Este contenido fue publicado originalmente en Mongabay Latam
Según el informe del Banco Mundial titulado What a Waste 2.0 (Qué desperdicio 2.0), en el mundo se generan anualmente 2010 millones de toneladas de desechos sólidos, y al menos el 33 % de ellos se gestionan con algún grado de riesgo para el medio ambiente. Frente a estas preocupantes cifras, no parece tan curioso lo que vivió Martín Thiel, biólogo marino, hace más de 14 años.
En 2007, Thiel, junto a un grupo de investigadores, navegaba por las costas de Chile con el propósito de realizar una investigación sobre biología marina, pero bastó unos minutos para que dicho propósito cambiara la línea investigativa de los profesionales. Inesperadamente, los especialistas comenzaron a observar grandes cantidades de basura flotante, y en la playa el panorama no era muy distinto. “La basura estaba alojada en todos lados”, recuerda el biólogo marino.
Fue tal el impacto que causó en los profesionales comprobar que la basura intervenía el paisaje costero, que comenzaron a preguntarse de dónde provenían los residuos y si estos llegaban producto de las corrientes marinas de otros países. Al no encontrar respuestas ni información sobre la contaminación por basura, decidieron plantearse una nueva investigación bajo el prisma de la educación ambiental: invitar a niños y niñas en etapa escolar a participar del muestreo de basura en las playas.
La fórmula surtió efectos y fruto de ello nació, ese mismo año (2007), el grupo Los Detectives de la basura, que comenzó investigando la basura en el barrio, playas, cerros y colegios. La idea era responder a incógnitas como: ¿de dónde viene la basura?, ¿cuál es el tipo de basura encontrada? y ¿cómo varía a lo largo del año la cantidad de basura? Dado el éxito de la convocatoria para participar en el programa, la iniciativa cambió su nombre a Los Científicos de la basura, focalizando la investigación en la contaminación de basura, netamente en las playas.
A medida que avanzaba el programa, “el equipo se dio cuenta de que el vacío de información sobre basura marina escalaba al resto de la costa del Océano Pacífico”, cuenta Thiel, y fue así como, en 2018, surge la idea de extender las investigaciones por toda la costa del Pacífico Este, dando origen a la Red Latinoamericana de Científicos de la Basura (RECIBA).
Actualmente once países, 44 escuelas y más de 700 escolares participan en RECIBA, involucrándose con la problemática de la contaminación de basura en las playas y utilizando una metodología en común.
Este año 2021, se realizará el “Primer muestreo internacional de basura en playas de América latina” que convocará a Perú, Panamá, Costa Rica, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Ecuador, Guatemala, Chile y Colombia.
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La ruta del plástico
Desde sus inicios, el programa Científicos de la Basura ha estado compuesto por científicos, investigadores, profesores y voluntarios que buscan acercar a los escolares a la ciencia y al método científico; fomentar su respeto y cuidado hacia el medioambiente y, por último, generar información científica que ayude a diseñar estrategias para disminuir el problema de la basura en el medio ambiente.
En su primer año (2007), Científicos de la Basura comenzó investigando la basura en las playas de Coquimbo, pero rápidamente se expandieron a las regiones más cercanas y luego a todo el país, realizando el “Primer Muestreo Nacional de la Basura en las Playas”, una iniciativa que permite estudiar esta contaminación a través del método científico.
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La metodología que utiliza el programa fue desarrollada por un equipo de científicos de la Universidad Católica del Norte. Daniela Honorato, bióloga marina e integrante de dicho equipo, explica que es muy simple de aplicar pues está pensada para que la utilicen niños y niñas. Se trata de trazar transectos —líneas imaginarias— , que van de forma perpendicular a la playa, comenzando en la línea del agua hasta el término de esta. “Lo ideal es que estas líneas estén distanciadas, unas de otras por lo menos por unos 20 metros”, explica la investigadora.
Posteriormente, dentro de cada transecto se crean cuadrados de 3×3 metros constituyendo cada uno una estación de medición de basura. Es en esa zona específica donde los niños investigan la basura que está presente.
Thiel, quien además es el director del programa Científicos de la Basura, explica que las estaciones pueden llegar a un número de seis en total y que “solo se contabiliza la basura que sea mayor a 2,5 centímetros”, es decir, desde las tapas de botella hacia arriba. Además, agrega que los niños solo investigan basura superficial, y hace hincapié en que no es necesario cavar en la arena.
