Esmeraldas —la undécima ciudad más poblada de Ecuador y una de las más biodiversas del país— se rehúsa a vivir bajo un régimen de violencia, la falta de acceso a derechos básicos, como el agua y el saneamiento en sus barrios, además de la ausencia de políticas públicas que garanticen un buen proceso educativo y oportunidades laborales. Sus habitantes replican una exigencia: mayor inversión social.

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Son esas varias de las necesidades prioritarias de uno de los siete cantones de la provincia que lleva el mismo nombre. No son recientes: se han convertido en la deuda de cada gobierno local que no logra cumplir sus promesas y están, además, en el discurso de los once candidatos a la Alcaldía de Esmeraldas que se disputarán el cargo en las elecciones del próximo 5 de febrero de 2023.  

Esmeraldas, que celebró sus 198 años de cantonización en 2022, tuvo 196.095 habitantes hasta 2010, de acuerdo con registros del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC). Aún no se tienen datos de la población actual de la ciudad, pero, la proyección poblacional del INEC para 2020 trazó un crecimiento hasta de 218.717. 

Y el nombre de la provincia ha sido elevado por el talento de históricos artistas como Papá Roncón y Rosa Wila, literatos y escritores como Juan Montaño, Adalinda Zamora —considerada la primera escritora de corte literario en Ecuador—  o Argentina Chiriboga y jóvenes voces literarias y deportistas como Yuliana Ortíz Ruano, Énner Valencia o Carlos Tenorio, respectivamente.

Pese a la diversidad cultural de la provincia, el 2022 tuvo un cierre alarmante que evidenció el abandono social y el crecimiento de la violencia: Esmeraldas llegó a su tasa máxima de 66 homicidios por cada 100 mil habitantes, convirtiéndose en la provincia más violenta del país. 

Pero sus habitantes —más del 40% es afrodescendiente— se niegan al silencio, porque la violencia no es el único rostro de la provincia y la ciudad, sino también su ímpetu por revertir la situación. 

Una mañana de enero, GK conversó con Manuel Gonzales, un experimentado periodista esmeraldeño, que fundó Relatos Esmeraldeños, un medio de comunicación que se ha dedicado a contar la diversidad de la ciudad y los cantones aledaños desde una perspectiva esperanzadora y valiente. 

Dice él —desde la ciudad esmeraldeña— que son varios los problemas asentados en Esmeraldas, que no han permitido que se levante de la pobreza. Es más, los porcentajes provinciales de pobreza superan a los nacionales. 

Actualmente, la provincia mantiene una tasa de pobreza por ingresos del 52,9% —en la que se miden los gastos del hogar con el valor de una canasta mínima llamada la línea de pobreza , mientras que la nacional es de 28,8%. Lo mismo ocurre con la pobreza extrema, de acuerdo con el INEC, el 25,3% de los esmeraldeños sobreviven en la pobreza extrema

La tasa promedio a escala nacional es de 10,3%. 

Junto a Manuel Gonzales, enlistamos aquí las prioridades de la capital de Esmeraldas a vísperas de las elecciones. Una ciudad que necesita con urgencia el fortalecimiento de políticas sociales, culturales y económicas. 

Falta de agua 

El acceso al agua en Esmeraldas —como provincia y ciudad— lleva varias décadas siendo un grave problema

Pero, desde que el servicio básico fue declarado en emergencia, en julio de 2021, de acuerdo con las autoridades por un perjuicio en el sistema de bombeo, la falta de agua se ha intensificado aún más en la ciudad esmeraldeña y en otros dos cantones: Atacames y Rioverde. 

Gonzales recuerda el inacabado proyecto de mejoramiento y ampliación del sistema regional de agua potable de Esmeraldas y su zona de afluencia, que, en teoría, planteó la construcción de una red de distribución confiable que satisficiera y garantizara el acceso al agua con un presupuesto de 130 millones dólares. 

Aquel proyecto fue impulsado en 2016 y el dinero —que llegó de un crédito del Banco de desarrollo— fue entregado a la administración local, liderada en ese entonces por el actual asambleísta correísta Lenin Lara. 

“Tenía que entregarse en febrero de 2018, pero la obra no se entregó y sigue inconclusa. La gente sigue recibiendo, en los mejores casos, agua tres veces a la semana y no todos los días, como debería ser, según el proyecto”, cuestiona Gonzales. 

Y la situación desconcierta: un año después de haberse iniciado el proyecto, en 2017, se creó la Unidad de Gerenciamiento Proyecto Esmeraldas, que, en teoría, debía vigilar la ejecución de una red que no llega a concretarse. 

¿Dónde está el dinero?”, se pregunta Manuel Gonzales. Aún no ha podido determinarse. Lo cierto es que la población esmeraldeña se las ha ingeniado para guardar agua: ha construido albercas, ha acudido a reservorios o la almacena en tanques azules donde pueden llegar a asegurar entre 50 y 60 litros de agua. 

