“Nada está descartado en esta investigación”, dijo Luis Hernández, ministro de Defensa del Ecuador sobre las indagaciones para determinar las causas y responsables de la explosión en el radar del cerro Montecristi, en la provincia costera de Manabí, la madrugada del 7 de noviembre de 2021. Hernández atribuyó la detonación “a la activación del narcotráfico” en el país.
Hernández ordenó que la Fuerza Área Ecuatoriana y el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas inicien una investigación interna sobre el estallido. El Ministerio de Defensa, dijo Hernández, hará otra indagación interna con una comisión especial (el ministro no detalló cómo estará conformada). También hay una investigación penal. El general Antonio Puga, comandante del Comando de Operaciones Aéreas y Defensa, presentó una denuncia por presunto sabotaje en la Fiscalía.
El ministro Hernández visitó hoy el radar del cerro Montecristi, que había comenzado a operar nueve días antes del incidente. Explicó que los efectos de la explosión tuvieron consecuencias en la estructura del radar, lo que lo tiene inhabilitado. La detonación no afectó a la antena que detecta movimiento en el cielo, que está intacta, pero sí destruyó la base sobre la que gira el radar.
El radar está asegurado por un año: desde el 17 de septiembre hasta el 17 de septiembre de 2022. El Ministerio aún no ha logrado determinar por cuánto tiempo el radar estará inhabilitado, ni el presupuesto que tendrá que asignarse para su arreglo.
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El radar es considerado una pieza central en el combate del Estado ecuatoriano al crimen organizado asociado al narcotráfico, que hace más de una década ha hecho de Manabí, y en especial de su gran ciudad portuaria, Manta, y sus alrededores, uno de sus centros principales de operación en la región. Ahí, por ejemplo, cientos de pescadores son seducidos por las ofertas de la gran industria ilícita, que muchos ven como una única salida a la precariedad en la que viven.
Las hipótesis sobre la explosión
Las autoridades manejan dos hipótesis principales: que pudo haber sido un daño interno del radar o, por otro lado, que una persona externa pudo haber ingresado. Hernández dijo que aún no es posible saberlo, pero que esperan el informe oficial de la Policía Nacional, que realizará un peritaje de varios materiales recogidos para saber qué originó la explosión. El documento será entregado la tarde de mañana, 9 de noviembre.
Sin embargo, en Montecristi, un pequeño pueblo cerca de Manta, antes conocido por ser el lugar donde se redactó la Constitución de 2008, y ahora epicentro en la lucha contra el narcotráfico, se rumora que el radar fue atacado con un dron o un taco de dinamita.
En Montecristi, un pequeño pueblo cerca de Manta, antes conocido por ser el lugar donde se redactó la Constitución de 2008, y ahora epicentro en la lucha contra el narcotráfico, se rumora que el radar fue atacado con un dron o un taco de dinamita.
Aunque Hernández dice que no puede señalar a culpables aún, sí lo vinculó al ascenso del crimen organizado en el país. Ayer, el Ministerio de Defensa dijo, a través de un comunicado, que “no se podría descartar un atentado terrorista”. El presidente Guillermo Lasso también se pronunció hoy y repitió lo mismo. “De lo que acaba de pasar, no tenemos certeza absoluta. No puedo afirmar que se haya producido un atentado, aunque lo más probable es que lo sea”, dijo la mañana de este 8 de noviembre, desde el Palacio de Carondelet.
Si fue una detonación, ¿cómo se hizo?
Cuando el presidente Guillermo Lasso inauguró el radar del cerro Montecristi, el 27 de octubre último, dijo que así terminaría “la historia de entregarles a los narcotraficantes el territorio ecuatoriano”.
El objetivo del radar es detectar narcoavionetas usadas por los grandes cárteles transnacionales para sacar la droga desde Ecuador a mercados internacionales, y que volaban libremente en el cielo ecuatoriano hasta que una fallaba y se accidentaba. Desde 2012 hasta inicios de 2021, 26 narcoavionetas y 106 personas fueron detenidas en operativos policiales y militares en los que se decomisaron al menos seis toneladas de droga.
Geovanny Espinel, comandante general de la Fuerza Aérea, declaró ese día que el radar permitiría la detención de tráfico aéreo no identificado y que funcionaría las 24 horas del día, todos los días del año. Para hacerlo, debía estar resguardado. Por eso, meses antes, en agosto, el gobierno declaró al Cerro Montecristi y a la parroquia San Isidro como área reservada militar de defensa. Algunos pobladores, aduciendo preocupaciones medioambientales, se opusieron a la instalación del radar. Un destacamento militar fue erigido en la zona, que está a unos 600 metros de altura.
Que en un lugar tan aislado haya sido posible entrar a dinamitar o bombardear con un dron al radar ha levantado muchas preguntas. El ministro Hernández fue preguntado sobre una posible complicidad de funcionarios públicos. “Nada está descartado”, insistió. Según él, los ocho militares que se encargaban de la seguridad del radar ya fueron convocados para dar su versión sobre los hechos.
Hernández señaló que esperan el informe detallado de la Policía Nacional para poder ir más allá de las meras elucubraciones. “Solo así sabremos qué medidas tomar y saber qué se hizo mal”, dijo. Adelantó que dio “disposiciones para que se asegure el espacio aéreo” y que se han desplegado otros “elementos, no puedo decir dónde, que van a compensar la falta de control aéreo”.
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