Hoy, 25 de noviembre, en un evento por el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, María de Lourdes Alcívar —esposa del presidente Guillermo Lasso— dio un discurso que fue criticado por activistas y expertos. Por 10 minutos, frente a varias autoridades y periodistas, Alcívar revictimizó a las mujeres que han sobrevivido a violencia, se contradijo y hasta confundió las funciones del Estado. 

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¿Qué dijo en el discurso?

María de Lourdes Alcívar comenzó diciendo que hoy —un día creado para visibilizar lo que viven millones de mujeres a nivel mundial, y hacer un llamado a la sociedad para encontrar soluciones— era un día “para celebrar a la mujer”. 

Alcívar continuó recordando una dolorosa realidad: que en el primer semestre de 2021 hubo 70 femicidios. Luego dijo que “no debemos callar, a la primera agresión debemos denunciar, pero antes que denunciar, tratar de buscar ayuda inmediatamente”. Sin embargo, su comentario ignora que la violencia de género se da en los círculos cercanos y muchos de los casos no son denunciados por miedo a represalias o porque esos primeros actos violentos pasan desapercibidos. También contradice con lo que las organizaciones internacionales y las expertas en derechos humanos han recalcado: la necesidad de romper el silencio y denunciar los abusos. Al decir que las mujeres deben buscar ayuda psicológica, también ignora que el Estado no tiene los suficientes psicólogos para la población. El Ministerio de Salud tiene 3,8 psicólogos por cada 100 mil habitantes, cuando la Organización Mundial de la Salud recomienda 9.

Cuando “dos no pelean, no se dan esas circunstancias, créanme”, dijo Alcívar. Su declaración es problemática pues podría generar la idea de que las peleas de pareja son justificativos válidos para la violencia contra las mujeres. Además, su frase podría ser interpretada como un llamado a la sumisión de las mujeres a sus parejas a través del silencio. 

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La abogada experta en derechos humanos, María Dolores Miño, dice que esta frase es “el típico caso de gaslighting en el que una reacción lógica ante una agresión recibida, sea tratada como un acto de locura, de irracionalidad, de falta de sensatez. Es pretender que las mujeres se avergüencen por denunciar”. Miño dice que Alcívar está responsabilizando “a la víctima por la agresión que sufre, porque sugiere que, de actuar de manera pasiva, no sería agredida”. 

Además, la abogada dice que “evidentemente la primera dama no conoce las dinámicas y cómo funciona el círculo de la violencia, y ante ese craso desconocimiento, lo prudente sería no decir nada.

Mientras varios Ministros y otros asistentes la aplaudían, contó que cuando su esposo, el presidente Lasso, “está un poco alterado yo prefiero irme por la derecha, voy a hacer mi vida, me paso feliz. Puede ser que me resienta un ratito, pero el amor y el perdón es lo primero”.  Este comentario desconoce los tipos de violencia de género que existen y cómo escala: puede empezar como violencia verbal o psicológica y llegar hasta un femicidio. 

Alcívar dijo que si “vivimos en la eterna batalla de nunca perdonar, entonces no vamos a salir de este mismo embrollo y vamos a terminar hiriéndonos y matándonos”. Añadió que bajar la cifra de los femicidios “ojalá a cero, pudiera depender mucho de nosotras mismas”.  La frase de Alcívar coloca la responsabilidad de la violencia en las víctimas y no en los agresores, revictimizándolas.

Alcívar insistió en que “denunciar está bien” y dijo que estaba de acuerdo con el gobierno “porque le compete esa parte importantísima de aceptar esas denuncias”. Sin embargo, esa no es una tarea del gobierno —que representa a la función ejecutiva del Estado. En realidad, aceptar y procesar las denuncias es una responsabilidad de la Fiscalía y los juzgados.

La esposa del presidente Lasso dijo que debía haber ayuda psicológica para “que no se quede en la denuncia en sí, que se queda en la indignación contra el otro y ese no es el fundamento de esto”. Pero la realidad es que, como explica el violentómetro, una herramienta para ver cómo va escalando la violencia, lo que sucede es una cascada de violencia que suele desembocar en la muerte de las víctimas. En Ecuador, muchas mujeres mueren con la boleta de auxilio en sus bolsillos.

Más adelante, Alcívar dijo que “hoy no hablamos solamente de hombres, mujeres, niños todos somos vulnerables y nadie se merece ser tratado mal” ignorando la consigna básica de este día: visibilizar y trabajar por solucionar la violencia que viven 65 de cada 100 ecuatorianas, y millones de mujeres alrededor del mundo por su género. 

“No, mujeres no somos víctimas de nadie, solo de nosotras mismas si nos dejamos. Si nosotros no nos hacemos respetar, pues nada va a cambiar”, dijo Alcívar, otra vez revictimizando a las mujeres La abogada Carla Patiño, cofundadora de la Fundación Idea Dignidad que trabaja por erradicar las desigualdades, le dijo a GK que la revictimización se da cuando a alguien que ya sufrió una agresión sufre ataques que “la culpabilizan y le dicen que lo que sufrió fue por sus comportamientos, y no se pone el foco en cuestionar que alguien hizo esto”. 

La revictimización continuó cuando dijo que “está bien el piropo, pero ya también las groserías tampoco, no está bien. Es una cuestión de mujeres y de hombres, de no machismo, de mujeres que no se dejen violentar”. También dijo “tengamos autocontrol, tenemos que fundamentar nuestras vidas en valores y llenarnos de amor. El amor nos va a llevar a decir ‘me voy a frenar hoy entonces todo va a cambiar’”. 

Al terminar su discurso mencionó algunas de las consignas que han acompañado la lucha por los derechos de las mujeres en la región por varios años como “ni una menos”. Según ella, no deben ser “meras consignas, sino una realidad”. Terminó su discurso resaltando la importancia del autocontrol, una vez más y diciendo que “el derecho de todos es tener una vida sana, de libertad, feliz y creo que todos lo podemos hacer posible”.

Algunas de las reacciones al discurso

En redes sociales hubo múltiples críticas a las declaraciones de María de Lourdes Alcívar. La abogada Miño, dijo en su cuenta de Twitter que le preocupaba “el contenido de una política en materia de violencia de género, que se presenta con el discurso de ‘la mujer es víctima de sí misma’”. 

Danilo Manzano —director de Diálogo Diverso, una organización que trabaja por los derechos de la población LGBTI— dijo en su Twitter que era “lo inaceptable es que se haya dado palestra en un espacio de Gobierno, espacio que lo pagamos desde lo ciudadano y donde merecemos pensamientos coherentes ante la violencia que viven las mujeres”.

La ex vicealcaldesa de Quito, Daniela Chacón, dijo en sus redes sociales que “duele tanto ver el desinterés de este gobierno por entender” la violencia contra las mujeres. Según Chacón, le duele porque “no les importa lo suficiente para cuestionar su forma de pensar”, porque no harán nada profundo y porque refuerzan los estereotipos que justifican estas agresiones. 

Hasta las 6:30 de la tarde de hoy, el gobierno no se ha pronunciado públicamente sobre las declaraciones de María de Lourdes Alcívar. 

Susana Roa 150x150
Susana Roa Chejín
(Ecuador, 1997) Periodista lojana y jefa de la redacción de GK. Cubre economía, sexualidad y derechos. Le interesan los temas de empleo, educación financiera y salud sexual y reproductiva.

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