“Si lo vemos desde una perspectiva técnica, no es lo más salubre, pero es lo que queda por hacer si no se tiene. Eso, además, ha hecho aumentar el número de procesadoras de agua y responde a esa necesidad de poder consumir agua pura”, dice Gonzales. 

La actual administración de Esmeraldas, liderada por la alcaldesa Lucía Sosa, tampoco ha logrado solucionar la falta de acceso a agua potable. 

En cambio, en su discurso ha repetido siempre que la culpa de que un derecho básico esté truncado sigue recayendo sobre el gobierno local pasado de Lenín Lara, pese a que pronto ella terminará su período sin cumplir su promesa de campaña: abastecer de agua a la ciudad. 

Alcantarillado deficiente 

Esmeraldas abarca 268 barrios entre la zona norte, sur, alta y los que están asentados en los bajos de las riberas del río Esmeraldas, que es, además, una de las más críticas por el número de muertes violentas. Pero, dice Manuel Gonzales, “a pesar de su crecimiento demográfico, aún hay sectores donde no hay alcantarillado”. 

En la zona de la ribera del río Esmeraldas existen 26 barrios. Sin embargo, Gonzales ha podido constatar, durante su reportería, que “casi el 50% de las casas no tiene alcantarillado y sigue usando pozo séptico”. 

Esa es una necesidad urgente, que también se replica en los planes de trabajo de los candidatos a la alcaldía. 

Lo cierto es que hay otro factor que profundiza la precariedad de la vida para las personas que viven en esos barrios: las descargas de las aguas residuales de quienes habitan las zonas céntrica y alta de Esmeraldas. “No existen piscinas de tratamiento de aguas residuales. Hay una contaminación de insalubridad y esa es una consecuencia de la falta de alcantarillado”, dice Gonzales. 

Y a eso se suma un conflicto ambiental: la Refinería de Esmeraldas —que comenzó a operar desde 1977— produce 100 mil barriles de crudo diarios; sin embargo, cuestiona Gonzales, no genera “un recurso directo para la ciudad y la provincia”. 

Lo que sí recibe la ciudad es la contaminación directa: las teas —que son antorchas donde se concreta el proceso de combustión para refinar combustible—, las queproducen contaminación y eso se queda aquí”, dice Manuel Gonzales.

Lo peor, dice Gonzales, es lo que ocurrió con el ofrecimiento incumplido de repotenciación de la Refinería, que terminó en un escándalo de corrupción durante el gobierno de Rafael Correa. Más de 2.200 millones de dólares fueron destinados a aquella supuesta rehabilitación estrella que, en realidad, terminó llevando a la cárcel a ex funcionarios como Carlos Pareja Yannuzzelli y Álex Bravo. 

Ahora, la Refinería está en un proceso nuevo de repotenciación. Sin embargo, solo un consorcio —conformado por Hyundai y KBR— está interesado, según lo confirmó el ministro Fernando Santos, en enero de 2023. 

Para su rehabilitación se necesita una inversión de más de 2.700 millones de dólares, con una concesión de 25 años y administración conjunta entre la empresa privada y la estatal cuestionada Petroecuador. 

Mientras, la contaminación se mantiene, sobre todo en barrios del sur de Esmeraldas como Codesa, Voluntad de Dios, San Rafael, entre otros. 

La violencia que se dispara; la inversión social es clave 

“No me mandes a la escuela, mami, por favor”, le suplicaba Mariela*, una niña afroecuatoriana de 11 años, a su madre, María*, el 20 de octubre de 2022. 

A Mariela y a sus compañeros de clase, que viven en un barrio del sur de la ciudad de Esmeraldas junto a sus padres, les asustan las ráfagas de las balas que, dice María, retumban a diario, en medio de los enfrentamientos de bandas criminales. 

Que los niños y niñas vayan a sus escuelas y colegios, alerta María — una madre de casi cuarenta años—, se ha convertido en una “carrera” para llegar vivos a sus aulas. 

“En Esmeraldas estamos luchando no por vivir, porque la situación no da para eso. Estamos sobreviviendo con lo que podemos. A mi niña le da miedo ir porque las extorsiones ya no llegan solo a los locales de comercio, también a las escuelas, los colegios”, dice María. 

Y el temor tiene sustento: la provincia lidera la tasa de homicidios en Ecuador, 66 por cada 100 mil habitantes. Lo que sorprende es que, de acuerdo con datos de la Fiscalía, solo existen 30 procesos abiertos por homicidios en la ciudad: 6 como consumados y 24 como tentativa. 

Dice María, en enero de 2023, que el estado de excepción —decretado por el gobierno desde los atentados sin precedentes del 1 de noviembre— “en algo ayudó. El problema es cuando se terminan, volvemos a lo mismo”, cuenta. 

Esmeraldas tiene índices de violencia similares a ciudades en México como Zacatecas, que mantiene una tasa de homicidios de 63 por cada 100 mil habitantes. La revista especializada Proceso describe la realidad de la ciudad mexicana como una zona abandonada a un control “político y criminal” de dos cárteles internacionales: el de Sinaloa y el Jalisco Nueva Generación. 

