Los subsidios a los combustibles era uno de los nudos gordianos de las mesas de diálogo después del paro nacional de junio de 2022. Es, también, una discusión pendiente en Ecuador desde hace décadas. Sin embargo, se ha intensificado desde las movilizaciones de 2019 y 2022, pero todavía no se ha podido resolver.
El subsidio a los combustibles se da cuando el gobierno ecuatoriano paga por una porción de la gasolina, el gas, u otros combustibles para que el usuario tenga que pagar menos, como sucede en Ecuador.
Esos subsidios cuestan miles de millones de dólares para los países. El Fondo Monetario Internacional advierte que “tienen un alto costo” porque también involucran gastos fiscales altos, una asignación ineficiente de los recursos de la economía, fomentan la contaminación, entre otros.
Según el FMI, eliminar los subsidios y usar ese dinero para un gasto social bien focalizado podría tener resultados “sostenibles y equitativos”. Lo mismo pasaría, dice el Fondo, si se reducen los impuestos ineficientes y si hay inversiones productivas.
Por eso algunos países han trabajado en focalizarlos o eliminarlos progresivamente. El Banco Mundial dice que, según las lecciones aprendidas en otros países, para reformar y focalizar los subsidios se necesita 4 C: compromiso creíble, consenso, coordinación y comunicación.
Estos son algunos ejemplos de cómo se han focalizado los subsidios a los combustibles en el mundo.
El Salvador e Irán: el compromiso creíble
Para demostrar el compromiso creíble, el Banco Mundial cita el ejemplo de El Salvador. En 2021, el gobierno de este país centroamericano presentó reformas al subsidio de gas para “mejorar el bienestar de todos los hogares” excepto para el 20% más rico.
La reforma no fue popular. El 70% de los salvadoreños la desaprobaron. Una de las principales preocupaciones de las personas, incluso de quienes se habrían beneficiado, era que los ahorros que esa reforma generaría se despediciarían por las ineficiencias y la corrupción de los gobernantes. El Banco Mundial dice que eso sucede cuando un gobierno no tiene un compromiso creíble para focalizar los subsidios.
El Banco Mundial pone también el ejemplo de Irán que presentó una reforma para reducir los subsidios casi al mismo tiempo que El Salvador. Para probar su compromiso, el gobierno iraní hizo transferencias de dinero a los beneficiarios antes de reducir los subsidios. Las personas podían ver el dinero en su cuenta, pero no podían gastarlo hasta que se recortaran los subsidios. Ese compromiso hizo que la confianza y la credibilidad aumenten.
Egipto y Túnez: el consenso
Los dos países organizaron grupos de trabajo dentro de los ministerios para hacer una reforma a los subsidios energéticos. Egipto armó una coalición a favor de las reformas en la que participaron agencias del gobierno, empresas, asociaciones industriales, expertos, académicos, entre otros. Eso permitió que el gobierno pueda comenzar las reformas de los subsidios en 2014 que terminaron con la eliminación gradual de los subsidios de combustibles para 2019.
En cambio, en Túnez las reformas se estancaron porque no hubo un consenso para incorporar a los sindicatos en los grupos de trabajo con los ministerios.
Brasil y Malasia: la coordinación
La coordinación también es importante, dice el Banco Mundial. El organismo internacional dice que cuando se coordinan entre varios ministerios los programas gubernamentales que apoyan el bienestar y asequibilidad de la energía, se puede mejorar rápidamente la eficiencia de esas reformas y evitar reversiones contra los cambios.
El Banco Mundial pone el ejemplo de Brasil que consolidó 12 iniciativas, que eran administradas por distintos ministerios, en el programa de “red de seguridad social unificada Bolsa Familia”, que era administrado por el Ministerio de Desarrollo Social de este país.
Como consecuencia, los subsidios al gas que eran administrados por el Ministerio de Minas y Energía se alinearon con los criterios de focalización en la pobreza y las transferencias de bonos, garantizando que lleguen a quienes más lo necesitaban. Eso hizo que las personas apoyen la reforma de subsidios de energía.
En cambio, el Banco Mundial dice que en Malasia hay 21 ministerios que operan 120 programas de transferencias de efectivo en ese país y que sus objetivos no se han podido alinear.
India: comunicaciones creativas
Esas tres C necesitan de una cuarta: comunicaciones creativas. El Banco Mundial da el ejemplo de India que eliminó los subsidios de gas licuado de petróleo en 2012.
La reforma fue acompañada de una campaña de comunicación llamada ¡Renuncia!. Estaba dirigida a los hogares más ricos para que renuncien voluntariamente al gas subsidiario para reducir el trabajo pesado que estaba haciendo la población más pobre. La campaña tuvo un gran apoyo de personas ricas e influyentes como las estrellas de Bollywood.
Las propuestas de Colombia
Colombia es uno de los países más recientes en anunciar su intención de alejarse de los subsidios. En septiembre, el recién nombrado presidente Gustavo Petro anunció que proponía eliminar los subsidios de combustibles después de reflexionar sobre que estos beneficios le cuestan al país cerca de 40 billones de pesos colombianos al año, cerca de 8 mil millones de dólares. Sin el subsidio, los colombianos pagarían 4 dólares por galón, en vez de los 2,5 que se pagan actualmente.
El deficit de estabilización de precios de los combustibles por falta de pago del gobierno anterior es de 10 billones por trimestre. Es decir casi 40 billones anuales. Casi la mitad del déficit del presupuesto nacional.
— Gustavo Petro (@petrogustavo) September 11, 2022
Se produce al no subir el precio de la gasolina. https://t.co/bN4NTznFIy
“La otra cara de no subir la gasolina y aumentar el déficit del fondo es dejar aumentar el hambre y la pobreza en Colombia”, dijo Petro en una publicación en su cuenta de Twitter en la que le propuso al congreso retirar los subsidios. Sin embargo, el proceso todavía no ha sido concretado ni se han dado detalles de cómo será.
Alberto Acosta, economista y ex ministro de Energía ecuatoriano, advierte que esto podría incrementar el riesgo de contrabando de combustibles de Ecuador —donde se mantendría el valor más bajo— hacia Colombia. Sin embargo, añade que hay mecanismos para controlar ese delito que se deben aplicar.
Uno de esos podría ser similar al sistema GPS que está atado al consumo máximo de combustibles en embarcaciones en alta mar. Se usa porque ciertas embarcaciones compran combustible en un 300 hasta 700% por sobre su capacidad real de consumo para venderlo en alta mar. Acosta dice que se puede usar algo similar con los tanqueros que van hacia las fronteras de Ecuador.
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