Durante la temporada de premios hay dos preguntas frecuentes en una conversación. La primera: ¿has visto alguna de las películas nominadas? Y la segunda: ¿qué te pareció? 

La respuesta involucra más que un “me gustó” o “no me gustó”. Implica descubrir por qué de la respuesta. El cine, aparte de entretener o ser ventana hacia otras vidas —o vitrina de otras experiencias— es también una buena excusa para conocer lo que piensa o siente la persona que mira las películas. O incluso lo que descubre sobre sí misma.

Por eso, le preguntamos a 10 personas —ligadas o no al cine, de alguna manera— sobre sus experiencias con 10 películas nominadas al Óscar 2023, en varias categorías de los premios que se entregarán el próximo 12 de marzo de 2023.

Cada persona consultada, me envió su respuesta por escrito. Esto dijeron.

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Todo lo que nos dice Pinocchio de Guillermo del Toro

por María Isabel Burbano, periodista

Quince años se demoró Guillermo del Toro y el equipo de animadores de ShadowMachine, Pathé y El taller del Chucho en traer a la luz una nueva versión de la narración italiana Pinocho de Carlo Collodi. El stop motion es una técnica de animación que ha dejado de ser atractiva para las grandes productoras, pero el director mexicano encontró en Netflix un espacio para mostrar su obra maestra. 

Del Toro toma algo de sus anteriores películas, especialmente de El Laberinto del Fauno, para denotar el punto principal del filme: la importancia de la vida. La historia de Pinocho en los ojos de del Toro es un recordatorio de que nuestros días están contados, de que un día la muerte nos tomará de la mano y nos llevará con ella. 

Eso es precisamente lo que hace de la vida algo maravilloso e irrepetible. Nos recuerda la fragilidad del ser humano a través de una marioneta de madera que quiere alegrar los días de un anciano carpintero que se ha olvidado de vivir. Todo a través de una técnica cálida y una estructura sólida.

Pinocchio de Guillermo del Toro está nominada a Mejor Película Animada.

¿Por qué se debe ver Women Talking, de Sarah Polley?

Por Anamaría Garzón, historiadora del arte y profesora de la Universidad San Francisco de Quito

Women Talking, dirigida por Sarah Polley, está basada en un libro de la canadiense Miriam Toews, que crea una ficción que se inspira en una historia que ocurrió entre el 2005 y el 2009, en la comunidad menonita de Manitoba, en Bolivia. Allí más de 130 mujeres de entre 3 y 65 años fueron drogadas y violadas mientras dormían en sus hogares. Por años, los hombres de la colonia culparon a Satanás por los ataques, también se atrevieron a decir que eran producto de la imaginación de las mujeres. 

En el filme, la historia se localiza en una colonia ficticia, donde el tiempo parece haberse detenido hace un par de siglos. Hay apenas una muy sútil referencia al año en el que transcurre la historia. Mientras los hombres de la colonia van a pedir la libertad de los violadores —a quienes por temas religiosos tienen que perdonar—, las mujeres se juntan para decidir qué hacer: ¿No hacer nada? ¿Quedarse y pelear? ¿Irse? 

Ninguna decisión es simple, porque según su religión si no perdonan no van al cielo, si se van tampoco van al cielo, y un grupo de mujeres tiene que decidir el destino de todas durante un día. Las conversaciones transcurren en un granero. Las mujeres que hablan, que por fin hablan, se saben víctimas de una violencia estructural, saben que ellas mismas son parte de un engranaje que faculta su propia opresión. 

Saben que tienen que romperlo, pero en ese proceso hay demasiadas preguntas. 

En un tono coral, este thriller político es una elaboración profunda y filosófica sobre el lugar del desacuerdo, la potencia del lenguaje, la necesidad de negociar con la rabia, las formas de comprender la fe, las expresiones de miedo, la vulnerabilidad más descarnada. Women Talking mantiene el suspenso hasta el final, es difícil de ver, al mismo tiempo es tierna y en sus capas guarda una reflexión sobre la democracia y la imaginación política radical. 

Women Talking, de Sarah Polley está nominada en las categorías de Mejor Película y Mejor Guion Adaptado

¿Qué se merece ganar Los Fabelman, de Steven Spielberg?

por Juan Sebastián Jaramillo, director de Radio Cocoa

El último largometraje de Steven Spielberg es uno de los más nominados en esta edición de los Premios Óscar. Por supuesto que el peso del nombre Steven Spielberg cuenta al momento de nominar galardones, pero me rehúso a pensar que esta película no es merecedora de —por lo menos—  eso, estar nominada a las siete categorías en las que se la encuentra: Mejor Película, Mejor Dirección, Mejor Actriz, Mejor Actor de Reparto, Mejor Guión Original, Mejor Diseño de Producción y Mejor Banda Sonora.

