR, pareciera tener amplia experiencia, pues se le atribuyen más de 20 asesinatos. Muchos, presumiblemente, ordenados desde su celda en prisión, como denunció en 2015 el ministro del Interior, José Serrano. 

Alias JR cumple sus condenas desde 2009 por asesinato pero las autoridades presumen que no ha dejado de delinquir desde su celda. En sus primeros años en prisión, conoció a William Poveda, alias Cubano, quien fue asesinado en el 2019. Por un largo período JR se alió con él y, eventualmente, con la banda Los Lagartos, hasta que conoció a Jorge Luis Zambrano, alias JL.

KarolNorona 1 150x150
Karol E. Noroña
Quito, 1994. Periodista y cronista ecuatoriana. Cuenta historias sobre los derechos de las mujeres, los efectos de las redes de delincuencia organizada en el país, el sistema carcelario y la lucha de las familias que buscan sus desaparecidos en el país. Ha escrito en medios tradicionales e independientes, nacionales e internacionales. Segundo lugar del premio Periodistas por tus derechos 2021, de la Unión Europea en Ecuador. Recibió una Mención de Honor de los Premios Eugenio Espejo por su crónica Los hijos invisibles de la coca. Coautora de los libros 'Periferias: Crónicas del Ecuador invisible' y 'Muros: voces anticarcelarias del Ecuador'.
Y tú ¿qué opinas sobre este contenido?
Los comentarios están habilitados para los miembros de GK.
Únete a la GK Membresía y recibe beneficios como comentar en los contenidos y navegar sin anuncios.
Si ya eres miembro inicia sesión haciendo click aquí.

VER MÁS CONTENIDO SIMILAR