Hombres y mujeres han intentado controlar la natalidad y su descendencia desde siempre, sin mucha eficacia porque los métodos más antiguos se basaban en conocimientos empíricos o suposiciones. Pero en los últimos siglos, gracias a los avances de la ciencia y la tecnología, se han desarrollado anticonceptivos para hombres y mujeres que tienen porcentajes mucho más altos de efectividad.
Métodos anticonceptivos femeninos hormonales
Esta es una breve guía sobre los métodos anticonceptivos femeninos hormonales como la píldora, el parche o el implante.
La historia de la píldora anticonceptiva
La píldora anticonceptiva fue el primer método hormonal que se descubrió.
Dispositivos Intrauterinos (DIU)
Estos son los dispositivos intrauterinos (DIU) que existen en el mercado. Pueden ser hormonales o no hormonales.
Métodos anticonceptivos no hormonales
Los métodos anticonceptivos no hormonales se caracterizan por ser barrera como el condón femenino o el capuchón cervical.
Métodos anticonceptivos masculinos
Los métodos anticonceptivos masculinos son escasos y apenas se han desarrollado dos que tienen alta efectividad: el condón y la vasectomía
Un poco de historia antigua sobre anticonceptivos para hombres y mujeres
Las primeras referencias escritas que existen de una forma de anticonceptivo datan del año 1.851 a.C.
Papiros egipcios dicen que las mujeres usaban múltiples sustancias como vinagre, aceites, carbonato sódico y soluciones jabonosas para evitar un embarazo. También se insertaban en la vagina una sustancia pastosa hecha con excremento de cocodrilo y leche ácida, que funcionaba como una especie de diafragma.
Las civilizaciones egipcia, la asiria, la griega y la china, tomaban una bebida de mercurio líquido, plomo líquido o arsénico (o una combinación de estos) para evitar la concepción. Sin embargo, hoy se conoce que la ingesta de estos metales puede causar envenenamiento e incluso la muerte.
Las mujeres griegas utilizaban como método anticonceptivo una mezcla de aceite de cerdo y aceite de oliva. En aquel entonces se creía que esta mezcla ralentizaba la movilidad de los espermatozoides. Además, que después del coito se tenían que lavar internamente para evitar el embarazo.
En el mismo Egipto, alrededor de 1200 a. C. aparece la leyenda del rey Minos. En este relato, se daba cuenta del uso de vejigas de pescado o de cabra para retener el semen. No fue hasta finales del siglo XIX y el XX que la ciencia pudo ofrecer alternativas con altos índices de efectividad.
Sorano de Éfeso, padre de la ginecología, recomendaba, en 1838, varios métodos para evitar la concepción. Uno de ellos era el coitus interruptus, siendo responsabilidad de la mujer que el hombre retire su pene a tiempo para evitar el embarazo. También recomendaba aguantar la respiración y, en cuclillas, estornudar para favorecer la expulsión de los espermatozoides.
A partir de 1900, nuestras bisabuelas y abuelas aún usaban métodos anticonceptivos pocos eficaces y considerados como “naturales”. Uno de ellos era el Ogino-Knaus que se basa en la abstinencia sexual, limitando las relaciones a los días en que la ovulación no era posible. Los días fértiles y no fértiles se calculaban con calendarios y esperando que la mujer tenga un cliclo menstrual regular para que no fallara.
Los principales métodos anticonceptivos que son utilizados hoy en día fueron desarrollados principalmente para las mujeres y muy pocos métodos para los hombres a partir del siglo XX. Por lo responsabilidad de un embarazo sigue recayendo sobre ellas.