Las cifras sobre la violencia contra las mujeres en Ecuador siguen creciendo, pero los esfuerzos y recursos para prevenirla no aumentan. La mayoría de esfuerzos están concentrados en atender a a las personas que ya sufrieron algún tipo de violencia, que en Ecuador es el 65% de las mujeres. 

Sin embargo, también es importante invertir en prevenirla para evitar que ese 35% restante llegue a vivir algún tipo de violencia. 

El estudio Los costos gubernamentales directos de la violencia contra las mujeres en Ecuador  —​​del programa PreViMujer/GIZ y la Universidad San Martín de Porres de Perú— dice que apenas el 1,73% de todo lo que el Estado invierte en frenar o atender la violencia contra las mujeres, va para prevención. Según expertos, uno de los motivos para esta falta de atención es que prevenir no genera réditos políticos. 

Sin embargo, incrementar la inversión en prevención evitará que miles de mujeres sean víctimas y permitirá que se ahorre todo lo que el país gasta en atención de violencia. Porque sus costos no son solo asumidos por el Estado, también afecta a las empresas, la sociedad y las familias. 

En 2017 el gobierno perdió 523 millones de dólares por violencia contra las mujeres. Sin embargo, en las empresas el costo fue más alto: en ese mismo año, a las medianas y grandes empresas les costó 1,8 mil millones de dólares. 

Para reducir que los costos se deben evitar nuevos incidentes de violencia. Esa es la forma en la que se evita gastar para pagar a los fiscales, a los jueces, financiar atenciones médicas o legales, entre muchos otros. 

La violencia nos cuesta a todos. Por eso es importante que el Estado no sea el único involucrado en encontrar la solución y promover la prevención. Para conseguirlo, deben trabajar juntos el sector público, el privado, las autoridades, la ciudadanía, entre otros. 

Estas son 5 claves para entender la prevención y poder involucrarnos para que funcione: 

• Financiarla: en 2017 el país invirtió menos del 0,2% del Presupuesto General del Estado en la prevención y atención de la violencia contra las mujeres. Si no se le asignan recursos, no podrá cumplirse. 
• No puede ser aislada: deben trabajar en conjunto en el sector de educación, salud, justicia, comunicación y muchos otros más. Las agendas separadas provocan que se desperdicien esfuerzos y que no se consigan los objetivos. 
• Los hombres deben participar: así se pueden identificar actitudes machistas, reconocer privilegios y corregir comportamientos inadecuados. 
• Los resultados de la prevención toman tiempo: los cambios pueden ser paulatinos, pero valdrán la pena.
• Los medios de comunicación, la publicidad y la industria del entretenimiento deben alejarse de los estereotipos.

Esos son 5 pasos para promover la prevención y garantizar que las mujeres que todavía no han sido víctimas de violencia tengan una vida alejada de ellas.