Viajar para ayudar
Conocí el volunturismo –o viajar y ser voluntario– en el 2008. Ese año recorrí el mundo durante casi doce meses, y mi parada final fue la India. Quería conocer todo el país pero el caos en mi primer día –tráfico, bulla excesiva, vendedores demasiado insistentes– me hizo cambiar de opinión: decidí quedarme en Dharamsala y no salir de ahí. En esta ciudad al norte de la India vive la mayoría de refugiados del Tíbet y hay muchas oportunidades para ayudarlos. Por las mañanas iba a Rogpa, una guardería para niños tibetanos cuyas madres trabajan todo el día y no tenían LEER MÁS
La vida en un velero
¿Qué se necesita para pasar los días navegando el mundo?