En medio de la crisis producida por el paro nacional y la detención del líder indígena, Leónidas Iza, deja su cargo Eduardo Bonilla, secretario de Comunicación de la Presidencia y uno de los hombres más cercanos al presidente Guillermo Lasso.

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Una fuente cercana a la Presidencia, que pidió reserva, dijo a GK que el presidente “Lasso no escuchaba a Bonilla y que eso había desgastado la relación” lo que habría provocado que el secretario renunciara con carácter irrevocable. Hoy, 16 de junio, funcionarios que trabajaban junto a Bonilla aseguran que ya se retiró del cargo y que se despidió de sus colaboradores. 

A las 2:46  de la tarde, Bonilla escribió en su cuenta de Twitter que “Ha sido un honor, Guillermo Lasso, trabajar a su lado para conseguir la Presidencia y cumplir importantes metas este año de gobierno. Agradecido por su confianza siempre, hasta mi última gestión en la Cumbre de las Américas. Listo para los nuevos desafíos en el proyecto político”.

La salida de Bonilla de la presidencia era un secreto a voces desde la tarde del 13 de junio en el círculo político. Sin embargo, el secretario dijo a medios de comunicación que el rumor no era cierto. La misma fuente confirmó a GK que la salida de Bonilla no se hizo pública por las protestas que comenzaron el 13 de junio, que han ido incrementando su fuerza.

¿Cómo ha sido la gestión de la comunicación del gobierno?

Alejandro Zavala, consultor político y catedrático universitario, explica que la comunicación del presidente Lasso en el primer año de gobierno ha tenido falencias y que, desde el inicio de su mandato, comunicar asertivamente ha sido su “talón de Aquiles”.

“Este gobierno ha sido silencioso cuando debería estar comunicando permanentemente a la ciudadanía”, dice Zavala. Y analiza en tres puntos la comunicación del Gobierno:

  1. La comunicación ha sido extremadamente reactiva. Zavala explica que esto se ha visto en varias ocasiones. Por ejemplo, en el caso de los Pandora Papers “el Gobierno se demoró dos días en dar una versión. Cuando sucedieron las masacres carcelarias el Gobierno ha tardado hasta un día en pronunciarse”. El experto dice que estos son temas muy delicados y se necesitaban pronunciamientos rápidos y “si hasta se quiere decir, proactivos”, antes que estallen y para que la gente esté un poco más tranquila. Este descuido ha permitido que la oposición marque las discusiones y ponga la agenda. “El gobierno de Lasso no ha logrado poner la agenda de discusión pública sino la oposición al hacer las críticas”, argumenta el experto.
  2. Su comunicación nunca fue memorable. “No conectaba con la gente y es poco probable que la gente pueda decir yo me acuerdo de este spot o de este jingle”, dice Zavala. A esto se suma que por 10 años en el gobierno de Correa hubo una comunicación muy fuerte y hasta una propaganda  efectiva que le llegaba a la gente y “ahora tenemos todo lo contrario”. Zavala opina que es una comunicación “anodina que no conecta con la gente y es cero memorable”.
  3. La comunicación fue poco previsible ante las crisis. “Cuando uno hace comunicación de crisis, lo primero que tiene que hacer es un mapeo de los posibles escenarios para prevenir las crisis y que no te estallen en la cara”. El experto dice que “da la impresión de que en el equipo de Bonilla nadie mapeaba los escenarios de lo que podía suceder”. Así se habría podido tener lista una campaña de comunicación y de gestión para contrarrestar este tipo de cosas. Pero no las hubo.

Zavala asegura que estas tres características, principalmente, han hecho que la comunicación del gobierno de Lasso no haya sido efectiva y se le puede agregar que este gobierno cambió el status quo de la política ecuatoriana. 

“Cuando tú rompes con el status quo de la política , se llame Nebot, Correa o Iza, tienes que comunicarte muy fuertemente con la ciudadanía porque esa es la base que te va a dar la potencia para poder mantenerse en el ejercicio del poder”. El experto agrega que “si estás rompiendo con los dirigentes y los políticos más importantes, tienes que hacerte fuerte con la gente y los gremios para tener respaldo”. 

Como resultado de estos tres puntos, Zavala explica que un gran error del Gobierno en términos de comunicación fue que nunca pudo construir un segundo piso tras el tema de la vacunación. Es decir, opina que no fue un ejemplo de éxito de comunicación, sino de gestión. Sobre ese primer piso que el Gobierno logró con mucha fuerza (el número de vacunados) debía haber cimentado un segundo, un tercero y cuarto piso,  para mantener los niveles altos de aceptación que tenía el Presidente cuando fue electo.

¿Quién es Eduardo Bonilla?

Eduardo Bonilla Salcedo es un economista guayaquileño. El 20 de mayo, Guillermo Lasso, aún presidente electo, anunció que él sería el secretario de Comunicación.

Desde 2017, Eduardo Bonilla es el presidente de Léttera, una agencia de marketing digital, relaciones públicas, eventos y manejo de crisis. Léttera manejó la comunicación de la campaña presidencial de Guillermo Lasso en las elecciones de 2021, que Bonilla dirigió. Además, según su sitio web, también ha dirigido campañas de la Cámara de Comercio de Guayaquil, American Express y el Banco Guayaquil, del que Lasso es uno de sus principales accionistas. 

Bonilla también fue el Director de Comunicación de la campaña de Guillermo Lasso en 2017, la segunda vez que fue candidato a la presidencia y perdió contra Lenín Moreno.

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Liz Briceño Pazmiño
Periodista. Ex reportera de GK. Ha publicado en El Mundo (España) y Axios(EE.UU). Es becaria del International Center for Journalists (ICFJ). Máster en Producción, Edición y Nuevas Tecnologías Periodísticas. Cubre migración, derechos humanos y economía.

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