Sé que llego tarde con esto y lo siento, queridos lectores, pero no puedo dejar pasar la oportunidad para hablarles del triste signo de nuestros tiempos: el cambio climático. 

Hace unas semanas, se publicó el informe especial del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) sobre las causas y efectos del cambio climático y más que datos futurísticos sobre los desastres ambientales, el informe pintó un escenario bastante duro, pero sobre todo cercano: ya está sucediendo. 

flecha celesteOTROS HAMACAS

Creo que para todos, en este punto, la imagen del cambio climático es clara: inundaciones, sequías, aumento de temperaturas y calidad del aire cada día poniéndose peor, afectando a los más vulnerables, son escenarios popularmente retratados. Pero cuando hablamos de este asunto, pocas veces pensamos en una de las consecuencias más subestimadas de la crisis climática: la extinción de los alimentos. 

Así es: a medida que las sequías empeoren y el clima extremo devaste los cultivos, es posible que comencemos a ver el calentamiento global cuando abramos el refrigerador. Algunas de las especies alimentarias más amenazadas del mundo en este momento son los aguacates, el cacao y el vino.

Pero también algunos de los ingredientes más básicos en las cocinas de todo el mundo, como papas, garbanzos, pescado, café o plátanos. ¿Se imaginan explicarles a nuestros nietos el sabor del —extinto— café? 

Las preguntas que nos deja el informe, y en especial la reflexión en torno a la alimentación, no son pocas. ¿Cómo exigir a los gobiernos que adopten medidas sustentables? ¿Qué está en nuestras manos para aliviar el cambio climático? 

Consumir productos de temporada y cercanos, consumir más alimentos de origen vegetal que animal, utilizar la energía de forma eficiente antes, durante y después de cocinar y aprovechar los restos de comida para elaborar otras recetas pueden ser un buen comienzo para una alimentación más sostenible. 

Les recomiendo leer este newsletter para tener más información sobre el informe, sus efectos y cambios necesarios.

Me gustaría leerlos, saber cuáles son sus opiniones, recursos y buenas prácticas en torno al cambio climático. Soy toda ojos.

¡Buen provecho!

Helado de plátano

Ingredientes:

4 plátanos bien maduros
Vainilla en vaina (opcional, si no le ponen igual está rico)
  1. Pela los plátanos y córtalos en trozos de 2 a 3 pulgadas
  2. Colócalos en un recipiente cerrado y guárdalos en el congelador durante al menos 6 horas. 
  3. Cuando estén bien congelados, sácalos del congelador y licúalos con la vainilla hasta que queden suaves. 
  4. Congela la mezcla  en un recipiente hermético durante al menos 2 horas. Mueve la mezcla congelada cada media hora para que adquiera una textura más sedosa.
  5. Sirve con tus acompañantes favoritos.
31b1ac064fda802d3ebc2e4d689909da?s=96&d=wp User Avatar&r=g
Gabriela Valarezo
ex directora de arte y gourmand oficial de GK. Dirige Quiero Comer, desde donde, cada sábado, cuenta historias sobre una receta (y nos cuenta cómo preparala).

VER MÁS CONTENIDO SIMILAR