Aunque José Serrano, ex ministro del Interior en el gobierno de Rafael Correa, ha intentado desmarcarse del asesinato de Fernando Villavicencio diciendo que es “víctima de persecusión política”, la Fiscalía ha continuado presentando pruebas que lo señalan como uno de los autores intelectuales en el caso al que denominó Magnicidio F.V.
La investigación empezó el 23 de octubre de 2023, dos meses después del crimen del entonces candidato presidencial. Luego de casi dos años, el 3 de septiembre de 2025, la Fiscalía formuló cargos por ese asesinato contra José Serrano.
También están vinculados Daniel Salcedo, sentenciado por delincuencia organizada; Ronny Aleaga, ex asambleísta de la Revolución Ciudadana y prófugo de la justicia; y Xavier Jordán, prófugo e investigado por corrupción hospitalaria en Ecuador. Los tres también están implicados en el caso Metástasis, que reveló los vínculos del narcotráfico con el sistema judicial del país.
Según la Fiscalía, cada uno habría tenido un rol en la planificación del crimen, ocurrido el 9 de agosto de 2023, cuando el entonces candidato fue atacado a balazos a la salida de un mitin en el norte de Quito.
Por ejemplo, Jordán habría sido el financista del asesinato; Aleaga, el coordinador; y Salcedo, el enlace entre los políticos y la banda de Los Lobos, a quienes se les atribuye la autoría material del asesinato —11 de sus miembros fueron procesados y seis de ellos asesinados en prisión.
Hasta inicios de 2025, la participación de Serrano había pasado casi inadvertida. Pero en la audiencia de formulación de cargos se expuso el presunto papel de Serrano, quien está detenido desde el 7 de agosto de 2025 en una prisión de Florida, Estados Unidos, donde vive desde 2021.
Actualmente, Serrano tramita un pedido de asilo político. Si le negaran, sería deportado y enfrentaría el proceso por el asesinato de Villavicencio en Ecuador. Si no, tendría que presentarse en el consulado de Miami, Estados Unidos, una vez a la semana.
Te explicamos cuál sería su vínculo en el caso.
La pista clave que lo involucró en el caso
En mayo de 2025, circuló un documento de la Fiscalía dirigido al Jefe de la Unidad Nacional de Investigación, en el que se ordenaba asignar a un agente para investigar el asesinato de Fernando Villavicencio. El oficio señalaba que, tras revisar la información del caso, se había identificado la “presunta participación” de cinco personas, entre ellas José Serrano.
Además de Serrano, el documento mencionaba a Jordán, Salcedo y Aleaga, así como al ex vicepresidente Jorge Glas —este último, sin embargo, no fue convocado a la audiencia de formulación de cargos.
Un mes después, en junio de 2025, Serrano publicó una carta en su cuenta oficial de X. “En los últimos días se ha pretendido posicionar que yo tendría algún vínculo con la autoría intelectual del asesinato de Villavicencio”, escribió. Pero “los verdaderos responsables son sectores del Estado infiltrados por el crimen organizado”, continuó.
Por eso aseguró que se trata de una persecución política.
COMUNICADO A LA CIUDADANÍA
— José Serrano Salgado (@ppsesa) June 25, 2025
Frente al burdo montaje que busca incriminarme con el asesinato de Fernando Villavicencio y el atentado contra Salcedo, hago pública esta declaración.
No permitiré que se use mi nombre para encubrir a los verdaderos responsables.#Villavicencio… pic.twitter.com/shxnyJZkwO
En la carta, Serrano también escribió que el “testimonio” que pretenden usar en su contra es un “fraude”. Se refería a la versión libre y voluntaria de Lenin Vimos, abogado vinculado a la banda de Los Lobos y sentenciado en el caso Plaga —una red de delincuencia organizada que utilizaba el sistema judicial para liberar presos de forma irregular—, rendida en abril de 2024.
Vimos declaró que el 4 de enero de 2024, mientras estaba en prisión, recibió una llamada de Jorge Chonillo, alias Negro Yorkis. Según su relato, Chonillo le dijo que tenía miedo de ser vinculado con el asesinato de Villavicencio. Vimos le preguntó si había tenido algún tipo de participación, y Negro Yorkis le habría contado lo que sabía del caso.
