Desde abril de 2021 entrará en vigencia una nueva ordenanza para el bienestar animal en el Distrito Metropolitano de Quito (DMQ), capital del Ecuador. El objetivo es regular y controlar la fauna urbana de la ciudad. El documento incluye reglas para la tenencia, crianza, comercialización, reproducción, transporte y eutanasia de la fauna urbana.

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La ordenanza dice que  el Gobierno Autónomo Descentralizado de Quito tiene planes, programas y proyectos para monitorear el control de la fauna urbana. Así, dice la nueva norma, se garantizará “el bienestar animal y la tenencia responsable” establecida en la normativa vigente. La Secretaría Metropolitana de Salud será la encargada de su aplicación. La Unidad de Bienestar Animal, que está adscrita a la Secretaría de Salud, hará que sus disposiciones se cumplan. 

La ordenanza establece las responsabilidades que tendrán los ciudadanos de Quito respecto de los animales. Dice que deben “tener exclusivamente el número de animales que pueda[n] mantener”. Además, son responsables de proporcionarles alojamiento adecuado, los tratamientos veterinarios necesarios, vacunarlos, ejercitarlos de manera frecuente y protegerlos del maltrato. El documento también incluye las responsabilidades específicas de quienes tienen animales destinados al trabajo, al soporte emocional y a la experimentación.

La ordenanza prohíbe provocar “daño o sufrimiento en cualquiera de sus formas” a los animales. Tampoco se los puede abandonar, encadenar, dejar en vehículos sin compañía, ni mantenerlos en espacios antihigiénicos o muy pequeños según su tamaño. El documento del Municipio prohíbe que se les dé “cualquier sustancia venenosa o tóxica”.

DEBES SABER:

No podrán mantenerlos en jaula

El Distrito Metropolitano de Quito tiene una nueva ordenanza para el bienestar animal


Las mutilaciones — como los picos de los pollos o las colas de los cerdos— tampoco están permitidas. Sin embargo, hay dos excepciones: cuando sea un tratamiento médico autorizado por una enfermedad y para su esterilización. Pedro Bermeo, uno de los participantes de la silla vacía —un mecanismo mediante el cual los ciudadanos pueden participar en la gestión municipal, entre ellos, la elaboración de ordenanzas— que representa al Movimiento Animalista Nacional, dice que este es uno de los avances más importantes para el bienestar de la fauna urbana. 

Con la nueva disposición municipal, tampoco se podrán usar métodos de caza o de control de depredadores naturales que puedan provocar daños a otros animales o a los seres humanos. No se puede “criar, reproducir, entrenar o utilizar animales para peleas”. Asistir, fomentar y organizar ese tipo de eventos también queda prohibido. Tampoco podrán ser utilizados para zoofilia, pornografía o cualquier otra actividad sexual. 

Otra de las obligaciones establecidas en la ordenanza es el control de la reproducción de los animales de compañía con esterilización o castración. El documento dice que se deberá hacer hasta antes de los seis meses de edad. La única excepción mencionada son los criaderos autorizados y registrados en el Registro Metropolitano de Fauna Urbana (REMTFU). La Unidad de Bienestar Animal deberá organizar campañas de esterilización gratuitas. 

En el REMTFU también se deberá identificar y asignar un código a los especímenes registrados. La base de datos del registro se alimentará con las personas que “asuman su tenencia responsable”, los hospitales veterinarios, los criaderos, los rescatistas y otras fuentes. La Unidad de Bienestar Animal del DMQ debe identificar a los animales de compañía —los que están bajo el cuidado de un ser humano como las mascotas— con un microchip obligatorio. Además, tendrán una placa que tenga el nombre del animal, si está esterilizado, los teléfonos de contacto y el correo electrónico del dueño, su código asignado por el REMTFU y datos de su estado de salud en caso de necesitarlos. 

La ordenanza dice que las personas que asuman “la titularidad responsable de un animal de compañía” deben tener un carnet con su nombre, teléfonos y correo electrónico. También debe incluir el nombre y la foto de su mascota y los mismos detalles que deben estar en su placa. Según Shady Heredia, veterinaria y coordinadora de campañas corporativas de la Fundación Protección Animal Ecuador (PAE), esta es la única forma de poder sancionar a las personas por maltrato y abandono. La veterinaria dice que por la falta de información actualmente es imposible hacerlo correctamente. 

Heredia tiene algunas observaciones de redacción al texto de la ordenanza. Por ejemplo, dice que el artículo 34 dice que se recogerá a todos los animales que estén en la calle. Según la veterinaria, es poco probable que se logre. Otra de sus recomendaciones es que la Unidad de Bienestar Animal trabaje en conjunto con las universidades para manejar a los animales de experimentación. Ella dice que estas especies tienen características específicas que podrían estar mejor manejadas con el trabajo de varios expertos. 

La ordenanza dice que quedan “expresamente prohibidos” los espectáculos públicos y privados que impliquen el sufrimiento, maltrato, muerte o que atenten contra el bienestar de un animal. Eso incluye a las especies de los circos y de pelea. Bermeo dice que en esta sección se permitieron las presentaciones públicas con perros sin fines de lucro, por presiones de los criadores. Durante el debate, dijo, “se logró poner una serie de limitantes a estos espectáculos para que se respete el bienestar animal”. Las exhibiciones que involucran fauna urbana deben tener autorización de la Unidad de Bienestar Animal y cumplir con requisitos como tener un veterinario presente en todo momento. 

Las personas que trabajan con animales destinados al consumo —en su crianza, reproducción, transporte, comercialización y sacrificio— deben cumplir los protocolos y resoluciones de bienestar de la Organización Mundial de Sanidad Animal. Según la ordenanza, también deben contar con instalaciones adecuadas para su actividad que cumplan con normas técnicas internacionales, nacionales y metropolitanas vigentes. 

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La ordenanza prohíbe que se fracturen las patas de los animales antes de su sacrificio, que se transite con ellos por espacios públicos con fines comerciales y confirmarlos en espacios reducidos. Además, no permite introducirlos vivos en cámaras frigoríficas o recipientes con agua hirviendo. El transporte de las aves debe hacerse en jaulas que tengan ventilación adecuada, espacio suficiente y con aberturas que permitan que puedan sacar sus extremidades o cabeza. La resolución del DMQ establece que los centros que trabajen con animales para el consumo deben tener al menos un profesional de la salud mental  —como psicólogo, psiquiatra o trabajador social— para el cuidado del personal. 

La Unidad de Bienestar Animal será la encargada de realizar inspecciones, imponer medidas de protección e iniciar procesos administrativos para sancionar el incumplimiento de los establecido en la ordenanza. Las infracciones leves —como no recoger los excrementos en espacios públicos o incumplir el calendario de vacunación— serán castigadas con el 30% del salario básico, 120 dólares en 2021. 

Las graves —como no tener alojamiento adecuado o dejar a los animales en un vehículo solos— se castigan con un salario básico, 400 dólares este año. El tercer nivel son las infracciones consideradas muy graves. Esa lista incluye participar en peleas de animales, encadenarlos o provocarles cualquier tipo de sufrimiento. Se castigan con 10 salarios básicos: 4 mil dólares en 2021. 

La ordenanza fue publicada en el Registro Oficial el pasado 5 de enero, pero entrará en 90 días contados desde esa fecha. Se desarrolló según lo establecido en el Código Orgánico del Ambiente que tiene un capítulo dedicado al bienestar de las especies.