Joseph Aloisius Ratzinger fue un cardenal, teólogo y filósofo alemán que dirigió la iglesia Católica entre 2005 y 2013 bajo el nombre de Benedicto XVI. Murió el 31 de diciembre de 2022 a los 95 años.
Electo en 2005 para suceder al carismático y ultraconservador papa Juan Pablo II (Karol Wojtyla), el reinado de Benedicto XVI duró poco menos de ocho años. El 11 de febrero de 2013, sorprendió al mundo y sacudió a la iglesia Católica, atribulada y en crisis por los continuos señalamientos de pederastia en contra de sus sacerdotes de todo el mundo, al anunciar que abdicaba.
Ese día, en una reunión de cardenales en el Vaticano, hizo el inesperado anuncio, alegando que “tras haber examinado repetidamente su conciencia ante Dios”, había llegado a la convicción de que por su avanzada edad, le era imposible seguir dirigiendo a la iglesia.
La renuncia de Benedicto XVI estuvo precedida por una seguidilla de escándalos y por rencillas internas. Quizá uno de los detonantes de su abdicación fue la filtración de información confidencial de la Santa Sede hecha por su ex mayordomo, Paolo Gabrielle, en un escándalo conocido como los VatiLeaks.
Al ser interrogado sobre los motivos de su infidencia documental, Gabrielle (quien afirmó no haber recibido recompensa alguna por entregar la información clasificada) explicó que lo hacía por el bien de la Iglesia porque el Papa alemán no estaba enterado de lo que sucedía. “Me di cuenta de lo fácil que es manipular a una persona con tanto poder”, dijo Gabrielle, quien fue sentenciado por las revelaciones.
Tal era la crisis interna de la iglesia en esos momentos, divida entre facciones que disputaban el control y el acceso a un Papa frágil y sin dotes de gestor, que el propio L’Osservatore Romano, el periódico de la Santa Sede, dijo en uno de sus editoriales que Benedicto era un “pastor rodeado por lobos”. Al parecer, muchos de los cardenales ven a la iglesia como el fin mismo de la iglesia y, además, consideran que quienes la hacen son ellos mismos y no tanto la feligresía. Luises Catorce por decenas.
La renuncia cayó como un relámpago, confundiendo, asustando e, incluso, fascinando al planeta entero, que no lo había visto en 600 años: era el primer Papa en renunciar voluntariamente desde Gregorio XII, en 1415. Gregorio XII renunció como Papa en 1415 durante la crisis del Cisma de Occidente.
Antes de él, el último Papa en renunciar voluntariamente fue Celestino V en 1294. Celestino V, también conocido como Pietro del Morrone, renunció después de sólo cinco meses como Papa debido a la presión y las intrigas políticas en la Curia Romana, se retiró a un monasterio y murió poco después.
Seis siglos después, a las ocho de la noche del 28 de febrero de 2013, un helicóptero llevó al entonces ya papa Emérito a la casa de veraneo de Castelgandolfo, donde, dijo, se quedaría dos meses a meditar. Joseph Ratzinger, el poco carismático y ultraconservador cardenal alemán, dejaba uno de los puestos más influyentes del mundo.
Desde entonces, vivió en el monasterio Mater Ecclesiae en el Vaticano en casi absoluto silencio público, aunque mantuvo una relación cordial —y constante, según varias fuentes— con su sucesor, el argentino Jorge Bergoglio, que es el actual Papa, bajo el nombre de Francisco, quien tomó posesión del cargo el 13 de marzo de 2013.
Francisco, un hombre considerado reformista y mucho menos conservador que su predecesor, asumió el papado bajo la promesa de poner en marcha los cambios que la iglesia precisaba para salir de la crisis vocacional y reputacional que vive en el siglo XXI.