Negro Yorkis le habría dicho que en julio de 2023 —un mes antes del crimen— se reunió en Cali, Colombia, con miembros de Los Lobos, entre ellos alias Pipo y alias Menor. Durante ese encuentro, habrían hecho una videollamada a través de la aplicación Silent con un hombre identificado como “Ronny”, quien sería el ex asambleísta Ronny Aleaga, supuesto coordinador del ataque contra el entonces candidato presidencial.
En esa conversación, Negro Yorkis también le habría dicho a Vimos que el ex vicepresidente Jorge Glas estaba al tanto del plan y que “fue él quien dio la orden superior a José Serrano, el narco más importante del país” para supuestamente llevar adelante el ataque contra Villavicencio.
Hasta entonces, esa era la pista que vinculaba a Serrano con el caso. Pero no se conocía cuál habría sido su rol.
Serrano habría mandado a seguir a Villavicencio
El 3 de septiembre de 2025 fue la audiencia de formulación de cargos en el Complejo Judicial del Norte, en Quito, contra los cuatro implicados. La Fiscalía acusó a José Serrano como presunto autor mediato del asesinato, es decir, la persona que comete un delito utilizando a otra como instrumento.
La investigación demostró, según la Fiscalía, que el ex ministro habría dirigido un “equipo de avanzada” conformado por policías. Ese equipo se habría encargado de reportar los movimientos de Fernando Villavicencio y de identificar el momento oportuno para atentar contra él.
Además, por su cercanía con la política y la Policía, Serrano —ex ministro del Interior y militante del correísmo— habría recibido información sobre las condiciones de seguridad del candidato, como cuando se trasladaba sin vehículo blindado o con menos policías de su círculo de seguridad.
El principal respaldo de la Fiscalía para esta acusación es el testimonio de Ronal H., un ex teniente de la Policía que hoy es testigo protegido.
Su versión fue difundida el 12 de septiembre junto con otras pruebas del caso Magnicidio F.V., entre ellas los testimonios del círculo de seguridad de Villavicencio el día del crimen y los chats entre Xavier Jordán y Leandro Norero, narcotraficante asesinado en octubre de 2025 dentro de prisión, con quien se habría planificado el ataque.
El testigo relató que entró a la Policía en 2013, pero fue cesado en 2021, tras ser sentenciado a 34 años de prisión como coautor del homicidio de un mercader del mercado El Arenal de Cuenca que, asegura, no cometió.
En su testimonio, rendido ante la Fiscalía, el testigo dice que en 2016 empezó a ser parte de la Unidad de Inteligencia Antidelincuencial (UIAD), donde fue formado como agente investigador. Sus tareas incluían vigilancias, seguimientos, manejo de equipos electrónicos y rastreo de dispositivos GPS.
“Por mi desempeño, fui tomado en cuenta por el entonces ministro del Interior, José Serrano, para ejecutar misiones clandestinas de inteligencia”, dice.
Entre esas misiones estuvieron vigilar y seguir a opositores del correísmo, como Lourdes Tibán, hoy prefecta de la provincia de Cotopaxi, y Fernando Balda, quien denunció haber sido secuestrado en Colombia supuestamente por el gobierno de Rafael Correa.
Según el testigo protegido, también participó en operativos donde —presuntamente por disposición de Serrano— implantaba armas, documentos o dispositivos electrónicos en allanamientos —es decir, alteraba las escenas.
Fue así como se ganó la confianza de Serrano, dice el ex teniente. El vínculo se consolidó cuando el policía fue condecorado al mérito profesional por el entonces ministro del Interior en el cuartel de La Delicia, en el norte de Quito —de ese momento hay fotografías.
El testigo relata que en 2017, Serrano dejó el ministerio para presidir la Asamblea Nacional como parte de la extinta Alianza País, pero todavía mantenía influencia en la Policía.
Dos años después, en 2019, el ex policía fue transferido a Cuenca como agente de la Policía Judicial del Azuay supuestamente por disposición de Serrano, quien es oriundo de esa provincia.