Tanto Honorato como Thiel coinciden en decir que mientras más estaciones se logre trazar, “más representativa es la muestra del estado de la playa”, y a la vez destacan que es importante elegir zonas al azar. “No hay que ir a lugares donde hay más o menos basura, sino que dirigirse a una zona aleatoria”, destaca la bióloga marina.
La ruta del plástico en Europa
Todo partió con un email que llegó a la bandeja de entrada de Thiel hace cinco años. El investigador alemán, radicado hace más de 20 años en Chile, es actualmente profesor de biología marina de la Universidad Católica del Norte, institución que aloja el programa Los Científicos de la Basura.
Thiel recuerda que su máxima sorpresa fue al leer el remitente: Katrin Knickmeier, ex compañera de biología de la Universidad de Kiel en los años 90. Thiel no sabía nada de ella desde esos años. En el correo, Knickmeier le comentó que había leído sobre los Científicos de la Basura y le señalaba “quiero hacer lo mismo acá (Alemania)”.
Fue así, que aprovechando la metodología de Los Científicos de la Basura, realizaron un estudio que comparó la contaminación costera en ambos países.
Los principales hallazgos de la investigación, que se publicó en 2019 en la revista científica internacional Marine Pollution Bulletin, “fueron en términos de abundancia de basura y composición”, explica Honorato quien es coautora de la publicación. El estudio detectó que las densidades de basura fueron sustancialmente más altas en Chile que en Alemania. “La abundancia de basura por metro cuadrado en las playas chilenas, es mucho mayor que en las playas alemanas”, destaca la experta.
Este dato preocupa y sorprende a los profesionales, ya que “la diferencia es muy grande”, asegura Honorato. Hay que tomar en cuenta que la densidad poblacional del país europeo respecto a Chile es aproximadamente diez veces más alta. “Podía esperarse que en Alemania hubiese menos basura porque es un país del primer mundo que tiene mejores prácticas y leyes más estrictas”, pero también podía darse al revés, “porque la densidad poblacional es bastante mayor allá que en Chile”, dice la investigadora.
Según el tercer informe del estado del medio ambiente, elaborado por el Ministerio de Medio Ambiente en Chile, 9,6 millones de toneladas de residuos se generan anualmente en el país y un 22 % se valoriza o recicla, aunque el volumen reciclado corresponde casi en totalidad a residuos industriales.
“Las cifras son preocupantes y ningún hábitat se escapa de la presencia del plástico”, asegura Honorato. Afirmación que comparten los más de 1500 escolares que participaron, en el año 2008, en el primer muestreo nacional.
Thiel afirma que los datos recopilados los años posteriores (años 2012-2016-2020) “no han variado”, asegurando que “el plástico sigue siendo el elemento predominante en cada monitoreo”. Los resultados lo demuestran, ya que todos los muestreos coinciden en que la basura en la costa chilena continental está compuesta principalmente por plástico y colillas de cigarros (entre el 60 y 70 %) y el resto corresponde a papeles, vidrios y metales.
Una experiencia internacional
Es tan clara la problemática actual frente a la contaminación de la basura en las playas a nivel mundial y la falta de información y soluciones a este problema, que los Científicos de la Basura en Chile calificaron este hecho como de importancia mundial, de ahí la idea de cruzar las fronteras geográficas.
Este año, Los Científicos de la Basura escalan un paso más allá y llevarán —por primera vez—, el muestreo nacional de macrobasura en playas de arena a todos los países que componen la Red Latinoamericana de Científicos de la Basura (ReCiBa), convocando a colegios y a instituciones privadas con competencias en temas medioambientales.
El fin de la actividad, señala Thiel, es que además de acercar a las personas a la ciencia, a través de la ciencia ciudadana, “se realice una publicación científica para difundir los datos más relevantes de la investigación internacional”, asegura el director del programa.
Juan Saldarriaga, científico investigador del Instituto de Investigación Marina (INVEMAR) de Colombia, organismo que estudia ecosistemas marinos y costeros, es el encargado de capacitar a los jóvenes y niños en el muestreo internacional de basura en las playas de ese país. Saldarriaga explica que el problema de la basura es tan latente que ya han realizado investigaciones sobre ello. “Nos unimos a ReCiBa con la intención de recoger y recibir información estandarizada a nivel internacional para enfrentar de mejor manera esta problemática”, afirma el especialista.
Saldarriaga cuenta que ya se realizó, a inicios de octubre, en la playa de Juanchaco, localidad ubicada en el distrito de Buenaventura, el primer muestreo de los dos que tienen contemplados hacer. “En primera instancia se identificó que la basura es local y que el plástico es el elemento que más abunda”, señala el científico, que además afirma que el segundo estudio se realizará a fines de noviembre.
