Este iba a ser un newsletter dedicado a “las comidas perfectas para San Valentín” pero después de mucho tiempo sentada al frente del computador la inspiración no llegó: Cupido anda lento o es que tal vez mi cerebro ya está drenado al final de mi jornada laboral.

flecha celesteOTROS HAMACAS

Cuando decidí darle un respiro a mi falta de entusiasmo (en la procrastinación encontrarán respuestas, amigos) fui con el perro Milo a dar un paseo: correa check, audífonos check, Spotify check. Lista para empezar a caminar, una canción aleatoria detuvo mi corazón: la vocecita ronca de Alejandro Sanz frenó mi viada, llevándome de regreso a mi pubertad.

¡Qué vergüenza! A veces siento que revelo mucho de mí en este espacio pero está bien: tú me has acompañado ya por dos años y has seguido junto a mí en este camino de confesiones incómodas. Entonces hagamos este newsletter una confesión de amor:

  1. La mejor cita que he tenido en San Valentín llegó con dos cajas de Mac and Cheese y la botella del vino más barato que he probado. Verán: ser jóvenes, estar enamorados, tener mucha hambre y casi nada en la billetera no es muy buena combinación. 
  2. Una vez le escribí una carta a un amor platónico adolescente invitándolo al cine. Nunca tuve respuesta y, por supuesto, mi corazón se hizo pedacitos.
  3. Cuando cocino para alguien, es un acto de amor: pongo todo mi corazón en lo que preparo. 
  4. Mi lista de canciones “culposas” es cada vez menos culposa y más cantada a todo pulmón cuando me ducho, manejo, camino, existo.
  5. De niña me enamoré de las coles de bruselas y ese amor me trajo algunos apodos entre mis compañeros de clase. Nunca me importó.
  6. Después de un año de un gran desamor, he vuelto a estar bien.
  7. Sí: lloro viendo películas tristes, románticas, sentimentales.

¿Cuántas veces podemos amar en la vida? No solo hablo de amar a personas, no: ¿cómo es que una canción nos hace latir fuerte el corazón y el olor de las coles de bruselas parece un poema escrito en el aire? 

El amor se encuentra en las cosas más inesperadas. No únicamente en San Valentín, si no todos los días. Solo tenemos que abrir bien los ojos, escuchar a nuestro alrededor y saborear bien la vida.

¡Buen provecho!

Coles de bruselas con mantequilla de soya

4 porciones / 45 minutos

Ingredientes:

1 kg de coles de Bruselas
4 dientes de ajo
75 gramos de mantequilla
4 cucharadas de aceite
3 cucharadas de salsa de soya 
2 cucharadas de  miel
2 cucharaditas de vinagre de Jerez
¼ de cucharadita de hojuelas de chile
  1. Coloca una bandeja para hornear vacía en el horno y precalienta el horno a 200 °C.
  2. Corta los extremos marrones de las coles de Bruselas, luego córtalas por la mitad a través del extremo de la raíz. Si alguna de las coles es particularmente pequeña, déjala entera: el objetivo es que todas se cocinen al mismo ritmo. Ponlas en un tazón grande.
  3. Corta en rodajas finas los dientes de ajo, lo más uniforme posible para asegurarte de que todo quede crujiente al mismo ritmo.
  4. En un sartén pequeño, cubre el ajo con el aceite vegetal. Llévalo a fuego medio y cocina los ajos, revolviendo el sartén con frecuencia, hasta que todos estén ligeramente dorados, de 3 a 5 minutos. Retíralos del fuego y cuela el aceite a través de un tamiz directamente en el tazón de las coles de Bruselas. Transfiere los chips de ajo a un plato pequeño para que se enfríen.
  5. Mezcla las coles de Bruselas en el tazón para cubrirlas uniformemente con el aceite de ajo.
  6. Retira la bandeja caliente del horno y echa las coles de Bruselas encima. Colócalas con los lados cortados hacia abajo en una sola capa. Regresa la bandeja al horno y asa las coles hasta que se ablanden y se doren profundamente en los lados cortados, de 20 a 25 minutos. 
  7. Para hacer la mantequilla de soya, corta la mantequilla en cubos de 1 cm. Se cortan pequeños para que los vayamos añadiendo poco a poco a la salsa.
  8. En una olla, echa la salsa de soya y 1 cucharada de agua y cocina a fuego alto.
  9. Cuando esté caliente baja el fuego, y comienza a echar los pequeños trozos de mantequilla uno a la vez, esperando hasta que cada uno se haya derretido por completo antes de agregar el siguiente. Una vez que se haya incorporado toda la mantequilla, apaga el fuego y agrega el vinagre de jerez y las hojuelas de chile.
  10. Vierte la mantequilla de soya sobre las coles de Bruselas. Echa la miel y las chispas de ajo encima. Sirve caliente.
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Gabriela Valarezo
ex directora de arte y gourmand oficial de GK. Dirige Quiero Comer, desde donde, cada sábado, cuenta historias sobre una receta (y nos cuenta cómo preparala).

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