Allí el agente investigador dice que descubrió actos de corrupción de altos mandos policiales relacionados con la minería ilegal en el cantón Camilo Ponce Enríquez, en Azuay. Supuestamente varios dueños y propietarios de minas, plantas de tratamiento de oro, entregaban dinero al mando policial para poder seguir con su funcionamiento.
Cuando quiso denunciar, sus superiores de la Policía le habrían advertido que todas las autoridades estaban ahí por orden de Serrano y “era mejor” que guardara silencio.
Aun así, el testigo dice que hizo operativos en zonas de minería ilegal que, según él, ocasionaron “pérdidas millonarias”.
Ese mismo año fue vinculado al homicidio de un mercader del mercado El Arenal, cometido por una de sus “fuentes humanas” en Cuenca —aunque no precisa de qué era la fuente. Fue sentenciado a más de 34 años de prisión. Fue detenido y entró a la Cárcel 4 de Quito, donde conoció a Daniel Salcedo, investigado entonces por el delito de lavado de activos. “Me dio protección y aprovechó mis habilidades de inteligencia”, dice su testimonio.
El testigo asegura que, en julio de 2022, fue la primera vez que Salcedo le pidió vigilar a Villavicencio, quien entonces era asambleísta y presidente de la Comisión de Fiscalización.
En esa fecha, según los chats del caso Metástasis, Xavier Jordán se quejaba de ser blanco de ataques en redes sociales. En un mensaje le escribió al narcotraficante Leandro Norero: “Ññ [ñaño], nunca te he pedido un favor, ¿puedes resolver lo de este villa?”. Norero respondió: “Vamos, quién dijo miedo”. “Villa” era el diminutivo con el que algunos se referían a Fernando Villavicencio.
El ex policía dice que empezó el seguimiento de Villavicencio desde la cárcel, con ayuda de personas externas, durante tres o cuatro días. Consiguieron fotografías de las rutinas de Villavicencio, que luego, dice el testigo, entregó a Salcedo. Dice que desconoce el destino de esas fotos.
Unos meses más tarde, en septiembre de 2022, Ronal H. obtuvo la libertad condicional, pero ya había sido dado de baja de la Policía. Ese año, Salcedo también salió de prisión de forma irregular —pagando por el fallo, gracias a un juez de Paján, en Manabí.
Un año después, en julio de 2023, Ronal H. y Salcedo retomaron el contacto y se reunieron en Guayaquil, en el estacionamiento del centro comercial Plaza Lagos. “Entre el Dr. Serrano y mi persona teníamos una persona en común: Daniel Salcedo”, dice el ex policía en su testimonio.
Subidos en una Chevrolet Tahoe blanca, Salcedo habría hecho una videollamada a Serrano. En esa videollamadas, Serrano le habría pedido a Ronal H. que identificara la rutina de Villavicencio, el carro en el que se movilizaba, cuántos policías lo custodiaban, si andaba en carros blindados y los lugares donde él se reunía con otras personas.
“Jonathan, si esto no fuera importante, créeme que no contáramos contigo. Es de carácter urgente”, le habría dicho Serrano a Ronal H. en la videollamada —Jonathan era el seudónimo del policía.
Según el ex teniente, aunque se trataba de un tema delicado, hubo algo que lo motivó a hacerlo. Serrano le habría dicho que “ellos”, refiriéndose al movimiento correísta, retomarían el poder del país y que Serrano personalmente se encargaría de reincorporarlo a la Policía.
Ronal H. continuó con el plan.
En julio de 2023, un mes antes del crimen de Villavicencio, Ronal H., según su testimonio, se reunión con el cabo de la Policía, José Manuel Alvarado, en el Mall del Sur de Guayaquil, quien llegó en un Vitara SZ blanco. Ambos viajaron a Quito y en ese carro empezaron a seguir a Villavicencio.
Mientras hacían los seguimientos, dice el testigo, Serrano le habría ordenado que se reuniera con el coronel de Policía, Santiago Nieto, detrás de la Embajada de Estados Unidos, en Quito, a las 9 de la noche. En ese encuentro, Nieto le habría entregado una hoja donde estaba escrito el itinerario de campaña de Fernando Villavicencio.
