Mirar hacia atrás a lo que funcionó —o a lo que funcionó a medias. Dar nueva vida o abrir un capítulo de lo que pasó con una serie años atrás. O simplemente borrar todo y volver a contar una historia parecida, con un nuevo elenco. Los reboots o revivals de series de TV son parte ineludible de nuestro consumo.

Un reboot es cuando hay una nueva versión de la serie, con un nuevo elenco y con una historia actualizada. Y un revival, la continuación de la serie, como un siguiente capítulo, con el mismo elenco, que suele aparecer años después de que la primera versión de la serie terminó.

En los últimos años, algo ha quedado claro: algunos de estos reboots o revivals han funcionado, otros no.

No es nada nuevo y no es nada que se pueda endilgar solo a la producción audiovisual. Por ejemplo, el propio Miguel de Cervantes publicó dos partes de Don Quijote de la Mancha —que inaugura la novela como género literario moderno. Una primera en 1605, pensada como una sola historia, pero que fue tan exitosa que empezaron a aparecer aventuras de su personaje, escritas por otras personas. 

Y el propio Cervantes, con justa razón, sintió que estaban destrozando su creación así que hizo algo: escribió una segunda parte que se publicó en 1615. Esta vino con un giro maestro, ya que Cervantes decidió matar al Quijote, para que nadie siguiera escribiendo aventuras innecesarias. Una segunda parte de una novela que entraría en la categoría de revival. 

En la actualidad, el objetivo de estas experiencias es claramente comercial. Intentar un nuevo éxito con algo que ya funcionó. Se trata de ir a lo seguro, a aquello que fue probado y que, se supone, sigue llegando a un público cautivo.

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Un público que quiere saber qué ha pasado con los personajes que tanto siguió por mucho tiempo. Ver cómo han crecido, así como ellos. Porque los que ven las continuaciones o nuevas versiones de series no son los mismos de hace 10 o 20 años.

A veces viene bien ver ese crecimiento.

Un ejemplo reciente de eso es la serie secuela de That ’70s show, titulada That ’90s show, que está al aire desde el 19 de enero en Netflix. Si bien contará con un elenco nuevo, se centra en las aventuras de Leia Forman —Callie Haverda—, que es la hija de Eric Forman —Topher Grace— y de Donna Pinciotti —Laura Prepon—, quienes aparecerán en esta serie, ahora como padres de una adolescente.

Donna y Eric ya no son adolescentes. Están al borde de cumplir 40 años, casi la edad que deben tener los adolescentes que veían la serie original, que se vio desde 1998 hasta 2006.

Grace y Prepon no serán los únicos miembros del elenco original que aparecerán. Mila Kunis y Ashton Kutcher reprisarán sus roles de Jackie Brukhart y Michael Kelso, ya que otro de los personajes de la nueva versión será un hijo de ambos. Wilmer Valderrama volverá como Fez y Debra Jo Rupp y Kurtwood Smith regresan como Kitty y Red Forman, esta vez como los abuelos de Leia.

Esta nueva vuelta apuesta por la nostalgia cuenta qué pasó con todos esos personajes queridos y abre un nuevo capítulo.

¿Funcionará? 

Habrá que esperar a ver qué sucede con las reacciones del público y de la crítica ante el programa. Lo cierto es que no es la primera vez que Netflix apuesta por este tipo de programas. Un ejemplo es Fuller House, la secuela de Full House, que duró 5 temporadas. Esta tendencia parecería que está próxima a desaparecer.

A continuación, cinco de estas series que en formato de revival o de reboot han funcionado  —y otras que no tanto.

The Flash

Desde 2014, este superhéroe de DC ha tenido su serie de televisión que ha sido un exitoso reboot de la que se hizo en los años 90. Al igual que The Flash, parte fundamental de lo que se conoce como el Arrowverse —un universo televisivo de personajes de DC comics, que empezaron a aparecer alrededor de la serie Arrow— han tenido sus reboots.

