En la pasada jornada el IOTA se negoció a las 11:01 horas a 0,89 dólares, lo cual implicó una ganancia del 2,46% comparado con los 0,86 dólares del día previo.

Con respecto a los últimos siete días, el IOTA acumula una mejora del 13,14%, por lo que en términos interanuales aún mantiene una mejora del 38,11%.

En el último año, el IOTA ha llegado a pagarse en un máximo de 1,40 dólares, mientras que su nivel más bajo ha sido 0,68 dólares. Por otro lado, el valor de esta criptomoneda basada en Blockchain se coloca más cerca de su valor mínimo que del máximo.

En relación a días previos, acumuló dos fechas sucesivas en verde.

¿Cuál es la volatilidad de esta criptomoneda?

La volatilidad es un factor que puede influir considerablemente en la rentabilidad, valor y activos financieros y gestión de carteras en general. Básicamente, la volatilidad financiera muestra una variación o cambio de tendencia de un activo dentro de un periodo temporal determinado.

Dicho de otro modo, si una criptomoneda apenas tiene variaciones relevantes, esto supondrá una baja volatilidad. ¿Por que razón? Porque su tendencia apenas ha variado en ese tiempo. En cambio, un precio muy cambiante en el tiempo repercutirá en un incremento de la volatilidad. Como consecuencia, una alta volatilidad conlleva un mayor riesgo a la hora de considerar invertir, mientras que una baja implica menor riesgo.

En la última semana la volatilidad del IOTA presentó un balance visiblemente inferior a la volatilidad que mostraron los datos del último año, de forma que está teniendo un comportamiento más estable de lo habitual últimamente.

Podemos afirmar, por lo tanto, que la volatilidad mide la probabilidad de que una inversión pierda valor. Un valor estable significará seguridad para el inversor, mientras que las alteraciones tendrían un riesgo más alto para los inversores más activos.

Por supuesto, hay varias formas de medir la volatilidad de un activo (principalmente, en función del periodo y momento en el tiempo en el que se quiera entender el concepto) y es un valor generalmente constante, pero como en todo, no está libre de riesgos que pueden desembocar en cambios en la tendencia.