Luto
Nunca pensé en que me tocaría a mí. Nunca creí que secuestrarían y matarían a alguien con quien me reí, a quien abracé, al que fue el amor de una de mis amigas, alguien con quien conversé durante horas. Todo va a estar bien, me dijo varias veces. Pero hoy, por primera vez, no puedo creer en sus palabras: después de su muerte, nada parece que va a estar bien.
Suenan las campanas
Nadie se va pensando en que no regresará, porque una regla fundamental del periodismo es retornar: para dar aviso del peligro, del siniestro, para avisar de la catástrofe inminente porque ahora lucen graves, solemnes y estáticas pero, durante siglos, las campanas fueron lo que hoy son los medios de comunicación.
La cobertura de nuestro propio secuestro
Los periodistas estamos preparados para cubrir los secuestros ajenos, las muertes ajenas, los dolores ajenos. Pero nadie nos prepara para seguir informando cuando son nuestros colegas, nuestros amigos, nuestros compañeros los que no volverán ¿Cómo seguimos cubriendo tras la apabullante desolación que nos deja la certeza de que aquellos tres —que pudimos ser nosotros— ya no volverán?
Tras divulgación de fotos, Moreno da ultimátum a los secuestradores
La noche del 12 de abril, tras volver de emergencia de Lima.