[dropcap]E[/dropcap]l fin del gobierno de Rafael Correa se acerca y hay que evaluar el estado en el que dejará la economía del Ecuador. Durante 2015 y 2016 el país ha enfrentado tres graves problemas económicos: una reducción de liquidez, un deterioro de su situación fiscal y un empeoramiento de las condiciones de competitividad. El escenario durante estos dos años ha sido difícil, el más complejo desde que empezó la dolarización. Sin embargo, la economía ecuatoriana ha mostrado una mayor resiliencia de lo que muchos esperaban y algunos de los peores augurios no se materializaron: el sistema bancario permanece sólido, los niveles de morosidad siguen siendo manejables y el sector exportador ha mostrado un mejor desempeño de lo previsto.

La iliquidez que presentó el país fue el resultado de la caída del precio del petróleo y de algunos otros productos de exportación y de la ausencia de fondos de contingencias. Esta reducción de ingresos, así como gastos extraordinarios (como los 980 millones de dólares la compensación a OXY), afectó al gobierno y a su modelo de gasto público expansivo, lo que se tradujo en retrasos con proveedores y contratistas. Más grave aún fue la reducción de depósitos en los bancos que caracterizó al 2015 que pudo haber puesto en problemas al sistema financiero y afectado la solvencia de algunos bancos. La peor parte de este periodo de iliquidez parece haber terminado: el precio del petróleo ha tenido una leve recuperación, los retrasos del gobierno se han reducido y más importante aún los depósitos llevan varios meses creciendo.

El siguiente problema a resolver es el fiscal. Bajo el gobierno de Correa, el Ecuador ha tenido continuos déficits que han ocasionado un incremento de la deuda pública —desde niveles históricamente bajos en 2009 luego de la recompra de bonos que realizó el gobierno— hasta 24.582,9 millones de dólares. El problema principal de la deuda ecuatoriana no es tanto su nivel, sino los altos intereses y lo corto de los plazos: en los próximos tres años, el país va a tener que enfrentar grandes pagos por intereses y amortizaciones de deuda.

Es imperativo que el nuevo gobierno, sea quien sea, busque equilibrar el presupuesto, reduciendo el nivel de gastos. Hay que ser claro en este tema: no se trata de despedir o reducir el sueldo de profesores, policías o trabajadores del sector Salud, sino de reevaluar la inversión pública, priorizando lo realmente necesario y mejorar la calidad del gasto corriente. Adicionalmente, es preciso vender activos estatales no estratégicos: propiedades, terrenos, empresas públicas o la concesión de algunas de las obras de infraestructura existente son una buena forma de incrementar los ingresos sin sacrificar la capacidad del estado de brindar servicios públicos. Equilibrar la caja fiscal nos permitiría reducir el riesgo país y tomar deuda más barata que sustituya a la deuda cara de los últimos tres años.

El tercer problema es quizás el más grave de todos, pues no está completamente en nuestras manos resolverlo. La apreciación del dólar con respecto a casi todas las monedas del mundo nos convierte en un país más caro para exportar, invertir e, inclusive, vivir. A esto hay que sumar decisiones de política comercial como las salvaguardias y un crecimiento de los sueldos que no siempre estuvieron acompañados de incrementos equivalentes en productividad. Con respecto al valor del dólar, no hay mucho que podamos hacer —sin embargo, podemos eliminar las barreras comerciales y trabajar en incrementar la productividad. Es una de las tareas más importantes que tendrá el nuevo gobierno.

La situación económica del Ecuador es compleja. Pero podríamos pensar que lo peor ya ha pasado, los retrasos del gobierno se han reducido, los depósitos han superado el máximo alcanzado en diciembre 2014, la cartera morosa del sistema financiero está bajando, el crédito vuelve a fluir beneficiando a varios sectores y, tanto el índice de confianza empresarial como del consumidor a octubre del 2016, muestran mejoras.

Depósitos, créditos y cartera vencida

Fuente: Banco Central del Ecudaor

Fuente: Banco Central del Ecuador

Índice de Confianza Empresarial

Índice de Confianza Empresarial

Fuente: Banco Central del Ecuador

Índice de Confianza Consumidor

Índice de Confianza Consumidor

Fuente: Banco Central del Ecuador

La última previsión de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) para Ecuador habla de un leve crecimiento económico (0.2%) en 2017. Este crecimiento puede ser mayor si se toman las medidas necesarias. Algunas se están tomando: el desmonte de salvaguardias que empezó en octubre debe finalizar cuanto antes, la firma del acuerdo comercial con Europa va a incentivar las exportaciones y además permitirá a los empresarios a acceder a bienes de capital y materias primas a menores costos. El gobierno ha expresado su intención de vender algunos activos que pueden ayudar a incrementar los ingresos fiscales. Esto no es suficiente y el nuevo gobierno debe completar la lista de tareas pendientes: mejorar la calidad del gasto, pasar la posta de la inversión en infraestructura al sector privado, continuar abriendo mercados internacionales para nuestros productos de exportación, y facilitarle el camino al sector privado para que invierta, contrate e innove. La velocidad con la que se tomen estas decisiones va a determinar la rapidez con la que la economía se recuperará: Este es uno de los factores determinantes cuando vayamos a votar en febrero de 2017.