Desde entonces, ha intentado modernizar la Iglesia, nombrando cardenales más progresistas —de los que seguramente saldrá su sucesor— e intentando discutir al interior eclesiástico el rol de las mujeres en la institución, el celibato de los sacerdotes, el tratamiento a las personas divorciadas y de las diversidades sexuales. Muchos activistas y críticos, creen que sus esfuerzos no han sido suficientes para remediar lo que ven como una marcada inequidad dentro del mundo católico.
¿Quién fue Benedicto XVI antes de ser Papa?
Benedicto XVI, cuyo verdadero nombre es Joseph Aloisius Ratzinger, nació el 16 de abril de 1927 en Marktl am Inn, Baviera, Alemania.
Después de completar sus estudios de teología y filosofía en la Universidad de Múnich y en la Universidad de Ratisbona, Ratzinger fue ordenado sacerdote en 1951. Fue profesor en varias universidades alemanas, hasta que en 1977 fue nombrado arzobispo de Munich y Frisinga. Cuatro años después, fue nombrado cardenal de la Iglesia Católica, el selecto grupo de hombres que conforman el colegio cardenalicio, comúnmente considerados “príncipes de la Iglesia” y en cuyas manos recae la elección de cada Papa.
En 1981, Ratzinger fue nombrado por el papa Juan Pablo II como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, la institución dedicada a preservar y delinear la teología oficial católica. En ese rol, se convirtió en un senescal de los valores e interpretaciones más rígidas del magisterio católico, convirtiéndose en uno de los hombres más cercanos a Juan Pablo II.
Fue tal su sujeción al canon más ortodoxo y su celo por los conceptos tradicionales —en temas como la moral sexual y el papel de la mujer en la Iglesia—, que fue apodado “el Rottweiler de Dios”. Edward Stourton, experto del catolicismo de la BBC británica, lo describió como “un conservador en el sentido más profundo de la palabra, alguien que cree que la tradición refleja verdades importantes y debe ser respetada”.
Esa postura fue delineada en su prolífica obra teológica: publicó al menos una veintena de libros durante su vida. Algunos de los libros más conocidos son Introducción al cristianismo (1968), El Dios de Jesús Cristo (1973), Dios y el mundo (2002), Jesús de Nazaret (2007), entre otros.
Esta copiosa producción intelectual, sin embargo, no se reflejó en su capacidad administrativa: tras ser electo papa en 2005, su reinado se llenó de intrigas y críticas, lo que lo llevó a abdicar.
Mantuvo un estricto silencio, que rompió en 2019 cuando publicó un ensayo de 6000 palabras titulado La iglesia y el escándalo del abuso sexual, en el citó como causa de la crisis de casos de abuso sexual perpetrados por sacerdotes católicos como una consecuencia de la revolución sexual de la década de 1960 —una visión que contradecía la del actual papa, Francisco II, que ve a la situación más como una consecuencia del abuso de poder dentro de las estructuras eclesiásticas.
A pesar de sus posiciones en antípodas ideológicas, ambos papas tuvieron una relación cordial. El 28 de diciembre de 2022, Francisco había pedido «oración especial» por Benedicto XVI– “Está muy enfermo. Pidamos a Dios que lo consuele y lo sostenga en su testimonio de amor a la iglesia hasta el final”, dijo el Papa.
#OremosJuntos por el Papa Emérito Benedicto XVI, que en el silencio sigue rezando por la Iglesia. Pidamos al Señor que lo consuele y lo sostenga en este testimonio de amor a la Iglesia, hasta el final.
— Papa Francisco (@Pontifex_es) December 28, 2022
La mañana del 31 de diciembre de 2022, el secretario de prensa del Vaticano publicó un comunicado en el que informaba “con tristeza”, que el Papa Emérito, Benedicto XVI, falleció hoy a las 9:34 AM en el Monasterio Mater Ecclesiae en el Vaticano”. Desde el lunes 2 de enero de 2023 por la mañana, el cuerpo del Papa Emérito estará en la Basílica de San Pedro “para que los fieles puedan presentarle sus respetos”, dijo el comunicado.
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