Desde hace varios años, Ecuador vive una crisis carcelaria. Según autoridades del gobierno, una de las razones de esta crisis es el hacinamiento. Pero varios expertos como la abogada Daniela Oña, aseguran que en Ecuador el problema no se trata solo de hacinamiento, sino también de sobrepoblación carcelaria, que no es lo mismo. 

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El hacinamiento es cuando el espacio de un lugar no es suficiente para el número de personas que están ahí. En el sistema carcelario, las Reglas Nelson Mandela, a las que Ecuador está suscrito, establecen los estándares mínimos para el tratamiento de reclusos. Entre estos estándares, se establece que el Estado debe asegurar que las personas privadas de la libertad tengan “un espacio personal suficiente”. Las reglas no detallan qué tan amplio debe ser ese espacio.

Sin embargo, el Comité Europeo para la Prevención de la Tortura y de las Penas o Tratos Inhumanos o Degradantes, sí define un espacio. En el caso de celdas compartidas, la superficie mínima debería ser de cuatro metros cuadrados por cada recluso, y en el caso de una celda individual, debe ser de seis metros cuadrados. Cuando no se cumplen esas condiciones, se considera que existe hacinamiento

En Ecuador, datos de febrero de 2021 dicen que hay un hacinamiento del 29,42%. Este porcentaje, es el más bajo que ha habido en los últimos seis años. Pero no es suficiente, las Reglas Mandela y varios expertos en derechos humanos aseguran que  el índice de hacinamiento debería ser 0 (cero). Solo así se podrá asegurar que los reos vivan con dignidad.

La sobrepoblación carcelaria es cuando se sobrepasa la capacidad determinada de reclusos por cada centro de privación de libertad. La experta en derechos humanos y el sistema carcelario, Daniela Oña, cuenta que por ejemplo la cárcel regional de Latacunga, que se inauguró  en 2014, tenía una capacidad inicial para 4.895 personas. Pero hace algunos años,  cuando fue a hacer una investigación, le dijeron que el centro ahora tenía capacidad para 5.200 personas. La capacidad “aumentó” no porque se hayan construido más celdas, sino porque comenzaron a utilizar otros espacios dentro de ellas. 

Según Oña, a veces se cuenta como plazas a hamacas que están colgadas sobre el baño e incluso se considera como plaza el dormir en el piso. Edmundo Moncayo, director del Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI) dijo que “hay 9 mil personas privadas de la libertad que no tienen cama para dormir”. 

Según datos del Ministerio de Gobierno, hasta el 10 de febrero de 2021, había 38.693 personas privadas de libertad dentro del sistema penitenciario. Pero la capacidad instalada dentro de los 37 centros de rehabilitación social y los 11 centros de adolescentes infractores es solo para 29.897 personas. Esto quiere decir que hay una sobrepoblación de 8.796 reos. Sin embargo, el gobierno no ha podido solucionar este problema. 

En una comparecencia ante la Asamblea Nacional, el Ministro de Gobierno, Gabriel Martínez, dijo que hacen falta cárceles en las provincias amazónicas de Zamora Chinchipe y Orellana, y en la provincia insular de Galápagos. Sin embargo, expertos como el antropólogo Jorge Núñez y el analista militar Yaakov Cedeno, opinan que construir más cárceles no van a solucionar los problemas estructurales que existen en el sistema carcelario ecuatoriano. Estos problemas necesitan solucionarse a través de una nueva política carcelaria y otras reformas legales que permitan que ya no haya tanta gente en las cárceles. 

El objetivo dice la abogada Pamela Juliana Aguirre Castro debería ser “tratar de tener cada vez menos gente encarcelada”. En países como Holanda, más de 20 prisiones han cerrado en los últimos diez años porque no hay prisioneros. 

Pero en Ecuador, las leyes son distintas. De hecho, un problema común en el país es el abuso de la prisión preventiva. Según cifras del Ministerio de Gobierno actualizadas hasta el 10 de febrero de 2021, de las 38.693 personas privadas de libertad en todo el país, 14.377, casi el 40%, no tenía sentencia. Estas personas están en prisión como medida cautelar mientras la Fiscalía y los jueves determinan su culpabilidad.  

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Si todas las personas que cumplen prisión preventiva tuvieran otras medidas, no habría sobrepoblación carcelaria ni hacinamiento. De hecho, habría más de 5.500 plazas libres en los centros de privación de libertad.