Después de que la Asamblea Nacional archivara la Ley de Inversiones propuesta por el gobierno de Guillermo Lasso, el Presidente anticipó que convocaría a una consulta popular para no depender del Legislativo para gobernar y llevar a cabo su agenda. Sin embargo, hasta la mañana de hoy, 12 de abril, no había dado detalles específicos sobre cómo sería.

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En su habitual programa de entrevistas matutinas de los martes, el presidente Lasso dijo que su gobierno ya está trabajando para enviar antes del 30 de abril de 2022 “el primer trámite a la Corte Constitucional” para informarle de su intención de llevar a cabo una consulta popular. En esta consulta se espera que el gobierno de Lasso haga un “conjunto de enmiendas a la Constitución que le permitan fortalecer el sistema político” y por ende la gobernabilidad, dijo el Presidente.

Lasso también explicó que se preguntará al pueblo ecuatoriano si está de acuerdo con la Ley de Inversiones y Empleo que fue negada por la Asamblea el pasado 24 de marzo de 2022.

Lasso explicó que la Constitución faculta al gobierno a “someter esa misma ley a consulta popular para que sea el pueblo el que decida su futuro y no sean, con honrosas excepciones, unos zánganos que están ahí solo para cuidar su patrimonio personal y que pretenden lucrar del gobierno a cambio de apoyar leyes que requieren el desarrollo del país”.

El analista político y constitucional Rafael Balda explica que las consultas populares pueden plantear dos escenarios: que en la consulta se plantee una reforma constitucional o que le pregunten a la gente su opinión sobre algún tema en particular que más adelante, tras ser aprobado por el pueblo, tendrá que ser materializado a través de un acto normativo del Legislativo o de alguna otra autoridad que tenga la capacidad de emitir la norma correspondiente —como los Ministerios, el presidente (a través de un reglamento) o los Gobiernos Autónomos Descentralizados. 

Balda también dice que esos dos escenarios podrían combinarse en una sola consulta. Según las explicaciones de Lasso esta mañana, su consulta popular apuntaría a combinar ambas opciones.

Balda señala que  la consulta popular debe ser entendida como una forma en la cual su proponente, en este caso el Presidente, busca un cambio del estatus quo normativo, legislativo, regulatorio y político.

El analista dice que una consulta popular se justifica cuando se quiere hacer un cambio en la legislación o incluso a nivel constitucional que “de otra manera le tomaría mucho tiempo o le sería difícil lograr porque no tiene las condiciones políticas en la Asamblea”. Añade que la consulta popular se usa cuando el gobierno observa que no va a tener apoyo para lograr ese cambio por las vías institucionales normales y opta  por la vía de la democracia directa

Rafael Balda explica que la consulta popular se realiza “bajo el supuesto que el electorado va a apoyar la tesis planteada por el Ejecutivo, por lo que tiene una consecuencia política”. Además, dice que “en caso de que se consiga el respaldo de la ciudadanía para generar esos cambios se fortalece la posición política del Presidente frente al otro gran poder del Estado que es la función Legislativa”. Porque a través de una consulta exitosa se demostraría que el Ejecutivo puede acudir a esta vía para lograr cambios, explica Balda. 

El experto en derecho político y constitucional explica que para un Ejecutivo que está en una situación como la actual —denominada gobierno dividido, en el cual el presidente no tiene una mayoría en el Legislativo—  es muy importante acudir a estas formas de democracia directa para realizar cambios normativos y legislativos.

¿Qué podría pasar en la consulta?

“El problema que ha pasado en el Ecuador con las consultas es que se vuelven, en muchos casos, en un referéndum de la popularidad de la aceptación del gobierno de turno. Y no es una discusión real sobre los temas que se están planteando”, opina Balda.

Además, explica que si el proponente no tiene la suficiente fuerza y popularidad lo más común “en nuestra historia republicana es que esas propuestas sean negadas o solo pasen aquellas que son muy populares”. M

“Se corre un riesgo muy alto porque puede generar que no se consigan los objetivos y se debilite la posición del gobierno”, dice Balda.

Por lo que el experto piensa que antes de acudir a una consulta popular el Ejecutivo debería fortalecer su posición ante la ciudadanía. La popularidad del presidente Lasso ha caído desde que comenzó su gobierno. Hasta finales de enero de 2022 la popularidad de Lasso bordeaba el 38.84%, según un informe de la encuestadora Perfiles de Opinión. Cuando comenzó su gobierno la popularidad era del 74%.

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Liz Briceño Pazmiño
Periodista. Ex reportera de GK. Ha publicado en El Mundo (España) y Axios(EE.UU). Es becaria del International Center for Journalists (ICFJ). Máster en Producción, Edición y Nuevas Tecnologías Periodísticas. Cubre migración, derechos humanos y economía.

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