Como parte del Arrowverse, The Flash ha conseguido participar en las aventuras cohesionadas de otras series que forman parte del mismo universo —como Legends of Tomorrow y Supergirl. Como reboot, The Flash ha superado en todo nivel a la serie de televisión que, entre 1990 y 1991, solo consiguió tener una temporada: en historias, desarrollo de personajes, uso de villanos, humor y drama.

Lo interesante de esta encarnación del personaje —interpretado por Grant Gustin— es que ha permitido la creación de todo un multiverso en todas sus temporadas, incluyendo la aparición del actor John Wesley Shipp, quien hizo de The Flash —cuyo nombre cuando no está siendo súper héroe es Barry Allen— en la serie noventera. Antes de que Sony Pictures y Marvel Studios lo hiciera con Spider-man: no way home, lo hizo The Flash uniendo pasado con presente.

2023 marcará el final de The Flash con una novena temporada que se estrenará en febrero.

¿The Flash ha funcionado? 

Sí, una serie no se mantiene nueve años al aire si no tuviese algo de calidad o si no tuviera espectadores. De acuerdo a Rotten Tomatoes, la más baja aceptación que ha tenido la serie fue en su cuarta temporada, cuando tuvo un 80% de buenas reseñas. Lo cual no está nada mal.

Queer Eye

Inicialmente la serie que se estrenó en la primera década del siglo XXI se llamaba Queer Eye for the straight guy y tenía un formato que la volvió una especie de novedad en su momento. En plena época de explosión de la reality tv, un show en el que cinco gays expertos en áreas como moda, cuidado personal, diseño de interiores y entretenimiento y cultura, que se encargaban del “makeover” de una persona heterosexual, lo rompió todo. 

De 2003 a 2007 y con 100 programas, la serie funcionó como plataforma de la comunidad LGBTI en un momento en el que se la empezaba a visibilizar, sobre todo como generadora de cambios.

Fue un éxito. Tanto que en su tercera temporada se deshicieron del “for the straight guy” para ser más inclusivos. De los cinco profesionales que eran parte del elenco se recuerda con mucho cariño a Carson Kressley, quien estaba encargado de mejorar la moda y el estilo personal de los participantes. 

Kressley es ahora uno de los jueces de RuPaul’s Drag Race, el reality show que, en formato concurso, con 15 años al aire se ha encargado de promover el arte del drag queen en el mundo.

En 2018, 11 años después del final de la primera versión, llegó el reboot. Un nuevo elenco apareció: Jonathan Van Ness, Antoni Porowski, Karamo Brown, Tan France y Bobby Berk. El éxito fue seguro y esperado. Esta nueva versión de Queer Eye ha ganado 10 premios Emmy y está próxima a estrenar su séptima temporada —que saldrá en 2023. 

¿La razón de su éxito? En cada episodio seleccionan a una persona a la que le cambian la vida —tanto en su aspecto, como en la decoración de donde vive—, una persona que ha sido nominada por familiares y amigos porque se merece un cambio en su vida, porque ha pasado por momentos difíciles, como una enfermedad, o porque trabaja en fundaciones u organizaciones que apoyan a la comunidad. Se siente que el premio no es para esa persona, sino para el equipo que hace el programa. Eso hace que Queer Eye se convierta en algo mucho más cercano y real. Hay un nivel de emotividad que conecta con todos sus espectadores y eso es algo que muy pocos programas consiguen.

Twin Peaks

Esta es una historia de éxito, pero de éxito raro. Porque una serie creada por David Lynch —el gran cineasta norteamericano, dueño de un estilo que mezcla surrealismo con horror— y por el guionista y productor Mark Frost, se convirtió en el programa de televisión que más se vio en Estados Unidos entre 1990 y 1991. 

A pesar de que muchas cosas en Twin Peaks no se explicaban y otras no se entendían.

Todo el mundo quería saber quién había asesinado a la joven Laura Palmer y, sobre todo, cuáles eran esas fuerzas del mal que palpitaban en el pueblo de Twin Peaks. A este lugar llega el agente del FBI Dale Cooper —un magistral Kyle MacLachlan— a investigar el crimen. Es así como termina envuelto en un trama de cosas oscuras, de realidad alternas, de una maldad incontenible.

