Tras la apertura de la sesión el IOTA se paga a las 03:00 horas a 0,72 dólares, de modo que implicó un descenso del 1,57% con respecto al dato de la jornada anterior, cuando cerró con 0,73 dólares.

Con respecto a los últimos siete días, el IOTA marca un incremento del 3,91%; sin embargo en términos interanuales aún conserva una caída del 11,91%.

En la foto anual, el IOTA ha llegado a pagarse en un máximo de 1,40 dólares, mientras que su nivel más bajo ha sido 0,69 dólares. Por otro lado, el valor de esta criptomoneda basada en Blockchain se coloca más cerca de su mínimo que de su máximo.

Analizando este dato con el de días pasados, encadena dos sesiones consecutivas cayendo.

¿Cuál es la volatilidad de esta criptomoneda?

La volatilidad es un elemento que puede influir considerablemente en la rentabilidad, valor y activos financieros y gestión de carteras en general. Básicamente, la volatilidad financiera muestra una variación o cambio de tendencia de un activo dentro de un periodo determinado de tiempo.

Dicho de otro modo, si una criptomoneda apenas tiene variaciones relevantes, esto significará que su volatiildad será baja. ¿Por que razón? Porque su tendencia apenas ha variado en ese tiempo. Por el contrario, un precio mucho más variable en el tiempo repercutirá en un incremento de la volatilidad. Como consecuencia, una alta volatilidad conlleva un mayor riesgo para los inversores potenciales, mientras que una baja implica menor riesgo.

En la última semana la volatilidad del IOTA es de 51,12%, que es una cifra notoriamente inferior al dato de volatilidad anual (112,11%), lo que indica que podemos decir que está pasando por un periodo de mayor estabilidad en las últimas fechas.

Podemos asumir, por lo tanto, que la volatilidad mide la posibilidad de que una inversión pierda valor. Un valor estable brindará seguridad para el inversor, mientras que las alteraciones llevarían un riesgo mucho más alto para los inversores más activos.

En el terreno financiero hay diferentes maneras de medir la volatilidad de un activo (principalmente, en función del periodo y momento en el tiempo en el que se quiera entender el concepto) y es un valor generalmente constante, pero como en todo, no es libre de riesgos que pueden desembocar en cambios en su tendencia.