Los Fabelman es algo así como una biopic de Steven Spielberg. La película narra un drama familiar situado en la Arizona de los años 50, que gira alrededor de la vida de Sammy Fabelman (alias de Spielberg), un adolescente fascinado por el cine y que descubrirá que arte y familia son dos palabras que no se llevan bien entre sí.  

Ahora, si la pregunta es si debe ganar uno de estos premios, la respuesta se vuelve más compleja. Sin duda el filme tiene una competencia enorme en los “premios grandes”, como Mejor Director, Mejor Guion Original o Mejor Película.

Me resulta difícil que tenga que competir contra los Daniels y su tremenda Everything Everywhere All At Once, una obra que da pelea en absolutamente los 11 premios a los cuales está nominada. 

Considero que si Los Fabelman se lleva estatuilla sería justo que lo haga en Mejor Actriz, pues la actuación de Michelle Williams como madre del joven Steven Spielberg es, por lo menos, convincente y fascinante.

En cuanto a mejor director, los Daniels hicieron un mejor trabajo, sin desmerecer a Spielberg, por supuesto, pero no creería algo descabellado que Spielberg se haga de este premio, debido a que ya lo ganó en la antesala de los Oscar, los Golden Globes. Habrá que ver dónde pone el énfasis la Academia: en la trayectoria y amor histórico al cine o en la juventud y en la innovación narrativa. 

Los Fabelman, de Steven Spielberg, está nominada en siete categorías, entre ellas: Mejor Película, Mejor Director, Mejor actriz (Michelle Williams), Mejor Actor de Reparto (Judd Hirsch), Mejor Guion Original, Mejor Música Original y Mejor Diseño de Producción.

¿Por qué Aftersun, de Charlotte Wells, es una gran ópera prima?

Por Iván Mora Manzano, director de cine

Aftersun es una de las películas británicas más bellas de los últimos años. Estamos ante el nacimiento de una nueva voz: la de Charlotte Wells.  Al ser un relato de la relación padre-hija me golpea el alma especialmente (soy padre de dos hijas). 

Pero más allá de lo que resuena solo en lo privado, me sorprendió la madurez de su lenguaje: la película toma el tema de “lo que ocultamos”, de los sentimientos que no se verbalizan, y lo narra desde la intimidad. La cámara hace lo mismo, oculta, en el fuera de campo, en la economía narrativa de las pequeñas pistas, en la pausa y la respiración de esas tomas largas que parecen de cine latinoamericano.

Tiene la capacidad de captar los días largos de vacaciones infantiles, en los que parece que no pasa el tiempo, pero siempre se acaban tan de repente. Masteriza el subtexto de un retrato sobre “estar perdido”, nos tensiona con qué cosas terribles podrían pasar o que, a lo mejor, ya están pasando en esa actuación superlativa y dolorosa de Paul Mescal, nominado al Óscar como mejor actor.

Y por último, la utilización magistral de su banda sonora original, que suena a un minimalismo ruidoso (del compositor y también chelista Oliver Coates), combinada con el uso poco común de dos canciones que tenemos clavadas en el ADN: Tender (de Blur) y Under Pressure (Queen y Bowie), esta última pareciera que fuera inventada para la película como si fuera una canción nueva. 

Si bien usa nuestra resonancia sentimental con ella, la lleva a otro lugar, otra interpretación, lo que rompe con la quietud del relato hacia un final más “espectacular”.  

Un milagro de ópera prima.

Aftersun, de Charlotte Wells, tiene una nominación para Paul Mescal, en la categoría de Mejor Actor.

¿Por qué EO, de Jerzy Skolimowski, me hizo pedazos?

Por Juan Felipe Paredes, estudiante, cura exposiciones de arte y edita impresos con sus amigos

Siento que EO es una película sumamente plástica porque, a pesar de tener marcadas escenas con diálogos y estructuras bastante familiares, en su mayoría es un ensayo visual. 

La historia se cuenta en estas tomas largas, paneos y travelings que aprovechan la ausencia del ser humano para hacernos dar cuenta que, aunque este no figura, sus estructuras sí. Pienso en una escena que es escalofriante en donde el EO, el burro, está entre molinos de energía eólica y todo es de un rojo súper violento; o una de un bosque, que por la noche refleja el azul profundo de la luna que hace posible que los animales descansen y llegan, como lluvia, las luces de color verde-amenazante-neón de las armas de los cazadores. 

Hay encuentros de ojos (el de la cámara y el del animal) y que son utilizados como espejos para ver al frente (en la vida real, nuestra cercanía empañaría un espejo así de cristalino). Y la película es silenciosa pero insoportablemente ruidosa —más allá del soundtrack, que es positivamente insoportable, a falta de una mejor palabra. 

