CREO no postulará candidatos para las elecciones anticipadas de este 2023. Así lo anunció Esteban Bernal, presidente de la organización política que gobierna Ecuador desde mayo de 2021. 

“Nos alineamos en esa línea conductual de decencia del Presidente”, dijo Bernal, también ministro de Inclusión Social, ante los medios de comunicación, rodeado de varios militantes de CREO —inicialmente movimiento Creando Oportunidades, luego convertido en partido político.

➜ Otras Noticias

La decisión se anunció después de que el actual Presidente de la República y también fundador de CREO, Guillermo Lasso, hiciera públicas sus intenciones de no volver a ser candidato.

“Hoy, después de una profunda reflexión, quiero anunciarles que no aceptaré la postulación a la Presidencia de la República para las elecciones de agosto”, dijo ante los medios de comunicación el pasado 2 de junio.

La decisión de Lasso, lejos de ser “decente” o “patriota”, como la han calificado sus más fervientes seguidores, es más bien una decisión pragmática. Con los números que tiene el Presidente —en ninguna encuesta reciente supera los 18 puntos de imagen positiva—, difícilmente podría tener posibilidades de ser elegido nuevamente. 

Lo que no es evidente es la decisión de CREO. 

No postular candidatos a la Asamblea Nacional significa también que CREO abandona toda posibilidad de tener una representación nacional, una vez que el gobierno termine, anticipadamente, su período.

Es revelador que tras el anuncio que hizo Bernal de no postular candidaturas en las próximas elecciones, los simpatizantes y militantes de CREO que lo acompañaban, estallaron en sonoros aplausos. 

La celebración de los acompañantes de Bernal es una demostración de que CREO no ha terminado de entender ni el rol de los partidos políticos, ni de la militancia, y mucho menos las reglas del juego político en el ejercicio del poder.

Los dirigentes de CREO parecen no ver que además hay un mensaje implícito en su decisión de no postularse: sin Guillermo Lasso, no hay CREO. 

¿Es entonces el inicio del final de CREO? 

Es muy pronto para aventurarse a decirlo pero no es una buena señal que la decisión de toda una organización política de participar en elecciones dependa de si su líder es o no candidato presidencial. 

Esta decisión refuerza, además, la idea de que CREO nació únicamente con un propósito: ser el vehículo para que Guillermo Lasso alcance la Presidencia de la República. El objetivo se logró —Lasso sí llegó a la Presidencia— ¿pero qué pasó entonces con la organización política? 

Y  más importante aún, ¿qué pasa ahora que Guillermo Lasso perderá el poder? 

La decisión de no postular candidatos parece dar indicios sobre cómo mira CREO a su militancia y al ejercicio del poder: sin un líder, el partido no existe. 

Da la impresión, además, que no hay otros liderazgos capaces de conducir la organización a otro nivel. O que, sin un Guillermo Lasso como candidato presidencial, se pierde el interés por tener un bloque legislativo.

Que CREO crea que es digno de aplaudir la decisión de no participar con candidaturas en las próximas elecciones, demuestra que en este período en el que fueron gobierno, no aprendieron nada como organización política. Parecen no haber aprendido, por ejemplo, que precisamente el objetivo de un partido debe ser el de ocupar democráticamente puestos de representación en la vida política del país. Eso incluye también la Asamblea Nacional. 

En el anuncio de que no participará en las próximas elecciones, Lasso dijo: “Muy por encima de la Presidencia, yo amo la democracia, yo amo la libertad. Si mi deber de Presidente me exige que me desprenda de mi cargo para así ayudar a proteger la democracia, así lo haré. No una, sino mil veces”.

Si damos eso por cierto, él debería ser el más interesado en que la organización política que fundó siga existiendo incluso si él ya no está en el poder o si él ya no es parte activa de ella. 

Un líder genuinamente interesado en fortalecer la democracia debería preocuparse porque su partido haga alianzas con otras organizaciones políticas, con las que comparta una mirada programática o ideológica para alcanzar representación en la vida pública.

Lastimosamente, el quiebre de la alianza con el Partido Social Cristiano —el apoyo partidista fundamental para que Lasso lograra la Presidencia de la República— demostró la incapacidad de CREO de gestionar los acuerdos políticos a largo plazo, incluso con sus aliados ideológicos. 

Esta pudo ser una oportunidad para demostrar que CREO puede existir más allá de Guillermo Lasso, pues, tal como dijo en su discurso, él estará enfocado en dirigir al país —como corresponde a un primer mandatario. Y, por lo tanto, se infiere que no podrá, a la par, hacerse cargo de CREO. 

Se asumiría que para eso hay diversidad de liderazgos con la capacidad suficiente de liderar al partido político. ¿O todos están ocupados en los ministerios?  Si es así, ¿tampoco hay militancia capaz de tomar el relevo? 

Seguir, ciegamente, a un líder en su decisión de no ser candidato a la Presidencia de la República —con el pobre argumento de que es por “decencia”— parece una receta ideal para destruir el partido, o lo que queda de él. 

Maria Sol Borja 100x100
María Sol Borja
Periodista. Ha publicado en New York Times y Washington Post. Fue parte del equipo finalista en los premios Gabo 2019 por Frontera Cautiva y fue finalista en los premios Jorge Mantilla Ortega, en 2021, en categoría Opinión. Tiene experiencia en televisión y prensa escrita. Máster en Comunicación Política e Imagen (UPSA, España) y en Periodismo (UDLA, Ecuador). Ex editora asociada y editora política en GK.
Y tú ¿qué opinas sobre este contenido?
Los comentarios están habilitados para los miembros de GK.
Únete a la GK Membresía y recibe beneficios como comentar en los contenidos y navegar sin anuncios.
Si ya eres miembro inicia sesión haciendo click aquí.
VER MÁS CONTENIDO SIMILAR