Han pasado seis masacres carcelarias, que han dejado al menos 372 muertos en menos de 15 meses. La más reciente propuesta del gobierno para devolverle la institucionalidad al sistema penitenciario local es convertir al Servicio Nacional de Atención Integral de Personas Privadas de la Libertad y Adolescentes Infractores (SNAI) en un viceministerio del Ministerio del Interior.
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El general Pablo Ramírez, director de la institución penitenciaria, había adelantado la decisión en la televisión estatal el 16 de mayo de 2022. Según Ramírez, la decisión responde a la necesidad de abordar “de manera integral toda la dinámica de rehabilitación”. El director del SNAI dijo en ese momento que estaba trabajando en “la planificación y generación de documentos para articular legalmente esta acción”. GK consultó al SNAI el 2 de junio de 2022 si ya hay una fecha para que la decisión se oficialice. Sin embargo, su departamento de comunicación dijo que aún no hay una postura oficial.
El SNAI, ¿bajo mando policial?
Luego de casi cuatro años con una profunda crisis institucional, el SNAI pasará a manos del Ministerio del Interior, el mismo que rige a la Policía Nacional.
Desde su fundación, en noviembre de 2018, en el gobierno de Lenín Moreno, el SNAI ha sido liderado por cinco personas. En su gran mayoría, policías en servicio activo y pasivo.
Primero, estuvo el ex defensor público Ernesto Pazmiño, pero solo duró cinco meses en el cargo. El 31 de mayo de 2019, anunció su renuncia irrevocable. Lo hizo un día después de que seis presos fueran asesinados en la Penitenciaría del Litoral. En ese momento, regía un estado de excepción en el sistema carcelario.
Cinco meses después, el general Edmundo Moncayo asumió el liderazgo del SNAI, en junio de 2019. Su gestión también fue cuestionada. El 23 de febrero de 2021 81 personas fueron asesinadas. Moncayo presentó su renuncia irrevocable en la primera semana de marzo de ese año.
El 21 de julio, Ecuador vivió la segunda masacre carcelaria. Dejó 21 muertos. Luego, el 22 de julio de ese año, el coronel militar en servicio pasivo, Fausto Cobo, asumió el liderazgo del SNAI.
En una de sus primeras declaraciones, Cobo dijo que se trataba de una “crisis estructural en el sistema penitenciario”. Además, aseguró que era un “reto histórico”. Pero la violencia no paró. Cobo salió del SNAI el 27 de septiembre de 2022 para asumir como secretario del Centro de Inteligencia Estratégica. Fue un día antes de que la tercera masacre carcelaria —la más sanguinaria en la historia del Ecuador— ocurriera en la Penitenciaría del Litoral.
El teniente coronel Bolívar Garzón lo reemplazó el 28 de septiembre. Nada cambió.
El 12 y 13 de noviembre de ese año, la cuarta masacre carcelaria en la Penitenciaría fue transmitida en vivo: 68 personas fueron asesinadas, desmembradas y degolladas.
Un día después, la solución del gobierno de Lasso fue reubicar nuevamente a Cobo en la dirección del SNAI. Menos de un mes después, el 8 de diciembre, el actual director de la institución, el general Pablo Ramírez, le tomó la posta.
Desde entonces, ha habido más muerte y devastación en las prisiones locales. En la gestión de seis meses de Ramírez, hubo dos masacres más. Una en Turi, que dejó 21 muertos. La más reciente en la cárcel de Santo Domingo, donde fallecieron 44 personas.
La decisión del gobierno de entregar el SNAI al Ministerio del Interior es cuestionada por Alexandra Zumárraga, ex directora nacional de Rehabilitación Social. “El peor error del Estado ha sido poner a policías en el liderazgo de la administración carcelaria. Hay corrupción, pero no hay depuración”, sostiene Zumarraga. “Mientras lo sigan haciendo, sin que se hagan responsables por su complicidad con las bandas narcodelictivas, nada cambiará”, concluye.
La decisión no ha sorprendido a casi nadie y ha pasado casi desapercibida. En los últimos episodios de violencia, como la masacre que estalló en la cárcel de Santo Domingo, fue siempre el ministro Patricio Carrillo el vocero principal de la crisis carcelaria.