Con una sonrisa, Jair Adolfo Macías —trigueño, vestido con un traje de dos piezas de marca Calvin Klein, y una pequeña sonda en su mano izquierda— escribió: “Feliz 2023, para todos éxitos y bendiciones”. El mensaje y la fotografía fueron publicados en su cuenta personal de Facebook a las doce y media del 1 de enero de 2023. El texto está acompañado con un emoji de león. No es un símbolo cualquiera, es el identificativo con el que conocen a su padre, Adolfo Macías Villamar, alias Fito, líder de Los Choneros, una de las bandas narcocriminales con mayor extensión delictiva en Ecuador. 

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La sonrisa de Jair Adolfo Macías, conocido también como Junior, podría tener, además, razón: llegó vivo al nuevo año luego de sobrevivir a un ataque armado con fusiles y granadas en su casa, en Manta, la madrugada del 11 de diciembre de 2022. A sus 21 años volvió a su vida de lujos en la ciudad manabita, donde él y su familia dicen hacer “labor social” en varios barrios, por ejemplo, entregan kits de alimentos.

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Estas “obras sociales” en las que participa Jair Macías —que incluyen donaciones y agasajos— se difunden en las redes sociales de JF Music que, en su información pública, se presentan como una “entidad” que realiza “obras sociales a beneficio de la sociedad”, y que son también “portavoces oficiales de la organización Los Choneros. Además, JF Music se describe como una “productora audiovisual” que apoya a la “reinserción de jóvenes adictos a las drogas”. En una publicación de 2022, en la página se publicó el video de una persona con problemas de adicción. “Hasta hoy hiciste sufrir a tu familia por culpa del consumo. Fuerza Romario!”. 

También se promociona como una “plataforma” que supuestamente recepta denuncias de “extorsiones que se hacen a nombre de una organización”, de acuerdo con una publicación del 8 de agosto de 2022. Pero no es un secreto: Los Choneros y sus subcélulas han sido señaladas por el cometimiento de delitos como sicariato, extorsión, delincuencia organizada, además de sus vínculos con el crimen organizado transnacional. 

Fue esta misma página de Facebook la que confirmó el atentado contra Jair Macías. En Manta, el hijo de Fito es un rostro conocido, al igual que su hermana Michelle Macías, quien, según su padre, fue secuestrada el 17 de noviembre de 2021. La Policía anunció su liberación cuatro días después. Para diversas fuentes carcelarias, el presunto secuestro a la joven podría haber desatado nuevos episodios de violencia ese mes. Para esa fecha, cuatro masacres carcelarias habían estallado en el país. En 2022, hubo siete más. 

En un video divulgado en Facebook, alias Fito —sentado en una mesa negra, junto a una figura del Divino Niño en la cárcel regional donde cumple su condena— confirmó también el rescate de su hija. “El obsequio que tengo aquí [refiriéndose a la estatuilla] me lo regaló mi hija, la que me secuestraron. Y gracias a Dios y a las personas que han entendido que la tenían, me la han devuelto, gracias a Dios, con vida”. Luego de regresar a casa, Michelle Macías intentó retomar su carrera como cantante. 

Por el atentado contra su hijo, alias Fito no hizo un pronunciamiento público desde la prisión. Pero lo cierto es que el ser hijo de uno de los rostros visibles del narcotráfico en Ecuador lo ha convertido, automáticamente, en una persona con alto nivel de riesgo. 

Así fue el ataque contra Jair Macías

El atentado —de acuerdo con un reporte policial al que GK tuvo acceso— comenzó a la una de la mañana del 11 de diciembre. La familia de Macías estaba en su casa, en el sector La Pradera, en una popular zona norteña de Manta. Esa noche, los Macías celebraban una ceremonia religiosa, previa a la Navidad. La familia es católica y es común ver en sus publicaciones en redes sociales, sobre todo en la de los hermanos Macías y las de su padre, agradecimientos hacia Dios. 

Ese día, la familia de Macías bajó la guardia: la vivienda ya había sido monitoreada y vigilada durante varias horas por hombres que alertaron al grupo armado sobre la llegada de Jair Macías. Mientras entraba a su garaje en su vehículo de alta gama, los hombres —que viajaban en tres carros— aprovecharon que la puerta estaba entreabierta para detonar sus armas. 

No solo fueron balas de armas de largo alcance, sino también de granadas, cuyas esquirlas impactaron contra Macías y cuyos residuos quedaron en el suelo del ingreso a la vivienda, cerrada por un portón negro alto. También resultó herido otro hombre, que formaría parte del anillo de seguridad del joven. 

