Global Witness califica a América Latina como “la región más peligrosa del mundo para las y los defensores” de la naturaleza. En 2017 Brasil ocupó el primer lugar entre los países del mundo con más ambientalistas asesinados. Estas cifras exigen leyes para proteger a los pueblos indígenas, activistas y defensores de la naturaleza. 

El 4 de marzo de 2018 empezó un esfuerzo concreto: se creó el acuerdo de Escazú. 

El Acuerdo es el primer tratado ambiental de la región, y el primero en el mundo en proteger los derechos humanos de los activistas ambientales. En año y medio apenas 11 de los 46 países de América Latina y el Caribe firmaron el acuerdo. Ecuador lo firmó pero la Asamblea Nacional aún no lo ratifica. Para lograrlo, los asambleístas deberán decidir si el país adopta este acuerdo, y si lo hace, se deberán reformar leyes orgánicas y sus reglamentos como el Código Orgánico de Ambiente. También se deberá capacitar jueces y preparar guías sobre los procedimientos legales en temas ambientales. 

El acuerdo de Escazú es una gran noticia para los defensores del ambiente, y es un avance en las garantías de derechos humanos y de la naturaleza. Pero para que entre en vigencia se deberá esperar la ratificación de 11 países y hasta ahora solo dos lo han hecho: Guyana y Uruguay. Mientras tanto, para que los esfuerzos no se queden en papel se deberá esperar la voluntad política de muchos países de la región.