Setenta y ocho líderes mundiales se comprometieron a tomar acciones concretas en sus países para evitar el punto de no retorno en la Amazonía —un punto crítico del estado de la naturaleza que una vez superado desatará cambios irreversibles. El voto lo hicieron durante el Congreso Mundial de la Naturaleza que se lleva a cabo en Marsella, Francia, en el que no solo participan representantes de entidades estatales —como el Ministerio de Relaciones Exteriores de Ecuador—, sino también organizaciones sociales e indígenas de todo el mundo —como —EcoCiencia, Fundación Biodiversidad, y The WILD Foundation.  La Coordinadora de la Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA) propuso la moción 169 que implica aplicar acciones concretas para conservar la Amazonía.

Con la votación a favor, el compromiso es que al menos el 80% de la Amazonía deberá estar protegido hasta 2025. 

El Congreso fue organizado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) —la organización más importante del mundo que evalúa el estado de conservación de la naturaleza y los recursos naturales.

¿Qué dice la moción 169 sobre la Amazonía?

La moción 169  fue propuesta para evitar el punto de no retorno en la Amazonía, y pretende proteger al menos el 80% del territorio de la selva tropical más grande del mundo hasta 2025. Jessika García, comunicadora de la COICA, explica que es hasta 2025 porque el 17% de la Amazonía está deforestada y degradada, y que según expertos, el punto de no retorno inicia entre el 20-25%, por lo que las acciones son urgentes y no se puede esperar hasta 2030, como en otras agendas.

 La moción dice que los más de 170 Estados y otras organizaciones miembros de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) deben apoyar las metas de conservación para proteger, conservar y manejar de manera sostenible el territorio amazónico. La Amazonía se extiende por Brasil, Perú, Ecuador, Bolivia, Colombia, Venezuela, Guyana, Surinam, y la Guayana Francesa. 

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Para cumplir con la moción, los Estados deben:

  • Colaborar con los pueblos y nacionalidades indígenas en la Amazonía y garantizar sus derechos. Dice de manera específica que se debe asegurar el consentimiento libre, previo e informado y el derecho a sus territorios y aguas como una medida importante para detener la deforestación del bosque y la pérdida de biodiversidad. 
  • Garantizar la implementación del Acuerdo de Durban y la Promesa de Sydney que recomiendan cómo debería ser el cuidado y la gobernanza de las áreas protegidas. 
  • Trabajar con los líderes de los pueblos y nacionalidades indígenas y reconocer todas sus tierras y territorios ancestrales. 
  • Promover proyectos y estrategias que ayuden a restaurar hasta el 2025 al menos la mitad de las áreas forestales que se han degradado en la Amazonía.
  • Difundir moratorias sobre las industrias extractivas —mineras, petroleras y madereras— que se llevan a cabo en los bosques amazónicos y amenazan la biodiversidad.
  • Fomentar que las agencias financieras y entidades estatales aumenten su presupuesto para apoyar la conservación de las áreas protegidas, la protección de los pueblos indígenas, y la implementación de iniciativas lideradas por las comunidades indígenas para la protección de los bosques amazónicos y la transición ecológica.

¿Cuál es la situación de la Amazonía y los líderes indígenas que la habitan?

Para aprobar la moción que busca proteger la Amazonía, los participantes del Congreso Mundial de la Naturaleza se basaron en argumentos relacionados con la protección del medioambiente y de los pueblos y nacionalidades indígenas que habitan en los bosques amazónicos. Algunos de ellos son:

  • El alto índice de muertes de líderes indígenas y defensores ambientales en la Amazonía.
  • La entrega de territorios ancestrales a empresas y otras instituciones sin el consentimiento libre, previo e informado de los pueblos y nacionalidades indígenas. 
  • El desmantelamiento de políticas ambientales y las violaciones de los derechos indígenas.
  • Los incendios forestales que solo en 2019 y 2020 destruyeron al menos 3 millones de hectáreas de bosque amazónico.
  • El aumento de la deforestación de la Amazonía durante la pandemia. (Se estima que en 2020 se perdieron al menos 2.3 millones de hectáreas de bosques primarios en los nueve países de la cuenca amazónica).
  • El  informe del IPCC de 2021 sobre la crisis del cambio climático y la pérdida de biodiversidad.
  • La presión que experimenta más de la mitad de la cuenca amazónica sobre el cambio del uso del suelo por las industrias extractivas.

Tras la aprobación de la moción, la Coica celebró la decisión en su cuenta de Twitter. Organizaciones ambientales como Amazon Watch y Amazon Frontlines también aplaudieron el hecho.