Es hora de que el Ecuador decida qué quiere hacer con Galápagos: conservarlas, cuidar su flora y fauna, o convertirlas en un destino de playa: un Hawaii sudamericano.
La respuesta políticamente correcta, institucional y popular suele ser la primera. Sin embargo, la realidad es que las autoridades, los pescadores, los operadores turísticos y los políticos nacionales y locales están dejando que las islas sean depredadas. Miran para otro lado, persiguen agendas propias, carecen de programas en conjunto. El paraíso natural que son las Galápagos es un paraíso a la deriva.
Las especies de estas fotos, tomadas por un biólogo marino al bucear en Galápagos, están constantemente amenazadas por la pesca en el archipiélago, especialmente por artes como el palangre.