Hay escenas calculadas con el contraste en mente, como la del criadero de caballos, en donde uno corre en círculos y la luz apenas entra. Jerzy Skolimowski, el director, sabe utilizar bien las fórmulas del cine, del road movie, pero en lugar de heroizar al viajante (que generalmente es humano) solo decide perseguirlo, y esa falta de agencia (empatía para algunos) es lo que me choca, porque veo pasivamente cómo un destino que parece que yo mismo elaboré lleva a EO, animal que me enseñaron a amar, a un fin detestable, y tengo una pantalla en frente, y no puedo hacer nada.

EO, como esta historia de un burro de circo que en los primeros minutos es arrebatado de su dueña (los animales pueden ser posesiones, pensar en las personas como posesiones es potencialmente liberador o suscita conversaciones súper interesantes, a lo mejor incómodas), me funciona como un articulador de charlas enormes. 

El amor inexplicable, la naturaleza que ahora es hostil porque nosotros la hicimos así (y el nuevo romanticismo que va a surgir de eso).

EO, de Jerzy Skolimowski, está nominada en la categoría de Mejor Película Internacional.

¿Por qué Everything Everywhere All At Once, de The Daniels, debería ganar?

Por Daniela Piedra, creadora de contenidos

Si pudiera resumir por qué Everything Everywhere All At Once debería ser nombrada la mejor película del año es porque efectivamente, es cine (espero que se entienda la referencia). 

Esta historia pudo ser un libro, un cómic, una pintura, pero decidió ser una película y lo hizo orgullosamente. Para mí fue como si los directores —Dan Kwan y Daniel Scheinert— hubieran dicho ¿qué elementos le pertenecen al cine que ningún otro arte puede replicar? ¿La cinematografía y la edición? Pues entonces vamos a elevar ambas cosas al 1000%.

Lo hicieron, y nos dieron una experiencia que nunca se va a poder replicar fuera del universo de una pantalla grande. Esta es una historia hermosa, emocionante y original, pero su verdadera fortaleza es que la película sigue su propia moraleja.

En una aventura confusa y miedosa como lo es Everything Everywhere All At Once, necesitamos una guía amable y cálida que nos de certeza durante ese tiempo. Daniel Kwan y Daniel Scheinert hacen exactamente eso, usando el poder exclusivo del cine.

Everything Everywhere All At Once, de The Daniels, está nominada en 11 categorías, entre ellas:

Mejor Película, Mejor Dirección, Mejor Actriz (Michelle Yeoh), Mejor Actor de Reparto (Ke Huay Quan), Mejor Actriz de Reparto (x2) (Jamie Lee Curtis y Stephanie Hsu), Mejor Guion Original, Mejor Música Original, Mejor Canción Original (Ryan Lott, David Byrne y Mitski por This is life), Mejor Diseño de Vestuario y Mejor Edición.

¿Por qué está nominada The Banshees of Inisherin, de Martin McDonagh?

Por Lorena Robalino, actriz

Creo que esta película está nominada al Oscar porque el guion es preciso y eso se siente con la dirección, las actuaciones, la fotografía y la música. Hasta con el silencio. 

Cuando todo se cuenta de forma orgánica y perfectamente engranada, todo fluye porque está bien hecho. Las emociones son sutiles en cada escena, pese a que podría resultar lenta para mucha gente. Pero es precisa y te das cuenta de que no tratan de ser pretenciosos, sino de cuidar los detalles. 

Este tipo de películas tiene detalles, y eso es, a mi parecer, es lo que hace extraordinaria a las películas: que cuiden los detalles y todo sea transparente. Porque cuando eres transparente en cuestiones artísticas todo se ve más natural, más limpio. 

El tema que indaga es algo que no se topa en realidad: las relaciones tóxicas. Incluso se lo puede llevar a una sociedad más macro, porque todo sucede en una pequeña isla con gente aún atada a una rutina y desde que nacen nunca salen de ella, y esto de llevarte con la misma gente toda la vida y de repente querer, bruscamente, alejarte de esas personas porque quieres estar solo y vivir otras experiencias, se vuelve necesario. 

En algún punto de la vida todos nos hemos sentido así de esa u otra forma, sea en una pequeña isla o en una ciudad grande. Pero no se tocan estos temas y es bastante interesante indagar en el ser humano en este aspecto.  

The Banshees of Inisherin, de Martin McDonagh, está nominada en ocho categorías, entre ellas: Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actor (Colin Farrell), Mejor Actor de Reparto (Brendan Gleeson y Barry Keoghan), Mejor Actriz de Reparto (Kerry Condon), Mejor Guion Original, Mejor Edición y Mejor Música Original.

¿Por qué es importante Argentina, 1985, de Santiago Mitre?

