Al comienzo de la jornada el IOTA se negocia a las 06:36 horas a 0,68 dólares, lo que supuso una ganancia del 2,02% con respecto a los 0,66 dólares de la jornada previa.

En relación a los últimos siete días, el IOTA marca un incremento del 4,74%; por el contrario en términos interanuales mantiene aún una bajada del 38,34%.

En la foto anual, el IOTA ha llegado a pagarse en un máximo de 1,40 dólares, mientras que su nivel más bajo ha sido 0,65 dólares. Por otro lado, el valor de esta criptomoneda basada en Blockchain se posiciona más cerca de su mínimo que de su máximo.

En cuanto a las variaciones de este día respecto de jornadas pasadas, con este dato corta la racha plana que marcaba en las dos jornadas anteriores.

¿Cuál es la volatilidad de esta criptomoneda?

La volatilidad es un elemento que puede afectar considerablemente a la rentabilidad, valor y activos financieros y gestión de carteras en general. Básicamente, la volatilidad financiera muestra una variación o cambio de tendencia de un activo dentro de un periodo temporal determinado.

Dicho de otro modo, si una criptomoneda apenas tiene variaciones significativas, esto significará que su volatiildad será baja. ¿Por qué? Porque su tendencia no ha cambiado. Sin embargo, un precio con sucesivas variaciones altas en el tiempo repercutirá en un incremento de la volatilidad. Como consecuencia, una volatilidad alta supone un mayor riesgo para los inversores potenciales, mientras que una baja implica menor riesgo.

En la última semana la volatilidad del IOTA presenta un comportamiento claramente inferior a la volatilidad que muestran las cifras del último año, lo que indica que en esta última fase está tendiendo menos variaciones de lo que indica la tendencia general.

Podemos asumir, por lo tanto, que la volatilidad mide la posibilidad de que una inversión pierda valor. Un valor estable significará seguridad para el inversor, mientras que las alteraciones llevarían un riesgo más alto para los inversores más activos.

En finanzas hay distintas métodos para medir la volatilidad de un activo (principalmente, en función del periodo y momento en el tiempo en el que se mida el concepto) y es un valor generalmente constante, pero como en todo, está expuesto a riesgos que pueden provocar cambios de tendencia.