Todos los expertos internacionales coinciden en que una de las grandes fortalezas del muestreo internacional es que se desarrolla bajo la misma metodología, elaborada por Los Científicos de la Basura en Chile, por lo tanto afirman que “la información recabada será clave para estandarizar datos y así poder enfrentar con mayores herramientas el problema de la basura en las playas en la costa del Pacífico Este”.
Jessica Michel subdirectora de la Escuela Preparatoria Kepler, ubicada en México ―otro país integrante de ReCiBa―, cuenta que conocieron a Los Científicos de la Basura a través de un trabajo colaborativo que realizaron con Pro Esteros, organización ciudadana que vela por la conservación de humedales de la ciudad de Ensenada, Baja California. “Nos encantó la idea de colaborar en esta iniciativa”, expresa Michel.
Fue entonces que desde el año 2018, Michel y un grupo de alumnos se aventuraron a ser parte de la red internacional, sumando ya tres años en la iniciativa. Lo primero que realizaron fue una fase exploratoria para entender de qué se trata el proyecto Científicos de la Basura. “Desde Chile nos enviaban unas guías para trabajar con los estudiantes”, recuerda la subdirectora de la Escuela Preparatoria Kepler.
Posteriormente, concluida la inducción, trabajaron en su primera investigación colaborativa. Michel expresa que “consistió en una encuesta que tenía como objetivo conocer las percepciones de las personas de la localidad acerca de la basura”, explica la docente.
Este trabajo colaborativo concluyó con más de 1500 personas encuestadas en 47 localidades del programa ReCiBa. Los principales resultados indicaron que más de 700 encuestados consideran que la basura depositada en las playas proviene de turistas y gente de la zona, es decir, de fuentes locales, y que las principales soluciones son la educación ambiental y la aplicación de multas.
En el año 2019, Michel y el grupo de estudiantes de la preparatoria Kepler participó en otra actividad colaborativa: muestreo de interacciones bióticas, es decir, observaron si es que habían indicios de que animales u otros organismos marinos hayan interactuado con la basura. En este estudio participaron 46 playas del programa ReCiBa. “Se recolectó más de 15 000 objetos de basura, de los que menos de un 10 % presentó interacciones de adherencia y/o mordidas por parte de organismos marinos”, destaca el director del programa Los Científicos de la Basura, Martín Thiel.
Thiel destaca que estos resultados sugieren que muy poca de la basura encontrada ha llegado desde el mar a través de las corrientes marinas, “por lo tanto, más del 90 % de la basura ha sido depositada directamente en la playa”, apuntando a fuentes locales, y es enfático en señalar que “tenemos una buena legislación pero aún no está bien implementada en Chile”, concluye el experto.
El aporte de Científicos de la Basura
Thiel es tajante a la hora de señalar que es necesario que la manera de elaborar productos en Chile y en el mundo cambie. “Existen leyes para regularizar esta situación pero la fiscalización es baja”, indica el director del programa.
Nelsón Vásquez, cofundador del programa Científicos de las Basura, destaca que uno de los aportes más concretos del programa ha sido la generación de datos científicos en materia de basura en las playas. Tanto así, que se está creando una ley contra colillas de cigarros que tomó, como una de sus bases, el último muestreo de basura del programa “para saber cuánta era la presencia de este residuo en las playas del país”, asegura el biólogo marino.
A esto se suma que, en el año 2022, entrará en vigencia la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor y Fomento al Reciclaje (Ley REP), que tiene como objetivo principal establecer una industria que se responsabilice por sus productos a través de la prevención de generación de residuos, y de su recuperación y reciclaje.
Cristóbal de la Maza, Superintendente del Medio Ambiente, organismo encargado de fiscalizar la Ley REP, entre otras normas, dice en conversación con este medio que “ya se están preparando instrucciones generales que establecerán mecanismos de trazabilidad desde la cuna a la tumba de los productos prioritarios (envases y embalajes), de tal manera de mantener una vigilancia electrónica en tiempo real del cumplimiento de las metas y en los avances en valorización de residuos”, explica de la Maza.
Vásquez asegura que “al ser el tema de la basura un problema global”, es importante trabajar a nivel nacional e internacional con el objetivo de generar información científica a nivel regional, “de ahí la importancia de propagarlo por Latinoamérica”, explica el especialista. Además, agrega que Científicos de la Basura entiende que “para lograr cambiar conductas y valores en las personas se debe trabajar con un programa que perdure en el tiempo para saber cómo atacar el problema”, recalca el doctor en Educación Ambiental.