Esta semana llegué al límite de mi quemeimportismo con mi alimentación: un mediodía ocupado entre trámites engorrosos y tareas pendientes, decidí almorzar dentro de mi auto, en el parqueadero de un restaurante. Sé que corro el riesgo de que se den de baja de este newsletter por semejante confesión pero antes déjenme decirles que mi trabajo como gourmand también consiste en probar cualquier experiencia para poder gritar a los cuatro vientos: ¡NO LO HAGAAAN!

flecha celesteOTROS HAMACAS

No lo hagan: no coman en sus autos. Ese día en el que almorcé en un parqueadero muerta del calor, contando los minutos que me quedaban para seguir con mi lista de obligaciones, miré a mi alrededor y vi a varias personas dentro de sus autos, en la misma situación: ordenando su comida en un intercomunicador, recibiéndola en una ventanita diminuta y comiéndola apresuradamente. Todas acciones mecánicas, desconectadas de nuestro cuerpo, como si fuéramos unos robots. Bip-bop.

Mi “almuerzo” duró aproximadamente 20 minutos entre ordenar y terminar el último bocado. 

—¡Qué desdicha comer así!—pensé mientras hacía bolita la basura, limpiaba mis manos y ventilaba el interior del auto que olía fuertemente a papa frita. Cuando al fin recuperé la conciencia de una humana y dejé de ser un robot me pregunté por qué no me di el tiempo para comer bien.

Enseguida recordé las 7 reglas de Michael Pollan, un escritor, periodista y activista por la alimentación, que propone llevar una alimentación que más que saludable, sea feliz. Pollan dice que comer no tiene por qué ser tan complicado, siempre que tengamos en cuenta lo siguiente:

  1. No comas nada que tu bisabuela no reconozca como comida. 
  2. No comas nada con ingredientes que no puedas pronunciar.
  3. Manténte alejado de los pasillos del medio en el supermercado; compra en el perímetro de la tienda. Los alimentos más saludables tienden a estar en el borde exterior del local cerca de los muelles de carga, donde pueden reemplazarse con alimentos frescos cuando se echan a perder.
  4. No comas nada que no se pudra con el tiempo. «Hay excepciones, cariño, pero por regla general, cosas como los Twinkies que nunca se echan a perder, no son comida», dice Pollan.
  5. No se trata solo de lo que comes, sino de cómo lo comes. «Siempre levántate de la mesa con un poco de hambre», dice Pollan.
  6. Las personas tradicionalmente comían juntas, alrededor de una mesa y no de un televisor, a una hora fija. Es una buena tradición. Intenta compartir tus comidas con las personas que amas seguido.
  7. No compres alimentos donde compras tu gasolina. En Estados Unidos el 20% de los alimentos se consume en el automóvil.

Algunas de las reglas han resistido la prueba del tiempo y han sido confirmadas por la ciencia, pero sin duda todas tienen algo que enseñarnos sobre nuestros continuos esfuerzos por elegir un camino saludable y feliz en medio de un océano repleto de ocupaciones, comidas al apuro y quemeimportismos cotidianos.

Para celebrar estas 7 guías (más que reglas) les dejo esta receta con 7 vegetales, sencilla y riquísima cuando estés con muchas cosas que hacer y poco tiempo para cocinar.

¡Buen provecho!

Cuscús de Fez de 7 vegetales

4 porciones / 45 minutos 

Ingredientes:

3 tazas de cuscús
250 g de zapallo
1 Pimiento rojo
1 zucchini
1 cebolla perla
1 zanahoria
2 tomates riñones, maduros
200 g de garbanzos
1 cucharada de pimienta negra
1 cucharada de cúrcuma molida
1 cucharada de azafrán
2 ramas de canela
Aceite de oliva 
2 cucharadas mantequilla sin sal
Sal y pimienta al gusto

Coloca el cuscús en un bol. Agrega 1/2 cucharadita de sal por cada taza de cuscús y mezcla. Cubre el cuscús con suficiente agua tibia, con aproximadamente 4 tazas de agua. Deja reposar durante 15 minutos, hasta que  el líquido se absorba. 

Revuelve cada cinco minutos con una cuchara de madera o usa tus manos humedecidas para que no se formen grumos. El cuscús estará bastante blando. Agrega una cucharada o dos de aceite de oliva, frotando el cuscús entre tus dedos para distribuir el aceite por todas partes.

Corta en trozos grandes el zapallo, el pimiento rojo, el zucchini, la cebolla, la zanahoria y los tomates. En una olla grande mezcla los garbanzos y el resto de vegetales, añade las especias y un chorrito de aceite de oliva. Cubre toda la mezcla con agua y pon a cocinar a fuego lento hasta que los vegetales estén tiernos. 

Echa el cuscús que preparaste antes en un colador de metal y colócalo sobre el guiso de vegetales, asegurándote de que la parte inferior del colador no toque el líquido (si lo hace, retira parte del líquido). Envuelve una toalla entre el borde del colador y la olla si hay espacio, para que no se escape el vapor. Cocina al vapor por 30 minutos. El cuscús debe estar esponjoso, los granos secos y separados, no al dente ni blandos.

Sirve el cuscús en un plato y añade la mantequilla sin sal removiendo con un tenedor para que se mezcle bien. Para servir, forma una montañita con el cuscús y echa los vegetales cocidos alrededor y encima de él.

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Gabriela Valarezo
ex directora de arte y gourmand oficial de GK. Dirige Quiero Comer, desde donde, cada sábado, cuenta historias sobre una receta (y nos cuenta cómo preparala).