El 28 de mayo, se celebra el Día Mundial de la Higiene Menstrual. La fecha fue establecida en 2014 por la organización no gubernamental alemana Agua, Saneamiento, e Higiene (WASH por sus siglas en inglés) que impulsa proyectos de agua, saneamiento e higiene alrededor del mundo. 

El objetivo de declarar la fecha es eliminar los tabúes y mitos sobre la menstruación, y crear conciencia sobre sobre los problemas que enfrentan las personas que no tienen acceso a productos sanitarios y de higiene. La menstruación es un proceso biológico que empieza entre los 12 y 14 años y dura hasta la menopausia, que suele llegar entre los 45 y 55 años. 

El Fondo de Población de las Naciones Unidas (PNUD) explica en su sitio web que el Día Mundial de la Higiene Menstrual se celebra el 28 de mayo porque los ciclos menstruales tienen una duración promedio de 28 días y la mayoría de mujeres sangran un promedio de cinco días —mayo es el mes cinco.

Según WASH, aproximadamente 300 millones de mujeres y niñas menstrúan cada día. Sin embargo, no todas tienen acceso a agua potable ni a productos menstruales —toallas sanitarias, tampones, entre otros— para el manejo de su periodo. Sin productos menstruales, las mujeres y niñas se ven obligadas a utilizar materiales improvisados como retazos de ropa vieja, trapos, hojas de árbol y papel de periódico que pueden causar infecciones y otras enfermedades.  

Los productos menstruales no son lo único que las mujeres necesitan. Catalina Vaca, líder de programas de Plan Internacional, dice que se requieren 3 condiciones básicas: acceso a insumos para la higiene menstrual, educación sobre sexualidad e higiene menstrual y medios que garanticen el desecho de los insumos utilizados.

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Cifras de WASH dicen que al menos 500 millones de mujeres en el mundo —la mayoría en países pobres— no pueden menstruar de forma segura. Es decir, no tienen acceso a agua y productos higiénicos. Pero según expertos, debido al cierre de escuelas y otras infraestructuras por el covid-19 la cifra podría ser aún mayor. 

En algunos casos, la pobreza menstrual — falta de acceso a los productos de higiene femenina— dificulta que las niñas y mujeres hagan sus vidas con normalidad y las relega a quedarse en sus casas. Antes de la pandemia en países como Ghana, el 95% de las niñas faltaba a la escuela los días que estaban menstruando. 

En Ecuador, los productos sanitarios se consideran no esenciales o de lujo por lo que graban IVA. Según la organización Plan Internacional, se estima que en Ecuador las mujeres gastan un promedio de 42 dólares solo en toallas sanitarias cada año. Iniciativas en Nueva Zelanda, Irlanda, Canadá y Colombia han logrado que se eliminen los tributos sobre los productos sanitarios para garantizar su acceso. Estudios científicos aseguran que el acceso a la higiene menstrual tiene un impacto positivo en la capacidad social, económica y educativa de las niñas y mujeres en el mundo. 

Calcula cuánto cuesta tu periodo:

Producto Precio Mensual Anual
Taollas Higienicas $0 $0
Tampones $0 $0
Protectores $0 $0
Jabón íntimo $0 $0
Pastillas para el cólico $0 $0
Bolsa de agua $0 $0
Cita médica $0 $0
Anticonceptivos $0 $0
Otros $0 $0
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Además, en muchos lugares, incluyendo Ecuador, la menstruación es un tabú del que se habla poco por vergüenza o incomodidad. Sin embargo, Vera dice que no hablar sobre este tema puede causar impactos emocionales en las niñas cuando menstrúan por primera vez Según Vera, la vergüenza y la incomodidad continuará en sus próximos períodos menstruales. Además, limitar el acceso a información sobre educación sexual que puede evitar que sean víctimas de abuso. 

Catalina Vera dice que si las mujeres exigen más información, eso va a favorecer a que tengamos una sociedad más abierta en la que no se mitifiquen temas que son biológicamente naturales para más del 50% de la población. Naturalizar estas conversaciones es uno de los objetivos del Día Mundial de la Higiene Menstrual.  

Se celebra con el objetivo de eliminar los prejuicios y tabúes que existen en varias culturas alrededor de la menstruación. En varias culturas, el flujo menstrual se considera como algo sucio, vergonzoso, y hasta maldito. En países como Tanzania, la menstruación es considerada una maldición, y en lugares como India o Nepal, las mujeres son excluidas de  eventos sociales, religiosos y hasta de sus casas cuando están en su periodo menstrual.