Ya existe una explicación a lo que sucedió con el mural en el Centro Histórico que recreaba un fragmento de una obra del artista ecuatoriano Luigi Stornaiolo.

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Un mural que ya no existe.

Fueron horas de elucubraciones y de malestar de ciudadanos. Porque de golpe, el 14 de julio en redes sociales, aparecieron decenas de fotografías de cómo el mural conocido como Los jubilados en el que se veía a dos hombres, dos jubilados, encorvados, vestidos con saco y corbata, conversando entre ellos—, estaba siendo borrado

En ellas se ve una estructura de andamios levantada hacia una de las paredes del Monasterio de la Inmaculada Concepción, en la Plaza de los Capellanes, la zona del centro de Quito donde estaba la obra. Abajo, alguien coloca un rodillo en un balde con pintura blanca. Sobre el muro, uno de los dos personajes desaparece por el blanco que lo cubre.

Eran las imágenes del proceso de cómo el mural iba en camino a ser solo memoria. Y, desde luego, llegó la ira en redes sociales

El mural era una obra de Marcela Slade, que recreaba un fragmento de La Reflexión de la Realidad, de Luigi Stornaiolo. Y desde hace seis años era parte del paisaje urbano de la esquina de Mejía y García Moreno, en pleno Centro Histórico de la ciudad. A solo una cuadra del Palacio de Carondelet.

Entonces, cada vez que se iba a la zona, el mural estaba ahí, como una especie de bienvenida a la zona de la Plaza Grande. 

Eso explica el malestar que causaron las imágenes de cómo este mural desaparecía. Recién un día después, 15 de julio, el Municipio de Quito, a través de un comunicado, explicó la situación. Esto en un acto que, una vez más, muestra cómo es necesaria que la comunicación de las acciones que afecten o transformen lo público se realicen previamente, para evitar que el enojo no deje espacio para algo más.

En el comunicado, el Municipio explica que el inmueble —el Monasterio de la Inmaculada Concepción— que es de carácter patrimonial, tiene “problemas de humedad y deterioro que requieren una intervención externa e interna”. Por esta razón, el mismo Monasterio decidió realizar los trabajos de mantenimiento, que implicaban la intervención en la pared del mural.

De acuerdo al Municipio no existe ninguna “vulneración a la normativa vigente, al tratarse de un predio privado”. La obra se realizó, en su momento, como parte de un convenio entre Inmobiliar —Servicio de Gestión Inmobiliaria, encargado de gestionar los bienes inmuebles del Estado— y el mismo Monasterio. En el comunicado se aclara también que el mural debía, como parte del convenio, permanecer solo dos años en ese lugar. Y estuvo cuatro años más. 

Y, para explicar una de las condiciones básicas del arte urbano, el comunicado sostiene que “el arte urbano tiene la característica de ser efímero en el tiempo y se puede trasladar de un lugar a otro”. Por lo que el Municipio explica en el comunicado que se ha puesto en contacto con el artista Stornaiolo y que “frente a la eliminación del mural en ese lugar se ha decidido volver a pintar, la misma imagen o la que el autor decida, en otra pared de la ciudad”.

¿Quién es Luigi Stornaiolo?

Luigi Stornaiolo Pimentel es uno de los artistas más reconocidos del país, con una carrera artística de más de 40 años. Nació el 6 de junio de 1956 en Quito. Desde niño estuvo interesado en el arte y en la pintura. Estudió en el colegio Cardenal Spellman y luego se decantó por la Arquitectura. Pero lo suyo era lo artístico.

Vivió y recorrió países europeos, donde empezó a desarrollar su estilo. Desde 1980, y ya de regreso en Ecuador, empezaron sus exposiciones en Quito, Guayaquil, Cuenca y en ciudades del extranjero como Caracas, Brasilia, Santiago, Buenos Aires, Nueva York, Bruselas y Venecia entre otras.

Actualmente, el artista tiene 66 años y debido a que padece esclerosis múltiple, que ha paralizado la mitad derecha de su cuerpo, debió aprender a pintar con su mano izquierda. El poeta Andrés Villalba, quién publicó en 2010 el libro Luigi Stornaiolo: el arte de la digresión, sobre las conversaciones con el artista, describe a ese momento de reaprender a pintar como una etapa de soledad y distanciamiento, en la que el artista “habita hasta cortar los vínculos con la realidad, para crear otra más hostil, desenfrenada y descabellada”.

Su obra, centrada en figuras estrafalarias y pintorescas, es considerada como una especie de estudio sobre lo que hace del ser humano una presencia desvergonzada y absurda, en un mundo que suele tener esas mismas características.

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Eduardo Varas
Periodista y escritor. Autor de dos libros de cuentos y de dos novelas. Uno de los 25 secretos mejor guardados de América Latina según la FIL de Guadalajara. En 2021 ganó el premio de novela corta Miguel Donoso Pareja, que entrega la FIL de Guayaquil.
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