Tras el atentado fue trasladado hacia el Hospital General del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social de Manta. Sin embargo, las heridas causadas por el impacto de las detonaciones derivaron en un cuadro médico crítico. Entonces, la familia decidió llevarlo a la Clínica El Sol. Allí, Jair Macías fue intervenido quirúrgicamente. 

Mientras el hijo de alias Fito era llevado al hospital, policías se dirigieron al sector La Pradera —según consta en el reporte policial— y vieron a tres vehículos donde se transportaron los hombres armados: un carro modelo Tucson azul marino, una camioneta modelo D-Max oscura y un vehículo chino tipo SUV también oscuro. Imágenes registradas por las cámaras de videovigilancia de la vivienda muestran a los carros. Una fotografía difundida por la Policía también da cuenta de cómo quedó el carro blanco de alta gama de Macías: el parabrisas y la puerta posterior derecha del vehículo quedaron destruidos.

Esa misma noche, la Policía confirmó que había encontrado una camioneta incinerada en la vía Manta-Rocafuerte. Según fuentes de la institución, ese vehículo correspondía a uno de los que se usaron en el ataque contra Jair Macías. 

De acuerdo con fuentes reservadas de la Policía, sí hubo un responsable de ese atentado: la organización criminal Los Lobos. El intercambio de violencia entre Los Choneros, que opera en alianza con el Cártel de Sinaloa, y Los Lobos —y sus bandas aliadas— que trabajan en alianza con el Cártel Jalisco Nueva Generación,  no es un secreto. En eso se ha basado, en su gran mayoría, el incremento de muertes en las cárceles, cuyas víctimas ascienden a más de 416 entre febrero de 2021 y noviembre de 2022. 

Las prácticas sanguinarias también crecieron en un sistema de rehabilitación indigno y precario, donde cientos de jóvenes son empeñados, extorsionados y vulnerados a diario si no obedecen las órdenes de las organizaciones criminales que lideran las prisiones.

Según la Policía, el 11 de diciembre, miembros de Los Lobos habrían llegado desde Quevedo, que está a casi cuatro horas de distancia en carro de Manta. Para aquellos días, la institución alertó de “posibles alteraciones” en las prisiones. 

Las alertas no llegaron a masacres, pero sí a nuevas muertes. Y una de ellas parece ser ahora clave. Adolfo Chávez —conocido como alias Adolfito y uno de los líderes de Los Fatales— señalado como el impulsor de la toma de un grupo de hombres armados en el hospital de Chone, fue hallado muerto en su celda la madrugada del 29 de diciembre. En ese atentado, hombres armados intentaron asesinar a alias Cara Sucia, un adolescente de 16 años, conocido por ser uno de los principales gatilleros —sicarios— de la banda Los Cornejos, en Chone, según información policial. 

Chávez estaba recluido en la cárcel regional de Guayaquil, una de las cinco que conforman el complejo carcelario de la ciudad portuaria. 

Un parte policial al que GK tuvo acceso detalla que fue encontrado ahorcado, con un cinturón negro alrededor de su cuello, en la celda 105, contigua a la de alias Fito, antes de las dos de la mañana. No es fortuito: Los Fatales —organización creada por Fito— mantenía su alianza con Los Choneros, que, actualmente, es liderada por Fito. Por eso, Chávez, siendo uno de los mayores aliados de Fito y uno de sus hombres más efectivos en las calles, fue ubicado cerca del líder criminal. 

Pero la alianza criminal —como casi suele ocurrir por la fragilidad de los vínculos delictivos— parece haberse quebrado y la razón parecería ser grave. 

Una fuente reservada y un familiar de una persona presa de esa cárcel coinciden en una versión extraoficial: aunque aparentemente la muerte fue categorizada como un suicidio, “se sabe que [Chávez] quería atacar o estaba ahí, preparando algo contra cuatro letras [alias Fito]”, dice. Sin embargo, la muerte aún no ha sido esclarecida. 

Son varias hipótesis las que rodean la muerte. Incluso, fuentes policiales creen que Chávez habría estado relacionado al atentado contra Jair Macías, hijo de alias Fito. La Policía responsabilizó, de forma preliminar, a la banda criminal Los Lobos del atentado de Jair Macías. La fuente reservada dice que sí existe la posibilidad de que Chávez haya tenido acercamientos con esa organización delictiva. 

Pero la investigación de la Policía apenas comienza. Semanas atrás, la institución también sorteaba la hipótesis de que la persona detrás del atentado contra Macías era un rostro plenamente conocido en Manabí: Jhonny Lutardo Mera Mera, cuya chapa [apodo, en el mundo delictivo], es alias Chumado. 

