Cuando se piensa en las resoluciones de Año Nuevo, se piensa en formas de mejorarse uno mismo para el próximo año. Y eso no está nada mal. Pero ampliemos esas aspiraciones para incluir resoluciones que beneficien a nuestras comunidades, la sociedad y al planeta también.

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Puede que no sea un enfoque típico, pero puede ampliar nuestros horizontes para mostrar formas en las que también puedes ayudar a frenar los problemas ambientales. 

Aquí hay cuatro resoluciones de Año Nuevo para  mejorar nuestro cuidado del medioambiente en 2022.

Pero antes, ¿por dónde empezar? 

Es esencial estar conscientes que el buen estado del medioambiente está directamente relacionado con nuestro bienestar, incluso con nuestra salud.

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“Cuando hablamos de naturaleza tal vez pensemos en algo lejano, pero estamos hablando del aire que respiramos, del agua que tomamos, y de los espacios y nutrientes que se requieren para producir nuestra comida y energía”, dice Carolina Zambrano Barragán, líder de justicia climática en la organización no gubernamental HIVOS. Zambrano explica que no únicamente se trata de nuestra calidad de vida como individuo, sino también del bienestar de todas las personas, de nuestra familia y de las futuras generaciones.

En el reporte del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) sobre la emergencia climática se reiteró que el cambio climático es real, que los seres humanos lo causamos y que tenemos que transformar completamente nuestros sistemas y la forma en la que producimos, consumimos, movemos y generamos energía. 

El mensaje se repitió en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021 (COP 26). Ahí quedó bastante claro que si no cambiamos nuestra relación con la naturaleza y con el planeta, no se podrá garantizar que logremos mantener el aumento de temperatura  media global en 1,5 centígrados o menos, que es lo que se considera seguro para la humanidad y las especies en general.

Ahora sí. Estas son las resoluciones de Año Nuevo para el cuidado del medioambiente.

Ten en cuenta cómo tus acciones impactan el medio ambiente

Todos tenemos una ética medioambiental que refleja cómo valoramos, gestionamos y, en última instancia, nos relacionamos con la naturaleza. 

Equilibrar la reciprocidad entre nosotros y la naturaleza (cuánto le damos y recibimos de ella) puede mejorar esta relación de muchas maneras. Ya sea nuestra adicción a los plásticos de un solo uso que se acumulan en los vertederos o los combustibles fósiles que calientan el planeta, una relación mal manejada con la naturaleza no nos está haciendo ningún favor a nosotros ni a la Tierra. Entonces, ¿qué hacer?

¡Movernos de una forma más sustentable! Carolina Zambrano Barragán dice que hacerlo es beneficioso para el planeta y para nuestra salud. Esto puede incluir movilidad alternativa, como el uso de la bicicleta, caminar cuando es factible, y priorizar el transporte público sobre el auto privado.

También debemos reducir nuestro consumo del agua. Son cosas muy sencillas como bañarnos más rápido, cerrar la llave cuando nos lavamos los dientes, reparar las fugas de agua de casa —después de todo, al menos en Quito, consumimos más de 189 litros diarios por habitante, superando la media recomendada por la OMS de entre 50-100 litros de agua, dice un informe de la organización Quito Cómo Vamos.

“El cómo comemos, y qué comemos, es uno de los elementos esenciales a considerar cuando hablamos de nuestra relación con el ambiente y la naturaleza”, dice Zambrano. 

Algo con un gran potencial no solo en el ambiente sino en la salud, son los huertos urbanos. No se requieren hectáreas para sembrar comida, sino que podemos hacerlo en terrazas, un pequeño jardín, o incluso macetas. “Si generas la comida en tu casa, reduces el impacto de traerla de otro lugar y las emisiones de gases efecto invernadero”, dice Zambrano. 

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Fotografía del huerto de Carolina Zambrano.

Lo importante es hacer un uso eficiente de los recursos, sea energía, agua o suelo. 

Reducir el daño al medioambiente y a nosotros mismo

El aire, el agua y el suelo limpios son fundamentales para nuestra supervivencia.

En 2022 podemos explorar formas de preservar la integridad de los recursos naturales. Reflexionar sobre nuestros patrones de consumo, cuestionarnos qué compramos y si realmente lo necesitamos y nos hace bien o no. 

Debemos cambiar nuestros hábitos y priorizar las opciones más sostenibles que tengan menos impacto sobre el planeta. “Hay una R —que no es tan famosa como la de reducir, reutilizar y reciclar—: rechazar”, dice Carolina Zambrano. “Cuando decidimos no comprar algo que no necesitamos, o rechazar el uso de fundas plásticas”, explica Zambrano. 

Además, podemos mejorar otra de las R. Hacer reciclaje inclusivo. Es decir, que conozcamos y contactemos a las personas que hacen reciclaje de base, que recorren nuestros barrios

Ellas nos pueden ayudar a gestionar nuestros desechos reciclables.  Por otro lado, nosotros podemos mejorar sus ingresos y calidad de vida. Es un círculo virtuoso. 

Ir más a la naturaleza

Pasar tiempo en la naturaleza, incluidos los espacios verdes urbanos, es un gran propósito para 2022. 

El tiempo en la naturaleza puede aumentar la cohesión social. Durante la pandemia, muchas personas descubrieron el aire libre como un lugar para descomprimir y reducir el estrés. 

Pasar más tiempo al aire libre fomenta las interacciones sociales que benefician la salud, amortiguan la angustia emocional e impulsan el uso de estos espacios, lo que ayuda a protegerlos

Siempre vamos a cuidar los espacios que nos importan.“Solo protegemos y cuidamos lo que amamos; y solo amamos lo que conocemos. Por lo que conectar con la naturaleza, y tener consciencia y amor sobre ella, nos hará protegerla”, dice Carolina Zambrano Barragán. 

Pensar en nuestra relación con la naturaleza y encontrar formas de proteger el medio ambiente puede ayudarnos a ser mejores administradores del planeta.

Alzar la voz

Podemos hacer todo esto para reducir nuestro impacto, pero no será suficiente si no exigimos que cambien estructuras y sistemas. “Es fundamental que nos veamos como sujetos políticos”, dice Carolina Zambrano. No debemos solamente cambiar nuestros  patrones de hábitos de consumo y comportamiento, sino dar un paso más allá y organizarnos a nivel de barrio, comunidades y organizaciones. “Y ver qué rol cumplimos al momento de exigir cambios más profundos en los sistemas políticos y económicos”, dice Carolina Zambrano. Sin esos cambios estructurales, no habrá el efecto transformacional que se requiere para frenar la crisis climática. 

“Hay que activarnos, organizarnos y alzar la voz desde los espacios físicos”, dice Zambrano. Podemos hablar en nuestra comunidad. Otra opción es unirnos a grupos que intentan promover la protección del medioambiente. Y, sin duda, contactar a los líderes de nuestras ciudades para instarlos a tomar medidas y lograr iniciativas concretas.

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Ana Cristina Rea
Ecuador (1994) Periodista y Gestora de Audiencias de GK.

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