Pero aún con ese panorama alarmante, sí hay mucho por hacer y la inversión social es vital. Manuel Gonzales, un periodista que se dedica a dar luz a historias de sobrevivencia en Relatos Esmeraldeños, dice que las autoridades —tanto alcaldías, prefecturas y el gobierno central— deben concentrarse en capacitar a la población, sobre todo, en los barrios asentados en la ribera de Esmeraldas y las zonas altas de la ciudad, donde está más centralizada la violencia, los sicariatos, los asesinatos y los robos. 

El trabajo social enfocado a las infancias debe elevarse con campañas focalizadas y sostenibles. “No habrá resultado a corto plazo, pero sí a largo. Lo importante es que se impulse el sentido de pertenencia, no con el estigma de la inseguridad y la violencia”, cuenta.  

Para Gonzales, Esmeraldas merece mucho más que titulares morbosos. En cambio, incluso desde los medios de comunicación, dice, es vital crear otra narrativa que apunte a las iniciativas ciudadanas que se resisten a la violencia. 

Delincuencia organizada 

No es coincidencia que en zonas abandonadas —sin acceso a derechos básicos o adecuada educación— las redes de delincuencia organizada se asienten y Esmeraldas, por su ubicación geográfica, está sitiada por bandas criminales. Principalmente por dos: Los Tiguerones, que trabajan en alianza con el cártel Jalisco Nueva Generación, y Los Gángsters, el brazo armado de Los Choneros en la ciudad, que colaboran, en cambio, con el cártel de Sinaloa. 

Su presencia, incluso, fue confirmada, en octubre de 2022, por el entonces comandante de la Policía en Esmeraldas, William Calle, que admitió que el control de las prisiones y las calles lo tienen esas dos organizaciones

Sin embargo, parece ser que la justicia ecuatoriana no la “combate”, como suele ser la premisa del gobierno: la Fiscalía registra apenas nueve procesos abiertos por delincuencia organizada. 

Extorsión, una preocupación constante 

La Fiscalía ecuatoriana tiene documentadas 356 noticias del delito por extorsión, que, en Esmeraldas se ejerce en forma de “vacunas”: ese cobro extorsivo de dinero que exigen delincuentes o grupos organizados para garantizar, según los “vacunadores”, seguridad y protección para que puedan trabajar de forma tranquila. 

Pero no todas se denuncian. 

A José*, un comerciante esmeraldeño, que pidió también la reserva de su nombre, lo amenazaron con asesinarlo si él y su padre no pagaban 6 mil dólares. 

“¿De dónde vamos a sacar? Ellos no entienden. Nos ha tocado pedir a nuestras familias en otras provincias. A nosotros nos han amenazado los dos grupos. Hemos pensado en dejar la provincia, por más que nos duela”, dijo José, con la voz entrecortada, en un mensaje de voz, desde el centro de Esmeraldas, en entrevista con GK. 

Violencia machista en Esmeraldas, aún silenciada

Las mujeres afroecuatorianas han sobrevivido a la violencia machista en medio de un profundo silencio social y estatal. El INEC lo ratifica: 7 de cada 10 mujeres afrodescendientes en Ecuador han sido víctimas de la violencia. 

El 42% de las mujeres —de acuerdo con datos del INEC— evidencian que han sido víctimas de violencia física. 

En cambio, el 38,4% ha sobrevivido a la violencia sexual y el 65,9% ha sido víctima de violencia psicológica. 

La Alianza para el Mapeo de Femi[ni]cidios en Ecuador documentó 31 muertes violentas de mujeres en la provincia de Esmeraldas. Sin embargo, la Fiscalía solo registra dos procesos abiertos por femicidio y uno por tentativa durante 2022. 

Por violencia sexual solo registra dos causas. Por violencia física, 51. Y por violencia psicológica, 244. 

Pero las cifras son un subregistro. No se conoce, en realidad, cuántos casos existen en la ciudad por el condicionamiento al silencio.

Los candidatos 

Son once los candidatos que prometen mejorar la calidad de vida de la población esmeraldeña: 

  1. Frickson Erazo, de Esmeraldas es Primero, alianza Creo – Construye
  2. Ruben Klinger Murillo, del Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutik
  3. Allison Mosquera Mera, del movimiento Avanza
  4. Ernesto Estupiñán Quintero, del movimiento Izquierda Democrática
  5. Wilmer Corozo Valencia, de Vamos Esmeraldas, alianza Partido Socialista Ecuatoriano y Mover
  6. Ana del Rocío Ávila, del Partido Social Cristiano
  7. Vicko Villacís, de Unión por la Revolución Ciudadana, alianza entre Revolución Ciudadana y movimiento AMIGO
  8. La actual alcaldesa Lucía Sosa, de Unidad Popular (antes Movimiento Popular Democrático)
  9. Miguel Ruiz, de Somos Esmeraldas, alianza entre Centro Democrático y SUMA. 
  10. Kiky Jhon Coronado, del Partido Sociedad Patriótica
  11. Félix Rolando Avellán, del Movimiento Pueblo Igualdad Democracia
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GK
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