Cuando en Quito las calles estaban descontroladas por las aglomeraciones y personas que en visible estado de ebriedad intentaban celebrar las fiestas de Quito, la Escuela de Arte Quiteño sufrió un robo, el 6 de diciembre de 2021.
En aquel espacio cultural que, además de formar a artistas en oficios en vías de desaparición, ofrece servicios de restauración, un grupo de personas ingresó a sustraer obras, maquinarias y herramientas. Las pérdidas ascienden a casi 20 mil dólares.
Si antes ya era difícil sostener económicamente a la Escuela y a los artistas que allí construyen sus obras, la situación se ha agravado a partir del robo.
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La Escuela presentó una denuncia en la Fiscalía. Además pidió a la ciudadanía que si conoce de alguna información o intenta colaborar, se comunique al correo electrónico: escueladeartequiteno@gmail.com
¿Cómo fue el robo?
La Escuela de Arte Quiteño dijo en un comunicado que el robo ocurrió a la una de la mañana del lunes 6 de diciembre. Para poder ingresar, los ladrones forzaron la entrada con una pata de cabra —una barra de hierro con un extremo curvo, que se inserta entre la puerta y su cerradura y la rompe.
Así entraron a la centenaria casa, en la que vivió Sebastián de Benalcázar. Ya adentro, robaron maquinaria, herramientas y esculturas. Entre ellas, la de Hércules dormido, cuyo valor asciende a casi tres mil dólares. En total, se llevaron:
- 10 esculturas
- 3 bargueños coloniales, una especie de mueble de madera, construidos entre los siglos XVI y XVIII; y,
- 4 pinturas.
Los ladrones tuvieron casi cuatro horas para poder sustraer lo que quisieran. Hasta las cinco de la mañana, las cámaras de seguridad registraron el ilícito: el grupo de personas movilizaba pinturas, máquinas, esculturas tranquilamente.
Los instrumentos que se robaron eran importados y, además, eran los únicos con los que los estudiantes podían realizar sus obras. “Habían rebuscado y desordenado todo. Además, empacaron más esculturas y pinturas como para llevarse una segunda tanda. Suponemos que querían llevarse más después”, escribió la Escuela en su comunicado, que transmitía su indignación.
El hermoso centro histórico quiteño se ha vuelto peligroso en las noches y aunque los crímenes violentos casi no suceden, los estruches, robos y arranches se han vuelto comunes. Sus habitantes intentan preservar la seguridad a través de marchas y reclamos contra el Municipio.
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El 84% de quiteños opina que la ciudad no es segura, según la encuesta de percepción ciudadana hecha por la iniciativa Quito Cómo Vamos.
La encuesta reveló que los habitantes de ocho de las nueve administraciones zonales que componen la capital ecuatoriana piensan que el principal problema local son la inseguridad y la delincuencia común que, lejos de reducir sus niveles, ha despuntado.
Pese al robo, la Escuela de Arte Quiteño quiere continuar con su trabajo, pues a través de la venta de obras, los artistas se ganan la vida. “Es lamentable que inclusive las obras de nuestros alumnos hayan sido también robadas, ya que aparte del valor económico del arte, se invierte tiempo y esfuerzo y dedicación que se entrega”, cuestionó la organización.
Ahora, la Escuela espera que se dé con los responsables.