Patricia Gualinga es la primera mujer indígena en ganar el premio Olof Palme. Fue reconocida por su importante rol en la defensa de los derechos indígenas y de la naturaleza. Te contamos quién es Patricia Gualinga Montalvo.
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Gualinga es una lideresa sarayaku —un pueblo indígena amazónico ancestral que se asienta en la cuenca del río Bobonaza en la provincia de Pastaza. Gualinga nació en la comunidad Kichwa de Sarayaku, el 21 de septiembre de 1969, y desde muy joven se dedicó a defender el territorio de su pueblo de las empresas petroleras.
Gualinga es el rostro visible y fuerte de la resistencia anti extractivismo de Sarayaku. Pero no es la única en su familia con un rol importante en la comunidad.
Gualinga viene de una familia que históricamente ha sido reconocida por la defensa de la naturaleza: su padre es Sabino Gualinga, un sabio conocedor de la selva, y su madre es Corina Montalvo, una partera de Sarayaku.
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Su hermano Eriberto es un cineasta que viaja por el mundo mostrando sus películas sobre la resistencia del pueblo Sarayaku.
Su hermana Noemí Gualinga también es lideresa. Durante años se ha dedicado a servir a su pueblo y a defender su territorio. Sus sobrinas, Nina y Helena Gualinga son dos jóvenes que al igual que su tía Patricia y su madre Noemí, son grandes defensoras de su pueblo.
El activismo define quién es Patricia Gualinga
Desde muy joven Patricia Gualinga se involucró en las causas de su pueblo.
En 1992, cuando tenía 18 años, fue una de los más de mil indígenas que caminaron cientos de kilómetros desde la selva amazónica hasta Quito. Los indígenas se movilizaron para reunirse con el entonces presidente del Ecuador, Rodrigo Borja, y pedir que les devuelvan sus territorios.
Esa marcha de la Organización de Pueblos Indígenas de la Provincia de Pastaza (OPIP) cambió la relación de los pueblos indígenas del Ecuador con el Estado. Además, producto de esa resistencia, el gobierno adjudicó formalmente más de un millón de hectáreas de territorio a más de 100 comunidades indígenas.
Sin embargo, el activismo de Gualinga tomó más fuerza justo en la época en la que era Directora regional del Ministerio de Turismo. Mientras estaba en el cargo, se reactivó la concesión del territorio sarayaku a la petrolera argentina Compañía General de Combustible (CGC). La concesión no había sido consultada con el pueblo de sarayaku —como lo dice la ley.
Ahí empezó su lucha.
Gualinga abandonó su cargo en el ministerio y volvió a su pueblo para resistir a la petrolera argentina y evitar que su territorio fuera explotado. Esa lucha contra la extracción petrolera en su territorio llegó hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH).
En 2012, la Corte IDH falló a favor de Sarayaku. Ordenó al Estado que si quería extraer recursos naturales —o tomar cualquier decisión que afecte al pueblo— debía cumplir una consulta previa. En 2020, la Corte Constitucional admitió a trámite una demanda del pueblo de Sarayaku contra el Estado por no haber cumplido con esa sentencia.
Por su participación en la resistencia antiextractivista, Patricia Gualinga ha sido calumniada y acusada de sabotaje y terrorismo. Incluso ha recibido amenazas de muerte.
La noche del 5 de enero de 2018, las ventanas de la casa donde vivía en El Puyo fueron rotas a pedradas. Cuando Gualinga se asomó a ver, identificó a un hombre que la insultó y la amenazó de muerte. Luego del ataque, ella y su familia se cambiaron de casa. Temían por su vida.
Por su defensa del territorio y de su pueblo, Gualinga fue reconocida con el premio Olof Palme. El premio será entregado en un evento virtual el próximo 30 de enero, a las 9 de la mañana de Ecuador.