Por Anirys Sabagay, estudiante de Literatura de la Universidad de las Artes

Argentina, 1985 nos adentra en el clímax de la dictadura militar a la que estuvo sometido todo un país, durante la que desaparecieron aproximadamente 30 mil personas. Con algo de humor y un tinte melodramático, la película está inspirada en la historia del abogado Julio Strassera y todo su equipo jurídico, quienes recopilaron la información necesaria para condenar a aquellos que llevaron a cabo uno de los actos más atroces en toda la historia de Argentina.

Con referentes históricos que marcaron un antes y un después, un fuerte soundtrack que termina con una canción precisa de la mano del gran Charly García y ese color nostálgico que te hace parte de la trama, Argentina, 1985 preserva la memoria de sus víctimas y demuestra cuán importante es recuperar y recalcar la historia de toda una nación.

Argentina, 1985, de Santiago Mitre, está nominada en la categoría de Mejor Película Internacional.

¿Por qué Avatar: the way of water, de James Cameron, no funciona?

Por Virginia Sotomayor, co-directora de EQUIS – Festival de Cine Feminista de Ecuador

Me parece que Avatar refuerza pensamientos y comportamientos machistas que ya en el presente considero caducos, peor aún en el año 2154, en el que está ambientada la película. Y peor aún en unos seres que parecerían tener mayor consciencia que el ser humano en la forma en que se relacionan con otros seres.

Esos valores patriarcales se ven reflejados por ejemplo en la relación entre los personajes de Jake y su hijo mayor; así como entre Jake y Neytiri (interpretados por Sam Worthington y Zoe Saldana).

Hay varias escenas de la película en las que se puede notar una forma de crianza que esperaría que en cien años (ojalá antes) desaparezca. La idea del padre como autoridad que provoca miedo, vergüenza y culpa en su hijo. Se habla de la “honra” y de las cargas que debe asumir Neteyam como hijo mayor, responsabilidades que no le corresponden.

Por otro lado, en cuanto a la relación de Jake y Neytiri, sorprende que aún siendo ella la que lo introdujo a él en este mundo al que inicialmente no pertenecía, la que le salvó la vida y le enseñó todo para que pudiera vivir en este nuevo ambiente, sea ahora prácticamente una esposa sumisa. Él es quien toma las decisiones, él es el jefe de la familia.

En ambos casos hay unas relaciones de poder que no son sanas.

En fin. Avatar: The Way of Water me deja la impresión de que ni siquiera imaginando un mundo mejor logramos deshacernos del patriarcado.

Avatar: the way of water, de James Cameron, está nominada a cuatro categorías: Mejor Película, Mejor Sonido, Mejor Diseño de Producción, Mejores Efectos Especiales.

Tár, de Todd Field, es absolutamente Cate Blanchett

por Eduardo Varas

Lydia Tár es un monstruo en toda su extensión. Es una persona que vive para la música, para la fama, la relevancia, para ser alguien importante. Es una de las pocas mujeres conductoras de orquestas y es compositora. Pero Tár es un tipo de monstruo en específico. Porque ella goza del reconocimiento —uno que Todd Field construye muy bien en la primera hora de la película— para luego darse de golpe con las consecuencias de sus acciones.

Lydia Tár es acusada de abuso sexual y su carrera y su vida se viene abajo.

En definitiva, Tár es una película complicada y dura, pero impresionante. Field ha decidido hacer un filme que se cuestiona sobre la cultura de la cancelación y la relación entre obra y creador. No da respuestas, desde luego, no es su objetivo. En realidad complica el escenario porque cualquier reflexión sobre esto va a ser una complicación.

Cate Blanchett es simplemente genial: agresiva y vulnerable al mismo tiempo, como una especie de Raskolnikov que ante la exposición debe recuperar algo propio. La escena de la clase magistral en Julliard es un gran ejemplo de lo que es esta película: Una Tár absolutamente inmensa, cuestionando las preferencias de jóvenes estudiantes que se basan en función de información personal de grandes compositores, lo que ella considera una afrenta a la posibilidad de enfrentar el arte.

Todo un juego dialéctico —un plano secuencia en el que Blanchett demuestra la fuerza que tiene al actuar— que será el que luego estrellará a Tár contra la pared.

Tár, de Todd Field, está nominada en seis categorías, entre ellas: Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actriz (Cate Blanchett), Mejor Guion Original, Mejor Cinematografía y Mejor Edición.

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Eduardo Varas
Periodista y escritor. Autor de dos libros de cuentos y de dos novelas. Uno de los 25 secretos mejor guardados de América Latina según la FIL de Guadalajara. En 2021 ganó el premio de novela corta Miguel Donoso Pareja, que entrega la FIL de Guayaquil.
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