“Los estudiantes le dicen a Maduro: El imperio es Cuba”
Entrevista con Liliana Rangel, opositora venezolana Esta entrevista nace de profundas dudas personales, políticas y, por ende, existenciales, surgidas a raíz de la radicalización socialista, la debacle económica, el fin de las libertades civiles y de la influencia cubana dentro del proceso político venezolano. Mi incredulidad, al ser testigo (solo basta con que un país se sirva de “tarjetas de racionamiento” para que sea real) de cómo Venezuela seguía el camino de Cuba y de Corea del Norte, me llevó a la conclusión de que la revolución bolivariana ha muerto. Mis cuestionamientos a mí mismo, luego de haber apoyado al LEER MÁS
Ha muerto la izquierda chavista
Mi sensación inicial frente al giro hacia la “radicalización” del proceso socialista en Venezuela es difícil de describir. Creo que lo primero que me golpeó fueron las colas. Fotos de colas interminables para conseguir alimentos. Iguales a las que vi en La Habana. Después fue la magnitud del culto a Chávez, “El Comandante Eterno”, la estética original del fascismo desde la era de Hitler. Luego vinieron las expropiaciones y la venta forzosa de bienes inmuebles. Declaraciones como las del Ministro de Educación, Héctor Rodríguez, un infame que dijo “no es que vamos a sacar a la gente de la pobreza LEER MÁS
Un águila no caza moscas
Una brevísima visión sobre la alienación del poder y el nacimiento del pensamiento del ciudadano de a pie. La derrota parcial de Alianza País en las elecciones del domingo 23 de febrero de 2014 tiene no uno, sino varios nombres. Tras ellos surge un descontento y una intuición. Cuando ambos se juntan le dan forma algo más bello, algo que sí tiene un sólo nombre: identidad. Los nombres de la derrota son #10luluncoto #JaimeGuevara #Villavicencio #Jiménez #Bonil y un largo etcétera que comparten un estilo y una actitud: el ubicar el proyecto político más victorioso de la historia del país en LEER MÁS
Cuatro pendejos que soñamos con piscinas públicas
Ojalá que para cuando Guayaquil despierte, para cuando se lleve las manos a la cabeza, no sea ya demasiado tarde.
El Estero
Este calor cegador me transporta a los patios del palacio donde el dictador centenario se reproducía a mansalva con la primera hembra disponible para después irse a redactar unos edictos y pasar a dormir tranquilo en el piso y con el brazo como almohada en “El Otoño del patriarca”. Y es la magnitud de la crueldad de ese mítico dictador lo que me hace pensar que algunos Guayacos nos hemos vuelto tan pendejos que le tenemos miedo al mero ejercicio del poder. Cuando todos sabemos que quien sufre por la magnitud del poder ajeno es por que el propio es LEER MÁS