Pero esta serie cometió un error imperdonable: resolvió el crimen de Palmer a la mitad de su segunda temporada y eso, que movía todo, hizo que el interés en Twin Peaks disminuyera. Los ratings cayeron y para atrapar a los espectadores, la historia se fue complicando más, hasta el punto que el final de temporada vio a su protagonista atrapado en el Black Lodge —una realidad en otra dimensión en la que la maldad descansa y donde todo el mundo habla al revés—, mientras que en el mundo real quedaba un sustituto controlando su cuerpo.

La primera temporada es considerada casi perfecta para la crítica y espectadores. Con un 91% de aprobación en Rotten Tomatoes. La segunda tiene una calificación de 63%, lo cual deja en claro el fracaso al tratar de continuar con la trama.

Un año después, en 1992, David Lynch dirigió la película Twin Peaks: Fire walk with me, que es una especie de historia de origen y secuela de la serie. Pero que se sentía un poco desconectada de lo que se había visto en televisión, especialmente por la escasa participación de MacLachlan.

Dos temporadas y una película fueron suficientes para convertir a Twin Peaks en un fenómeno de culto.

Eso sin contar con la magistral música que compuso el genio Angelo Badalamenti, fallecido el pasado 11 de diciembre de 2022.

Pero no fue sino hasta 2017 que llegó la secuela real. 

La tercera temporada de Twin Peaks se estrenó en la cadena Showtime y, nuevamente, la rareza regresó con fuerza a la televisión. 25 años después, Dale Cooper lucha por salir del Black Lodge y detener a un mal creciente, en 18 episodios que pueden volar la cabeza a cualquiera.

¿Vale la pena? Pues Showtime recuperó la inversión económica. El capítulo 8 de la temporada 3 es una absoluta joya del audiovisual contemporáneo, al dar una versión particular del nacimiento del mal que azota a Twin Peaks y lo liga a las pruebas atómicas realizadas en Nuevo México. Jim Jarmusch la consideró la más grande obra maestra de todos los tiempos. Y la gran revista francesa, Cahiers du Cinéma, especializada en cine, consideró a esta tercera temporada como la “mejor película de 2017”. 

Sí, ese es el nivel.

No se ha cerrado la posibilidad de hacer una próxima temporada, pero hasta el momento ninguno de sus responsables ha dado indicios de que eso vaya a suceder.

ICarly

Una serie que tuvo su revival nueve año,s después de que se acabaron sus primeras temporadas, en 2012. 

iCarly es la historia de Carly Shay, que junto a sus amigos hace un show web que es tremendamente popular. La serie es sobre sus aventuras, en clave de comedia, mientras son adolescentes y producen su programa. 

De septiembre de 2007 a noviembre de 2012 este show se pudo ver por la señal de Nickelodeon. El último episodio en esta tanda tuvo 6.4 millones de espectadores. Para el regreso, tanto Cosgrove, como Nathan Kress —quien hace del amigo de Carly, Freddie Benson, productor del programa web— y Jerry Trainor —que interpreta al hermano de Carly, Spencer— volvieron a sus roles originales.

El retorno en 2021 llegó a tener un 100% de aprobación en Rotten Tomatoes gracias a las críticas que recibió por los expertos que la vieron y celebraron el hecho de que en esta oportunidad, la recuperación de esta serie fue perfecta. Usaron al menos a tres actores de la original —encabezados por Miranda Cosgrove— y mantuvieron las dinámicas del pasado, con un pie muy asentado en el crecimiento de los personajes.

