La madrugada de hoy, 3 de octubre, se escaparon personas presas de la cárcel de El Inca, en Quito. El Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores del Ecuador (SNAI) dijo en su cuenta de Twitter que se fugaron 4, mientras que la Policía dijo que eran 6. Las dos instituciones coincidieron en que se recapturó a 2 de ellas, pero todavía no han confirmado el número oficial de prófugos. 

Según el SNAI, las personas privadas de la libertad escaparon por un orificio hecho entre el techo y la loza en el lado norte del pabellón. El Servicio dijo que los presos habrían descendido de la cárcel “mediante una cuerda artesanal”. En la publicación adjuntan una fotografía de una larga cuerda hecha con varias telas trenzadas entre sí. 

La Policía dijo que apoyó al SNAI para recapturar a los dos presos. Además, añadió que se hizo un operativo de requisa en el que se incautó armas punzantes, accesorios de celulares que no fueron especificados, licor y más objetos. Todos estos objetos —todo tipo de bebidas alcohólicas, drogas, armas, teléfonos o equipos de comunicación— están prohibidos en los centros penitenciarios. El Código Orgánico Integral Penal (COIP) dice que tenerlos o intentar ingresarlos en las cárceles se comete un delito que se sanciona con 1 a 3 años de cárcel.

Las personas que se fugaron también podrían ser procesadas por un delito llamado “evasión”, y es sancionado con prisión de uno a tres años. El COIP dice que, además de la pena, las personas privadas de la libertad que se hayan fugado o hayan intentado hacerlo no podrán acceder al “régimen abierto”. En esta modalidad la persona sale de la cárcel en una especie de semilibertad: el reo pasa a reinsertarse en la sociedad, pero todavía debe presentarse periódicamente ante un juez. Pueden acceder al régimen abierto quienes hayan cumplido el 80% de su sentencia.

Las cárceles en Ecuador

Este es el año más violento para las cárceles del país. En lo que va de 2021 han muerto más de 230 personas. En 2019 y 2020, las muertes violentas en los centros penitenciarios fueron 35 y 51, respectivamente.

La noche del martes 28 de septiembre pasó la peor masacre en la historia de las cárceles ecuatorianas. 118 personas murieron en enfrentamientos en la Penitenciaría del Litoral, en la provincia costera de Guayas. Además, dejaron más de 80 heridos, incluyendo a 2 policías. 

No fue un incidente aislado. En febrero, un amotinamiento dejó 79 muertos en cuatro cárceles del país. En la de Turi, en Cuenca, murieron 34 personas; en el Centro de Privación de Libertad N 4 en Guayas, 31; en la Penitenciaría del Litoral hubo 6 fallecidos, y en la de Cotopaxi fueron 8. 

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Otro de los enfrentamientos más violentos pasó en julio en las cárceles de Cotopaxi y la Penitenciaría del Litoral. Las disputas comenzaron entre los pabellones 7 y 8 de la Penitenciaría del Litoral. Horas después, hubo un amotinamiento en la cárcel de Cotopaxi, en la ciudad andina de Latacunga. Los enfrentamientos dejaron 22 presos fallecidos y 35 resultaron heridos. También hubo 9 policías heridos. En esos incidentes también se fugaron presos y una mujer policía fue violada.

Para intentar controlar la crisis carcelaria, el presidente Guillermo Lasso decretó estado de excepción en todas las cárceles del país por 60 días. Además, el gobierno dijo que habría indultos para disminuir el nivel de hacinamiento. También ofreció aumentar las prácticas de seguridad en la Penitenciaría y que se cambiará la distribución de los reos en los pabellones