El Solana se pagó a las 12:02 horas a 101,77 dólares, de manera que implicó un incremento del 3,1% comparado con la cifra del día previo de 98,71 dólares.

Teniendo en cuenta la última semana, el Solana marca una subida del 10,04%, de modo que desde hace un año todavía mantiene una subida del 227,9%.

En la foto anual, el Solana ha llegado a pagarse en un máximo de 178,31 dólares, mientras que su nivel más bajo ha sido 83,27 dólares. Por otro lado, el valor de esta criptomoneda basada en Blockchain se sitúa más cerca de su valor mínimo que del máximo.

En relación a los cambios de este día respecto de días pasados, cambió el sentido del dato anterior, cuando se anotó una caída del 16,38%, mostrando que es incapaz de establecer una tendencia estable últimamente.

¿Cuál es la volatilidad de esta criptomoneda?

La volatilidad es un factor que puede influir considerablemente en la rentabilidad, valor y activos financieros y gestión de carteras en general. Básicamente, la volatilidad financiera indica una variación o cambio de tendencia de un activo dentro de un periodo temporal determinado.

Dicho de otro modo, si una criptomoneda apenas tiene variaciones relevantes, esto repercutirá en una baja volatilidad en el mismo, pues su tendencia apenas ha cambiado. En cambio, un precio mucho más variable en el tiempo repercutirá en un incremento de la volatilidad. Como conclusión, podemos decir que una volatilidad alta conlleva un mayor riesgo a la hora de considerar invertir, mientras que una baja implica menor riesgo.

En la última semana la volatilidad del Solana fue de 110,1%, que es una cifra inferior al dato de volatilidad anual (123,81%), por lo tanto su cotización está presentando menos alteraciones de lo habitual en los últimos días.

Podemos asumir, por lo tanto, que la volatilidad mide la probabilidad de que una inversión pierda valor. Un valor estable implicará seguridad para el inversor, mientras que las alteraciones llevarían un riesgo más alto para los inversores más activos.

Como es obvio, hay varias formas de medir la volatilidad de un activo (principalmente, en función del periodo y momento en el tiempo en el que se quiera entender el concepto) y es un valor generalmente constante, pero como en todo, está sujeto a riesgos que pueden desenvocar en cambios en la tendencia.