La gran ausente de este retorno es Jennette McCurdy, que durante 6 temporadas interpretó a Sam Puckett, la mejor amiga de Carly. En 2022, McCurdy publicó su biografía titulada Estoy feliz porque mi mamá está muerta y en ella habla de un ambiente de trabajo sin seguridad para los adolescentes durante los rodajes de los episodios —que se emitían por la señal de Nickelodeon—, sobre todo por la actitud de un personaje al que llama El Creador. En el libro, habla de un ambiente tóxico y acusa al creador Dan Schneider de acoso sexual, de presionarla para que beba alcohol a pesar de ser menor de edad y de abuso emocional. Esta experiencia la hizo retirarse de la actuación, por lo que no participó del revival.

¿Funciona la nueva versión? Sí, sobre todo porque se agarra del absurdo y se centra en la figura de Carly, quien a su regreso al hogar que compartía con su hermano, decide recuperar su programa web. Entonces el show agrega la nostalgia como parte fundamental de su puesta en escena y se sostiene por una especie de continuidad espiritual con la serie original.

Este regreso en 2023 estrenará su tercera temporada. 

Will & Grace

Es una serie increíble, con un humor perfecto y con personajes fuera de este mundo. Es una de esas primeras comedias que supo cómo convertirse en puente entre una mirada clásica y ridiculizante del gay y una perspectiva nueva: el gay como referencia de lo exitoso. Ese giro se sentía desde el nombre. 

Will & Grace nombra a los dos personajes centrales, pero no son pareja. Son mejores amigos. 

Él —Eric McCormack— es un abogado corporativo de renombre y es gay. Ella —Debra Messing— es una decoradora de interiores. Los dos viven juntos, Will debe ser quien ayude a Grace a resolver sus problemas y es casi como un faro en la serie.

Luego están las dos joyas del show: Karen —Megan Mullaly— y Jack —Sean Hayes—. Personajes excesivos, extremos, dueños de una comedia intelectual como física que serían la envidia de cualquier actriz y actor. Jack es gay, el estereotipo del gay extravagante, pero a medida que avanzaba la serie, se revelaba su profundidad.

La serie arrancó en 1998 y estuvo al aire hasta 2006. Siempre tuvo una gran cantidad de televidentes. Lo más alto que consiguió fue un promedio de 17 millones de espectadores, en las temporadas 3 y 4. Lo menos que obtuvo fue 8 millones de vistas, en su última temporada. 

Once años después, en 2017,  llegaría el revival, que mantuvo el nivel con la misma inteligencia y humor anterior —en realidad las primeras ocho temporadas de Will & Grace no han perdido vigencia y no se sienten que hayan envejecido mal. Y le fue tan bien a esta serie secuela que lo que iba a ser solo 10 episodios fue creciendo.

Que mejor hagan 12 episodios. Y pocas semanas después —en agosto de 2017— subieron a 16 y, de una vez, ordenaron una segunda temporada de 13 episodios. 

En marzo de 2018, NBC pidió que se hicieran 5 episodios más de la segunda temporada. Y claro, le dieron una tercera temporada de 18 episodios. Con eso terminaron la serie por lo alto. Quizás no con los mismos ratings de antes, pero con igual éxito.

¿Por qué vale la pena? Porque Will & Grace fue una serie que en 11 temporadas nunca bajó su calidad. Esto gracias a una escritura impresionante y a un elenco igualmente poderoso. En sus 11 años al aire, el programa fue nominado a 83 Emmys y ganó 18. 

Es más, es uno de los pocos programas de televisión en el que todos sus protagonistas han recibido un Emmy por sus roles. Alta y necesaria comedia.

Los reboots y revivals que no han funcionado

Esto aún sigue. Porque así como hay ejemplos de historias que funcionaron, hay las que incluso con varias temporadas no han sabido aportar nada y se las considera como innecesarias.

A veces esta revisión del pasado no tiene sentido. Porque la nostalgia puede ser un error cuando no se considera que las condiciones sociales que hicieron de un show algo exitoso, no son las mismas años después. Un caso de esto es la serie Fuller House, secuela de Full House, que fue una serie para padres e hijos pequeños, que se puedo ver de 1987 a 1995. 

