¡Hola, terrícola! En enero de 2022, ya conversábamos en esta hamaca del potencial revelador del telescopio James Webb, que partió al espacio el 25 de diciembre del año anterior. Ahora, el magnífico observatorio espacial ha enviado las primeras imágenes de un universo al que apenas nos habíamos asomado y cuya belleza hemos visto en profundo detalle por primera vez.

flecha celesteOTROS HAMACAS

La hermosura de las primeras imágenes del telescopio James Webb tiene varios pliegues. A mí me emociona, sobre todo, pensar en las imágenes que nos mostrará en un futuro cercano. Como decíamos en enero, el James Webb es en esencia una máquina del tiempo que ve en infrarrojo.

Gracias a su potencia, nos hemos adentrado como nunca antes en la historia cósmica. Esta explicación de la revista Scientific American me parece la que gráficamente mejor explica lo que estamos viendo gracias a James Webb. 

Las imágenes muestran cómo se veía esa —minúscula— porción del universo hace unos 4,6 mil millones de años. El espacio observado fue descrito por la NASA como “del tamaño de un grano de arena sostenido a la distancia de un brazo extendido”.  La primera imagen revelada, conocida como el Campo Profundo de Webb, retrata a un cúmulo de galaxias llamado SMACS 0723, que se puede ver en el cielo del hemisferio Sur, cerca de la constelación Volans.

Ha sido un vistazo mucho más completo y de mayor alcance del que nos dieron otros célebres campos profundos, los del telescopio Hubble que solo captaba luz visible. Pero el Webb al captar la estela de la luz infrarroja emitida por esas galaxias en sus momentos formativos, retrata su apariencia infantil

Hubble vs James Webb y Webb versus Herschel 

Por cierto, hablando de Webb y Hubble. James Webb tiene un menos conocido antecesor con el que deberíamos compararlo un poco más. Era el telescopio espacial Herschel, lanzado por la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés).

Hubble fue lanzado en 1990 y seguirá en servicio al menos hasta el final de esta década. Herschel, en cambio, tuvo una vida mucho más corta: entró en operación en 2009. Funcionó hasta 2013 cuando se quedó sin refrigerante. Se estima que James Webb vivirá un período similar (o, con suerte, hasta diez años)

Hubble veía luz visible y orbita a la Tierra. En cambio, Herschel veía en infrarrojo y estaba estacionado en el punto del espacio conocido como L2.  La principal diferencia entre Webb y Herschel, explica la NASA, es el rango de longitud de onda de ambos telescopios y su tamaño. “Webb va de 0,6 a 28,5 micrones; Herschel pasó de 60 a 500 micras. Webb también es más grande, con un espejo de aproximadamente 6,5 metros frente a los 3,5 metros de Herschel”, explicó la agencia espacial estadounidense en una comparación entre los tres telescopios

La diferencia de esos rangos de longitud de onda hizo que Herschel oteara los extremos de ese espectro: captaba las galaxias más activas en formación de estrellas, que emiten la mayor parte de su energía en el infrarrojo lejano. En cambio, y esto es lo emocionante de las imágenes del telescopio James Webb, éste encontrará las primeras galaxias que se formaron en el universo primitivo. Para ello, explica la NASA, precisaba “una sensibilidad extrema en el infrarrojo cercano”.

Nunca antes la humanidad tuvo una herramienta tan potente para mirar la profundidad del cosmos. En cierto sentido, nunca tuvimos nuestros ojos tan abiertos como ahora

imágenes MIRI y NIRCam

Las imágenes MIRI y NIRCam, una al lado de la otra. capturadas por el telescopio James Webb. Fotografía de la NASA, ESA, CSA, y el STScI.

Pero lo que veremos es aún más emocionante

Las primeras imágenes del telescopio James Webb son bellísimas. Han maravillado a las audiencias de todo el planeta. Para relevar su importancia, fueron anunciadas en una rueda de prensa encabezada por el presidente y la vicepresidenta de los Estados Unidos, Joe Biden y Kamala Harris

Pero lo que estamos esperando está un poco más allá. Si bien las imágenes reveladas son bellísimas y empujan la frontera existencial del Dios de los Vacíos aún más, lo mejor del James Webb está por venir.

 El observatorio tiene la capacidad de ver aún más allá de 4,6 mil millones de años. Sus creadores lo diseñaron para asomarse a los primeros cientos de millones de años del cosmos —la edad del universo es, como sabemos, unos 14 mil millones de años. Ese momento, dijo John Mather, director científico del Webb, se conoce como 200 años de Edad Oscura. El telescopio abrirá  “el baúl del tesoro infrarrojo”, le dijo Mather a la revista científica Quanta. 

En ese punto de la existencia, ni siquiera había galaxias. Todo era polvo y materia oscura. Detrás de esa cortina de 200 millones de años está el origen del universo, el Big Bang. En los próximos años, el telescopio James Webb nos irá mostrando cómo se veía un cosmos recién nacido

Toda es información nos maravillará visualmente. Pero, más importante aún: servirá para que los científicos del mundo entero entiendan mejor el funcionamiento universal —lo que nos permitirá dimensionar con más precisión nuestra efímera, insignificante, maravillosa y única oportunidad de estar vivos. 

Gracias por compartir conmigo estos minutos de la tuya. 

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José María León Cabrera
(Ecuador, 1982) Editor fundador de GK. Su trabajo aparece en el New York Times, Etiqueta Negra, Etiqueta Verde, SoHo Colombia y Ecuador, entre otros. Es productor ejecutivo y director de contenidos de La Foca.

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