Los vínculos de Mera con el Cártel Jalisco Nueva Generación son conocidos y su historial delictivo aún más: antes de su rol operativo en la estela de tráfico de drogas, fue uno de los sicarios más peligrosos de Manabí y llegó a liderar la lista de los más buscados en Ecuador tras haberse fugado de la prisión de El Rodeo, en Portoviejo, en esa misma provincia, en 2016. 

En ese año, Mera aprovechó que las puertas de esa prisión se rompieron por el paso del terremoto de Manabí para escapar. Cumplía una condena de 20 años por el asesinato de Ángel Palma Alava, en 2010. 

Su nivel de peligrosidad era tan alto que, incluso, la Interpol activó su alerta roja desde 2019 para buscarlo en 195 países. 

La libertad no le duró mucho. En diciembre de 2020, Mera fue detenido luego de una intensa persecución en Colombia, en una operación binacional entre Ecuador y Colombia. Durante esos cuatro años, no dejó de delinquir: sumó siete procesos judiciales y doce boletas de captura. Ocho de ellas por asesinato. Su extradición de Colombia a Ecuador estaba en marcha en 2022. 

Jhonny Mera también ha sido señalado como uno de los presuntos responsables del asesinato de Jorge Luis Zambrano, alias Rasquiña o JL. Pero no hay más evidencia que hipótesis policiales. Fuentes carcelarias, han vinculado, incluso, a alias Fito y Junior Roldán —líderes de Los Choneros—  sobre su presunta participación en el sicariato de quien fue su líder. 

Una vida de lujos y “labor social” 

“Soy de Jalisco, bueno para tirar trancazos, se miraba desde chico, hombre de pocos amigos. Siempre he sido selectivo”, dice la canción del artista Hadrián —detenido en México por porte ilegal de armas en ese país. Extractos de la letra de la canción acompañan varias de las publicaciones de Jair Macías. 

Tik Tok parecería ser su red social favorita no solo para subir sus fotografías, sino para presumir abiertamente de los lujos que viven él y su familia. En varios videos publicados en su cuenta, se observan varias de sus posesiones: carros de alta gama, al menos siete motocicletas y cuatrimotos. 

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♬ No Me Rajo - Hadrian

Las cenas en restaurantes costosos y su vida en una finca con cerdos y caballos de pelaje brillante pueblan sus redes sociales. Acompaña sus publicaciones con dos emojis: un león y un águila. Tampoco son coincidencia. El primero representa a su padre, alias Fito, a quien también llaman Rey León. El segundo, en cambio, es un guiño a la banda del socio de su padre: Junior Roldán, segundo al mando de Los Choneros y líder de la organización criminal Los Águilas. 

Vende, incluso, una línea de camisetas con leyendas como “Plata o Plomo”, “siempre firme”. Y, prendas estampadas en las que se fusionan las figuras de un león y un águila, una alusión clara a las organizaciones criminales. 

La labor social de Jair Macías no es ajena a los hijos de líderes de bandas delictivas. En México, por ejemplo, el cártel de Sinaloa entregó kits de alimentos en los barrios de ese estado mexicano, que padecían aún más durante la pandemia del covid-19. Lo mismo han hecho varios líderes del cártel Jalisco Nueva Generación, que han llegado a construir, incluso, hospitales y carreteras. 

En Ecuador, hay zonas como El Triunfo, la tierra en la que nació Junior Roldán, o varios barrios de Manabí, donde creció Adolfo Macías, en las que la población acepta sus “aportes” ante la falta de atención del Estado. 

A través de la página de JF Music Entertainment, tanto alias Fito como JR enviaron sus mensajes por Navidad. E incluso, entre el 23 de diciembre y 30 de diciembre, se organizaron conciertos con diversos artistas en El Triunfo catalogados como un “regalo” de JR a su comunidad. 

Hay jóvenes, con problemas de adicción a drogas en estas ciudades costeras, que son atendidos por JF Music Entertainment. En varias publicaciones, los voceros de la página han dicho que “no dan ayuda económica”, sino que existe un apoyo en el tratamiento para que superen la enfermedad.

Nos hemos caracterizado por la ayuda a jóvenes con problemas de adicción. Hemos aportado con becas y medias becas para poder sacar de las calles a jóvenes consumidores. Hemos gestionado con varias clínicas la ayuda de más de 20 muchachos”, dice una publicación. 

Es la viva paradoja de una organización criminal que se dedica al narcotráfico, pero que dice apoyar a la rehabilitación de personas sumidas en profundas adicciones.

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