A cambio, Ronal H. le entregó un dispositivo de rastreo de GPS. Supuestamente habían acordado que Nieto pondría ese dispositivo en uno de los carros de la caravana de Villavicencio.
A inicios de agosto, una semana antes del crimen, Ronal H. y el cabo Alvarado hicieron un informe de seis hojas con las fotografías de los vehículos en los que se movía el entonces candidato presidencial, del personal de seguridad y de aquellos con los que se había reunido. Era el informe completo de los seguimientos de Villavicencio.
Ese documento, asegura, fue entregado solamente a Serrano y a Salcedo a través de Threema —aplicación de mensajería segura y privada que utiliza cifrado de extremo a extremo y se centra en la protección de datos y el anonimato.
El 9 de agosto de 2023, Villavicencio fue asesinado.
Tras el crimen, el ex policía huyó a Guayaquil y se escondió con una identidad falsa.
A inicios de 2024 supo que el cabo Alvarado, con quien hizo los seguimientos, había sido asesinado con 16 disparos en el sur de Guayaquil. Poco después, en junio de ese año, el ex policía fue detenido en Ibarra acusado de delincuencia organizada. En la cárcel de Turi, donde estuvo detenido, denunció intentos de asesinato y malos tratos.
Ahora, Rolad H. es testigo protegido de la Fiscalía y está preso en la Cárcel 4 de Quito.
En un comunicado publicado el 12 de septiembre en su cuenta de X, Serrano dice que “lo presentado no es testimonio, es una farsa”. Dice que se trata de “la palabra no juramentada de un privado de libertad condenado por homicidio, sin una sola prueba técnica que respalde sus afirmaciones” y que todo responde a un “libreto político”.
Al país y a la comunidad internacional pic.twitter.com/iCJ38UNIJy
— José Serrano Salgado (@ppsesa) September 12, 2025
GK solicitó una versión adicional a su abogado en Ecuador, Eduardo León Micheli, a través de correo electrónico. Hasta el cierre de esta edición, no respondió.
Salcedo lo acusa del atentado en su contra
Dos meses antes de la audiencia de formulación de cargos, el 22 de junio de 2025, Daniel Salcedo y su hermano Noé Salcedo —condenado a 13 años de prisión por el delito de lavado de activos— fueron trasladados desde la cárcel de máxima seguridad La Roca, en Guayaquil, hasta el centro penitenciario de Riobamba, supuestamente porque Salcedo había sido amenazado.
El 24 de junio, dos días después del traslado, Daniel Salcedo fue atacado dentro de esa prisión. Su hermano Noé intentó defenderlo y recibió un disparo en el pie y varias puñaladas. Tras el intento de asesinato, ambos fueron llevados a la Cárcel 4 de Quito.
Según Daniel Salcedo, este ataque lo motivó a adelantar su testimonio dentro del caso del asesinato de Fernando Villavicencio.
En su declaración, dijo que un movimiento político estará detrás del crimen de Fernando Villavicencio, refiriéndose a la Revolución Ciudadana, cuyo líder es Rafael Correa. También dijo que “Serrano es el brazo armado de Rafael Correa”.
Salcedo, además, acusó a Xavier Jordán y al ex ministro José Serrano de ser los presuntos responsables del atentado en su contra, con el objetivo de silenciarlo en el caso Magnicidio F.V.
Unos días después, el 17 de julio de 2025, Salcedo compareció en la Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional, a la que pidió asistir para hablar sobre corrupción hospitalaria. Salcedo habló sobre el intento de asesinato en su contra y relató que, en el momento en que iban a detonar un arma en su cabeza en la prisión, le dijeron: “Pepe te manda saludos”.
El apodo “Pepe” hace referencia a Serrano, así lo han llamado públicamente figuras como Rafael Correa.
José Serrano emitió un comunicado en el que aseguró que se intenta fabricar un “montaje burdo” para incriminarlo en el atentado contra Salcedo.
La versión que Salcedo dio en la Asamblea fue incorporada en los documentos de la investigación del caso Magnicidio y fue difundida por la Fiscalía el 16 de septiembre de 2025.
Únete a la GK Membresía y recibe beneficios como comentar en los contenidos y navegar sin anuncios.
Si ya eres miembro inicia sesión haciendo click aquí.