Y el problema central de Fuller House es que repite la misma premisa de la original: la muerte de uno de los padres y la necesidad de que dos adultos se unan a la familia para ayudar a criar a los hijos pequeños. Sí, en las dos pasa lo mismo. Y si a eso se le suma el humor absolutamente ingenuo de la original, repetido en el revival, no había mucho que hacer. Es más, las críticas nunca fueron benevolentes.

Por ejemplo, en Metacritic tiene un porcentaje de 35%, que definitivamente habla de que es una mala producción.

A pesar de todo esto, la serie duró 5 temporadas.

Pero no es el único caso. Se han dado una serie de revivals que no han terminado de cuajar porque quizás ya no es época para ellos: Gilmore Girls o BH90210, que era un revival de Beverly Hills 902010, con su elenco original, en clave de reality, humor y de metaficción, y otro que pese a tener más de una temporada no consigue encontrar el tono perfecto como Saved by the bell. Ahora está enfocada en los hijos de los personajes de la serie original, con la participación de algunos actores de la versión de los 90.

Un modelo que That ’90s show parece imitar, pero con mejores resultados que Saved by the bell. Quizás porque al haber sido una serie más desfachatada en sus inicios, la apuesta actual es menos riesgosa.

Y eso se siente en pantalla. 

Solo en el primer episodio de That ’90s show hay una correcta presentación del nuevo elenco —encabezado por Callie Haverda— mientras que la nostalgia tiene su cuota con la presencia de los jóvenes de los años 70, ahora convertidos en padres de adolescentes. No dejan de ser los mismos de antes, pero han crecido.

Cuando Ashton Kutcher y Mila Kunis aparecen en escena es un momento absolutamente mágico.

Otras series que fueron víctima del reboot o revival que no funcionaron son:

  • Knight Rider (una temporada entre 2008 y 2009)
  • Heroes Reborn (una temporada entre 2015 y 2016)
  • Melrose Place (una temporada en 2005)
  • Arrested Development (una temporada adicional, la 5ta, entre 2018 y 2019)
  • Murphy Brown (una temporada adicional, en 2018)

Los casos ecuatorianos

En Ecuador también han existido series que con el paso del tiempo han podido ser recuperadas, pero quizás sin el éxito de antes. Entre ellas están:

  • Mis adorables entenados: Esta serie cómica tuvo su primera tanda de episodios entre 1989 y 1991, con gran aceptación del público. Se emitía por la señal de Ecuavisa. Años más tarde, en 1998, apareció Mis adorables entenados con billete, por la señal de RTS, entonces llamado Telesistema, una serie que funcionaba, pero que no llegaba a la calidad de su predecesora. El elenco principal de la serie —Oswaldo Segura, Amparo Guillén, Héctor Garzón y Andrés Garzón— ha aparecido, a lo largo de los años en obras de teatro y hasta en spots de campañas políticas interpretando a los mismos personajes de la serie.
  • Solteros sin compromiso: Con un humor particular, entre lo absurdo y lo denso, esta comedia tuvo una primera tanda de ocho temporadas por la señal de TC —entre 2001 y 2007. De cierta manera, es probable que muchas de sus bromas de antaño no hayan sobrevivido el paso de los años y se sientan agresivas y violentas. Sin embargo, eso no ha significado que la serie haya finalizado su recorrido. Entre 2014 y 2017 la serie regresó con nuevos episodios y se vio por servicios digitales —por el canal de BrahmaTV y luego por CNT—. En 2022 nuevos capítulos se transmitieron por el canal digital Armonía TV.  Todas las versiones de la serie han incluido el núcleo de Andrés Pellacini y Diego Spotorno, como Fernando y Juan Carlos, los personajes centrales. La serie cuenta con la producción y los guiones de Xavier Pimentel.
Eduardo Varas 100x100
Eduardo Varas
Periodista y escritor. Autor de dos libros de cuentos y de dos novelas. Uno de los 25 secretos mejor guardados de América Latina según la FIL de Guadalajara. En 2021 ganó el premio de novela corta Miguel Donoso Pareja, que entrega la FIL de Guayaquil.
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