La violencia política contra la mujer es una práctica muy común en Ecuador y el mundo. Dubravka Simonovic, relatora especial de las Naciones Unidas sobre la violencia contra la mujer, dice que la violencia política contra las mujeres a nivel global está “profundamente arraigada en la discriminación” contra ellas.
OTRAS NOTICIAS
En Ecuador, el Consejo Nacional para la Igualdad de Género, la define como la violencia cometida “directa o indirectamente, en contra de las mujeres que sean candidatas, militantes, electas, designadas o que ejerzan cargos públicos, defensoras de derechos humanos, feministas, lideresas políticas o sociales”.
La experta Dubravka Simonovic explica que la violencia política, la experimentan solo las mujeres y se da porque hay una intención por parte del patriarcado por conservar los “roles y estereotipos de género tradicionales, y las desigualdades estructurales”.
Esta clase de violencia, dice el Consejo Nacional para la Igualdad de Género, suspende, impide o restringe a las mujeres a participar en procesos políticos y ejercer sus derechos. Pero no solo eso. Dubravka Simonovic dice que el impacto de la violencia política “es devastador no solo en las víctimas, sino también en la democracia en sí”.
De lunes a jueves, las noticias más improtantes en tu bandeja de entrada.
Suscríbete a La Diaria
De lunes a jueves, las noticias más improtantes en tu bandeja de entrada.
Suscríbete a La Diaria
De lunes a jueves, las noticias más improtantes en tu bandeja de entrada.
Suscríbete a La Diaria
La violencia política se da cuando una mujer que ejerce un cargo político recibe críticas no por su desempeño en su cargo sino por su condición de mujer. Por ejemplo, por su vida personal o su aspecto físico.
Sonia García, abogada y Directora del Centro de Planificación y Estudios Sociales (Ceplaes), quien ha investigado sobre violencia política, dice que igual que los hombres, las mujeres que tienen una vida política activa “están sujetas al escrutinio público y el análisis crítico de su gestión”.
Sin embargo, las críticas deben hacerse con respeto y sin mención de “estereotipos de género, expresiones que las disminuyan como políticas, que las descalifique como mujeres, o que afecten su dignidad, imagen y buen nombre”, dice García.
La violencia política en Ecuador
Un estudio de ONU Mujeres sobre la violencia política contra las mujeres en el Ecuador dice que esta clase de violencia se refleja en los bajos niveles de participación de las mujeres en los procesos de elecciones.
Por ejemplo, dice el estudio, en las elecciones de 2014, solo el 42,1 % de candidaturas fueron de mujeres, aunque el mínimo debía ser del 50%.
El estudio dice que en las elecciones seccionales de 2019, no hubo “un cambio en la tendencia” y que las mujeres siguen teniendo un bajo nivel de participación.
Además, el estudio dice que las brechas de género más significativas en el campo político se dan a nivel municipal y de prefectura. En 2014, en las prefecturas, “solo el 13,8 % de los candidatos titulares eran mujeres.” En las alcaldías, en cambio, “solo el 12,2 % de las mujeres postularon” para ese cargo.
En 2015, el Comité de Expertas de la CEDAW en Ecuador encontró que la representación de la mujer en elecciones unipersonales y en los organismos políticos locales “estaba limitada”, sobre todo, en el caso de las mujeres indígenas y afroecuatorianas.
La situación no es diferente en los partidos políticos. El estudio de ONU Mujeres también encontró que los liderazgos femeninos dentro de los partidos y movimientos políticos “no son más visibles que hace 10 u 11 años”.
En 2020, el Observatorio Nacional de la Participación Política de la Mujer hizo un monitoreo de los mensajes en redes sociales a 55 mujeres en puestos de poder. En ese año, ninguna de ellas escapó de insultos y estigmatizaciones por su condición de mujeres.
Según ONU Mujeres Ecuador, en el país la violencia política contra la mujer se manifiesta, sobre todo, a través del “envío de publicaciones, mensajes o memes con contenido negativo u ofensivo” a través de redes sociales.
Estas publicaciones o mensajes, dice la organización, refuerzan las construcciones sociales de género y generan impactos negativos en las mujeres como el miedo, estrés, ansiedad, y autocensura”. La violencia política, en su mayoría, está erróneamente fundamentada en la vida privada de las mujeres.
Casos de violencia política recientes en Ecuador
El caso de violencia política contra la mujer más reciente es el de la Concejala de Quito, Luis Elena Coloma. Durante una sesión virtual del Concejo Metropolitano de Quito, la mañana de hoy, 11 de enero de 2022, el Concejal Luis Reina dijo “era de darle duro a la Coloma” mientras la Concejala estaba hablando.
Lo hizo con el micrófono abierto, por accidente, pero todo el Concejo lo escuchó. Coloma le reclamó y Reina se disculpó. Luego, en un tuit, dijo “reconozco mi error y reitero mis sinceras disculpas”. Pero se justificó diciendo que “mis expresiones jamás estuvieron encaminadas a aupar violencia en su contra, sino a debatir ideas”. Las palabras de Reina contra Coloma no se relacionan con un debate, como dice el Concejal, porque Coloma estaba haciendo una intervención ella sola.
La abogada Sonia García dice que el audio de Luis Reina “evidencia violencia política de género contra una mujer”. García explica que la expresión “darle duro” no solo es una infracción electoral, sino también una “amenaza de agresión”.
En noviembre de 2021, circularon en redes sociales imágenes íntimas de una mujer —que se le atribuyeron a la asambleísta por UNES, Mónica Palacios. Las imágenes fueron compartidas rápidamente y, según opina, Sol Borja, editora política de GK, tenían el objetivo de desacreditarla como mujer ejerciendo una función pública.
Tras la difusión de las imágenes, Diego Ordóñez, asambleísta por CREO, publicó un tuit que decía: “Pasar del tubo a la curul”, en referencia a Palacios. Ordóñez luego borró el tuit y fue suspendido, pero para entonces miles de sus seguidores y otros usuarios de Twitter ya habían visto su publicación.
Antes del incidente con Palacios, en mayo de 2021, se difundió una nota de voz de la alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri, sobre su vida sentimental. La reacción inmediata fue atacarla y juzgar su vida privada.
En redes sociales, la gente comentaba frases como: “Antes la veía tan dama, tan guapa, tan modelo, ahora la veo tan marimacha, tan marihuanera” —conceptos degradantes y prejuiciosos. También, la juzgaron por haberse divorciado y por tener una nueva pareja.